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La cocina colimense, de Guillermina Ahumada Padilla


Retrato de Guillermina Ahumada y la portada del libro con sus recetas.

Ada Aurora Sánchez

Jueves 17 de Noviembre de 2022 5:15 pm

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El pasado 11 de octubre, en el Archivo Histórico del Municipio de Colima, se llevó a cabo la presentación de la reedición del libro La cocina colimense , de Guillermina Ahumada Padilla, que se perfeccionaron gracias al empeño y amorosa dedicación de la Mtra. Mónica del Carmen Rodríguez Ahumada, sobrina de la autora. En la presentación del libro participó como comentarista una servidora, el chef Alan Ramos (con comentarios y una muestra gastronómica), además de la compiladora y editora, Mónica Rodríguez. Las siguientes líneas recuperan el texto leído esa tarde pletórica de asistentes y evocaciones entrañables.

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En la dinámica cultural de un pueblo siempre aparecen, por fortuna, líderes que se encargan de motivar, alentar, los esfuerzos colectivos para mejorar las condiciones de vida, la cultura o la convivencia de las personas. Uno de estos personajes que se distingue por haber sido, durante décadas, una agente movilizadora de esfuerzos, una impulsora de la cultura y las buenas voluntades en el Colima del siglo XX es, sin duda alguna, Guillermina Ahumada Padilla. Ella nació en Colima, Colima, el 16 de septiembre de 1921, y murió, en la misma ciudad, el 19 de julio de 1989. Fue hija de J. Jesús Ahumada Orozco y María Padilla Estrada. Tuvo ocho hermanos: Rosa Elena, Javier, Miguel, María, Alicia, Guadalupe, María Eugenia y Jesús.

Guillermina aprendió a tocar el piano y la guitarra de manera lírica. Se resaltará en la composición musical con boleros como “Cuyutlán”, “Óyeme corazón”, “Me enamoré en Colima”, “Amor tropical” y “En voz baja”, entre muchos otros. De acuerdo con el programa de mano del concierto que ofreció el 4 de octubre de 1984 en la Biblioteca Pública “Rafaela Suárez”, Mina grabó dos discos de 78 revoluciones, uno de 45 y un long play con diez de sus mejores composiciones. Fue la primera presidenta de la Sociedad Artística de Aficionados Colimenses. Se graduó en la Academia Excélsior de la ciudad de Colima, como contadora pública.

Heredera de una tradición culinaria muy arraigada en su familia, la cual recibió a través de su abuela materna Guadalupe Estrada y de su madre María, Guille Ahumada aprendió con facilidad, en su casa colimota de Zaragoza 39, el arte de la cocina y la preparación de viandas, en un ambiente de numerosos y exigentes comensales. Ahí, en esa misma casa de amplios corredores y teja roja, Guille Ahumada impartió durante décadas clases de cocina para señoritas casaderas y señoras en busca de los secretos de la sazón exquisita y el encanto culinario.

El ejercicio pedagógico hizo que Guille Ahumada vislumbrara la necesidad de contar con recetarios de cocina colimense, a título de materiales didácticos para sus alumnas, o como libros para las numerosas personas que se los solicitaban. Así, se dio a la tarea de reunir y publicar las recetas que había conocido gracias a su familia ya las cuales sumaba las propias. Con sus recetarios iniciales difundió los ingredientes y el procedimiento de bebidas, sopas, platillos fuertes y postres de muy distinto origen que, a lo largo del tiempo, habían ido obteniendo un sello particularmente regional al considerar en su preparación frutos, plantas y especias del entorno colimense.

Quizás Guillermina Ahumada no imaginó nunca la popularidad de La cocina colimense , que en principio comenzó como un libro de treinta menús (uno para cada día del mes), y después llegó a una versión de más de ochocientas recetas. Con fecha de 2021, año del primer centenario del natalicio de Mina Ahumada, el Ayuntamiento de Colima y el Archivo Histórico del Municipio de Colima tuvieron a bien publicar el libro que hoy comentamos y el cual permite que nuevas generaciones conozcan una obra que es parte del patrimonio cultural de Colima, toda vez que ofrece continuidad y resignificación de un saber gastronómico que da cuenta de rituales familiares, hábitos alimenticios y olores y sabores que permean la memoria colectiva de la entidad.

En su libro 30 menús de recetas sencillas y económicas , Guille Ahumada escribió, a manera de brevísima presentación, lo siguiente: “He pensado en todas ustedes Amitas de Casa, al escribir mi libro con recetas sencillas, económicas y fáciles de preparar por ustedes o su cocina, si la tienen. Generalmente al casarnos nos preocupa aprender platillos finos, y está bien, pues en ocasiones especiales son muy necesarios, pero en nuestros hogares, para la cocina diaria, aquí encontrarán todo lo que deseen y con mucha variedad. Para todas, va dedicada esta edición con mucho cariño.”

Con el mismo sentido de practicidad de su libro inicial, Guille Ahumada recupera en La cocina colimense más de ochocientas recetas, según se dijo, incluyendo las que corresponden a ocasiones especiales como la Navidad, bautizos o bodas. Organizadas de la “a” la “z”, conforme corresponden a su nombre, las recetas nos indispensables para preparar arroz a la paisana, budín de garbanzo, carne de puerco en manchamantel, chilaquiles estilo Colima, delicias de naranja, empanadas de pescado , fantasía caribe, etcétera, etcétera. El libro en cuestión provee, a partir de las recetas incluidas, 60 menús diferentes en los que no falta el postre de capirotada con piloncillo, compota de naranjas, guayabate de seda, gelatina de mamey o dulce de camote y piña.

Mónica Rodríguez, beneficiaria directa de los conocimientos culinarios de su tía Guillermina y, por otro lado, promotora cultural y maestra en Estudios Literarios Mexicanos, acertadamente contribuyó en, 2005, a difundir una edición más de La cocina colimense, a través de la Secretaría de Cultura de Gobierno del Estado de Colima, y ​​ahora, con el aporte de una nueva portada, y el agregado de textos que dotan de más contexto al libro (una nota biográfica de Guillermina, un prólogo de Teresa Escobosa Hass, una presentación del historiador Noé Guerra y la introducción de la propia Mónica), el libro vuelve a circular para recordar a un personaje clave de la cultura colimense del siglo pasado en cuyo actuar se manifestaron no solo la cocina y al arte, sino también el altruismo. Sobre este último aspecto, Mónica Rodríguez me platicó, emocionada, que su tía condujo durante muchos años, en la estación de radio XERL, el programa “Te queremos ayudar”, en el que, además de cantar sus propias canciones y de invitar a otros intérpretes, recibieron llamadas con solicitudes de personas que necesitaron algo: despensa, ropa, una silla de ruedas o auxilio médico, y entonces Guille Ahumada se dio a la tarea de resolver sus necesidades con la ayuda de sus conocidos y de muy diversas personas del público que, de manera espontánea, se sumaban a una buena causa. En una camioneta Rambler American blanca, me explicó Mónica, la tía recorría colonias de Colima para llevar, en diciembre, pozole, bolos y piñatas a niños y niñas de escasos recursos. Todo esto a costa de su propio peculio y de horas dedicado a la cocina ya la preparación de dulces y pequeños obsequios. Con esa actitud de desprendimiento, como le vaticinó su familia, no hizo fortuna, pero sí se ganó el cariño y la gratitud de muchas personas para quienes ella fue sinónimo de amabilidad, talento y generosidad. 

Cabe apuntar que el libro La cocina colimense es muy conocida en Colima y en otras partes del país y el extranjero. Por ello, no es fortuito que apareciera en el catálogo de la Biblioteca Gastronómica de la Fundación Hérdez, ubicada en la Ciudad de México, así como en los catálogos de varias bibliotecas de Estados Unidos. La cocina colimense es, de hecho, uno de los libros más vendidos en Colima, al igual que Cuentos colimotes , de Gregorio Torres Quintero, y El Ticuz. Diccionario de colimotismos , de Juan Carlos Reyes Garza.

Considero que Mina Ahumada fue, a un tiempo, tradicional por cuanto a la promoción de un rol femenino asociado a las “labores de la casa”; pero también, subversiva, audaz, por su liderazgo, por cumplir sus sueños de grabar discos y editar libros en un tiempo en que era infinitamente más complicado que en la actualidad; por su legendario viaje a Europa; por casarse a edad madura y divorciarse al poco tiempo.

Apreciada en todos los círculos sociales, Guillermina Ahumada recibió en vida distintos homenajes, uno de ellos, el 20 de marzo de 1984, por parte del H. Ayuntamiento de Colima, y, en 2010, con carácter post mortem , el H. Congreso del Estado de Colima le otorgó la Presea Rafaela Suárez, que se concede a quienes se distinguen en la investigación histórica o cualquier disciplina artística. Una calle, del oriente de la ciudad de Colima, ostenta su nombre.

A distancia, cuando se observan estas vidas entusiastas, que aman con fervor el lugar donde viven, que se afanan en hacer el bien sin mirar a quién, uno no puede menos que sentirse motivado a hacer lo mismo, ya confirmar, con la letra de una de las canciones de Guillermina Ahumada, que Colima es “un pedazo de cielo con olor a jazmín”, y que bien vale la pena invertir todos nuestros esfuerzos en el resguardo y difusión de su patrimonio cultural, pues, después de todo, es una forma de darnos la mano con el pasado y de extenderla hacia el futuro, en el ánimo de un encuentro con los que apenas vienen.

Celebro la reaparición de La cocina colimense , de Guillermina Ahumada, un libro que despierta todos los sentidos, así como la memoria y la nostalgia. Enhorabuena a Mónica Rodríguez, por este rescate, ya quienes, de un modo u otro, hicieron posible el evento editorial comentado.

 

 

Ada Aurora Sánchez



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