José Rentería Quevedo, presidente de Canirac en la entidad, reconoció que 2022 fue un año diferente y difícil por dos temas principalmente: la pandemia y la inseguridad; aunque ellos no dejaron de trabajar ni de crecer. “Este año fue de mucho aprendizaje, porque nos topamos con muchas cosas que no se habían suscitado. Primero la pandemia y después el tema de la inseguridad nos pegó bastante. “Creemos que 2023 será un año al que llegaremos con mucha enseñanza de 2022, porque ya tenemos las estrategias necesarias para que no nos agarre desprevenidos”, indicó. Explicó que con la pandemia se tuvo una afectación gradual en el sector restaurantero durante los últimos 2 años, sobre todo porque era algo que nadie vio venir. Sin embargo, la inseguridad pegó más fuerte en afectaciones, porque se tuvo que modificar horarios y formas de trabajo para poder seguir activos. “Muchas veces la inseguridad nos terminó golpeando y algunos negocios hasta cerraron, sobre todo los giros nocturnos, que no tenían clientela, porque la gente dejó de salir de noche. Fue algo inmediato lo que nos golpeó”. Rentería Quevedo dijo que los empresarios locales están en una etapa de transición, en la que están recobrando el capital que les hizo falta en los meses que estuvieron cerrados o en horarios reducidos. Aunque siempre el arranque del año se considera difícil, Rentería Quevedo confió en que las autoridades siguen recuperando los festivales y fiestas populares.
