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Colimenses por el mundo: El sol sale para todos



Domingo 01 de Enero de 2023 8:06 am

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DESPUÉS de un inicio un poco complicado, Mario Iván Aguilar Navarro tiene hoy un futuro que promete dentro de la industria de la construcción en la fría ciudad de Vancouver, Canadá, lejos del cálido puerto de Manzanillo que le vio nacer. 
Esta es parte de la vida de Mario, quien es hijo de Angélica María Navarro y Mario Aguilar Ávila, así como hermano de Kevin Zaid. 
Estudió en Camotlán de Miraflores su preescolar, en la escuela Manuel Godina Horta; sus estudios primarios los realizó en la Pedro Núñez; la secundaria la desarrolló en partes, los primeros 2 años en Minatitlán, en la técnica Benemérito de las Américas, y el tercer año de regreso en Camotlán, en la Técnica Artículo 27 Constitucional. Continuó sus estudios de preparatoria en el Bachillerato Técnico #28, de donde egresó como técnico en contabilidad y administración, a la par que concluyo también un curso que lo validó como técnico en inglés comercial.
Después de la preparatoria, ingresó a la licenciatura en gastronomía en la Universidad de Colima, Campus Manzanillo, la cual abandonó al final del primer año al darse cuenta que no era lo que quería hacer por el resto de su vida. Se tomó unos meses libres, tiempo en el que su abuela materna, Elva Partida Ruiz, a quien cariñosamente llama Maeva, ya que de pequeño no podía pronunciar Mamá Elva, estaba haciendo remodelaciones en su casa, por lo que le dio trabajo y fue justo ahí cuando escuchando una programa de radio encontró un nuevo interés de estudio: La licenciatura en criminología, que en ese entonces únicamente impartía la Universidad Vizcaya de las Américas. 
De inmediato se puso a investigar la currícula y decidió que eso era lo que quería, así que con ayuda de su tía Malinali cursó los primeros años en la capital y concluyó en el campus Manzanillo. Después de terminar la licenciatura, tomó un diplomado en criminología clínica, que al aprobarlo lo ayudo a titularse. Al paso del tiempo, se encontró trabajando en la Secretaría de Educación Pública como intendente en una escuela primaria, lo que se suponía haría por un periodo corto porque en ese momento no sentía la certeza de lograr una base. Sin embargo, también se planteaba la idea de quedarse ahí para crecer dentro del sistema y en un futuro llegar a tener algo “seguro”, pero a su sed por la aventura no la saciaba un trabajo de esa naturaleza, y el cada vez más se sentía estancado. 
Pasó por muchas dudas y para variar se encontraba en números rojos, al ir creciendo la presión decidió empezar a buscar alternativas, y entonces recordó a un amigo que vivía en Vancouver, así que renunció a su trabajo y al cabo de un mes y medio ya estaba decidido y preparado para iniciar el viaje; sólo había un problema: no tenía dinero. 
Pensó entonces en vender su cuatrimoto y con ese dinero comprar el pasaje, sin embargo al hacer la venta el nuevo propietario se la pidió para probarla con tal suerte que la moto se desvíelo, así que de nueva cuenta se encontró con deudas hasta el tope, sin poder solicitar más préstamos y ahora sin la cuatrimoto. Pero entonces, Domingo Rodríguez, a quien llama abuelo, porque dice, siempre ha estado presente en su vida, le extendió generosamente su mano y su ayuda, y fue así como en 2017 llegó a Canadá inicialmente por una estancia de 6 meses, y tras su llegada, lo primero que llamo su atención fue la seguridad, el orden y un detalle en las calles muy pintoresco: pues las casas en vez de estar delimitadas por bardas o barandales, como es común aquí, allá tenían follaje y plantas cortadas artísticamente. 
Al principio relata que era agradable vivir con “roommates”, compartir los gastos y no estar solo, pero a la larga se volvió una pesadilla ya que compartir habitación no siempre es fácil, más aún cuando se tienen costumbres diferentes.
Lo que más disfruta de la ciudad es la seguridad, la limpieza y las muchas oportunidades, porque dice, “el que trabaja vive bien, y el que no, en cualquier lugar estorba”. En términos generales dice que la gente es muy amable, sin embargo, también existe el otro lado de la moneda, ya que por desgracia existen personas que se quieren pasar de listas y se aprovechan de la inexperiencia del recién llegado, así que es muy común que trabajes y no te paguen, o también te apliquen fraudes con casas que supuestamente rentan y cuando llegas te das cuenta que ya están rentadas o que te dieron una dirección aleatoria. 
Dice que extraña a su familia, la comida y de cierta forma la libertad, y cita un ejemplo: el hecho de conducir cualquier vehículo en tu ciudad sin licencia especial para ello, la libertad de hacerle a tu casa las remodelaciones que quieras, sin tener que sacar mil permisos y esperar meses o hasta años a que te contesten. 
En Canadá, cuenta, ni de chiste puedes siquiera llevar a una persona detrás en una camioneta, ni estacionarte si no tienes el permiso de esa área, fuera de eso, Mario dice encontrar similitudes con su tierra, como la amabilidad y calidez de la gente, porque en Vancouver, señala, a pesar de que las personas parecen distantes, cuando ocupas ayuda, lo más seguro es que la obtengas; si pierdes tu teléfono, billetera u alguna pertenencia, es muy seguro que la recuperes. 
Actualmente se dedica a trabajar en el ramo de la construcción y en el área de limpieza, se siente orgulloso de haber empezado desde abajo, pues inició pintando, luego haciendo demoliciones, hasta que fue tomando experiencia y logró convertirse en encargado de obra, para finalmente fundar, con la ayuda de Goreti Ercilla, su esposa, quien es oriunda del país Vasco, su propia empresa Cement finishing, y abrieron una más dedicada a la limpieza. 
El aprendizaje aquí, nos comparte Mario, es que al final se pueden lograr grandes proyectos siempre y cuando tengas presente dos cosas: hacer el bien y tener claridad en tus objetivos. Y termina: “Si en otro lugar, fuera de casa, encuentras una oportunidad de empezar de nuevo, hay que aprovecharlo y hay que aprender siempre porque el sol siempre sale y sale para todos”. 
Gracias Mario por compartir parte de tus vivencias. Deseo para todos que este año que hoy inicia sea espléndido en salud, amor y tranquilidad en sus corazones. Feliz año.

Adriana CORTÉS ÁLVAREZ



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