2023, año de Francisco Villa
Domingo 08 de Enero de 2023 8:32 am
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ESTE 2023 fue oficialmente declarado como “Año de Francisco Villa”, hecho que lo pondera como “héroe nacional”; no obstante, los pasajes documentados que lo desacreditan, rompen su mito (creado en la postrevolución) y lo evidencian como el verdadero personaje que fue a lo largo de su vida ante el inapelable veredicto del tiempo en el que, de gavillero, abigeo, asalta-caminos y contumaz genocida, pasó a revolucionario y luego a mártir-héroe.
Con este motivo, aunque en otro sentido, cabe un nuevo apunte sobre el convenientemente retomado personaje, en su momento promocionado por Hollywood, con contrato y todo.
Allá por el norte, desde hace décadas y como parte del imaginario, se sabe que Pancho Villa, el icono de la mexicanidad y parte ya de la torcida historia de bronce, es de ascendencia no mexicana; versión que se ha fortalecido con un texto que se encuentra en cualquier librería de Chihuahua: “La Familia Secreta de Pancho Villa, una historia oral”, original de Rubén Osorio. Trabajo, el suyo, que no sobra decirlo, ha levantado polémica, incluso algunos lo consideran aberrante por ir contra la (post) verdad histórica; no obstante, datos como las fechas, testimonios y demás, invitan a serenarse y recapacitar sobre el inusitado planteamiento.
Era 1986 cuando, según el autor, se encontraba en Chihuahua conversando con su colega médico Pablo Camacho Fermán. Hablaban, dice Osorio, sobre el origen y la vida de cuatrero de Villa en Durango, cuando de repente su interlocutor suelta: “Es conocida en mi familia la versión de que Doroteo Arango fue hijo de Luís Fermán, mi bisabuelo, un hacendado de origen judío-austriaco. Quien, según sé, a mediados del siglo antepasado vino a México procedente del principado de Liechtenstein para asentarse en Durango como hacendado. Venía del corazón germánico de Europa. El interlocutor, originario de Torreón, abundó más en el tema, aclarando que eran pláticas de sobremesa con su abuelo, Miguel Fermán, y lo que desde niño escuchaba de sus padres sobre el presunto parentesco.
Según Camacho Fermán, Luís Fermán, originario de Bläudorf, aldea alpina ya desaparecida, residía en Schaan, pequeña ciudad industrial situada pocos kilómetros al norte de Vaduz, capital de Liechtenstein, cuando migró a México, donde después de radicar un tiempo en Tamaulipas, finalmente se asentó en tierras de Durango, donde adquirió una propiedad cercana a San Juan del Río.
Allí se estableció con Rosario García, su esposa, con quien procreó a dos hijos, Luís, que murió muy joven sin dejar descendencia, y Miguel Fermán García (el abuelo materno) que nació en 1870 en la Ciénega de Basoco. Después de fallecida su esposa, Luís Fermán –El migrante- tuvo amoríos con una mujer de nombre Micaela Arámbula, empleada entonces en la casa grande de la hacienda. Como resultado nació un hijo.
En 1870, con el arribo de Porfirio Díaz al poder, México emerge de dos guerras, una en contra de Estados Unidos y la otra contra Francia, a la vez de sus interminables disturbios internos entre facciones. La hegemonía de los hacendados privaba y los abusos contra la peonada también, incluidas las mujeres y las hijas de estos, contra las que en muchos casos aplicaban “derecho de pernada”.
En ese contexto, Camacho Fermán, abundó: “Mis abuelos y toda la familia mantuvieron ese pasaje oculto, no era algo de lo que la familia pudiera enorgullecerse a sabiendas de que José Doroteo era producto de relaciones ilícitas de mi bisabuelo con una mujer del servicio, algo vergonzoso”.
Y continúa: “Cuando José Doroteo creció, trabajó como peón en la hacienda de mi bisabuelo, luego de su muerte, también laboró con el abuelo Miguel, para luego irse a un rancho de los López Negrete, y después lo que ya es historia, con el agregado de que después de varios años en los que anduvo de forajido, Arango migró a Chihuahua, en donde en 1910 se unió a la revolución de Madero para reaparecer en 1911, atacando las propiedades de los Fermán en Durango, quienes huyendo abandonaron todo cuanto tenían para ir a refugiarse a Torreón. A partir de entonces los Fermán tienen razones para escupir todo lo que huela a Villa o Arango”. ¿Cómo ve?