Diego San Román, el triunfador
Miércoles 15 de Febrero de 2023 8:43 am
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Como leyó usted el balazo de esta croniquilla, “La Villa, es La Villa” sin el menor ánimo de herir sentimientos, la tarde de ayer, se lidiaron seis ejemplares de la ganadería de San Pablo, ubicada en Atotonilco Jalisco, que salieron desiguales, destacando los corridos en tercero y sexto de la lidia que correspondieron al queretano Diego San Román quien tratando de alegrar a los aficionados que llenaron La Petatera, aprovechó muy bien sus bureles para llevarse las primeras dos orejas de Leo, un toro negro listón y que merecía un sólo trofeo, pero el respetable le otorgó el segundo apéndice.
Con el segundo de su lote Camcar, Diego, armó la escandalera con un variado repertorio sobre todo en el último tercio con la muleta y una defectuosa estocada que hizo rodar al de San Pablo por la arena dándole el Juez Alfredo Huicochea dos orejas y ante la presión del público le otorgó un inmerecido rabo que lo convirtió en el triunfador de la primera corrida formal.
El limeño Andrés Roca Rey, vino a La Petatera desangelado y como que la ilusión de verse vestido de charro, lo hizo perder el desencanto de sus dos toros, Capitán y Guval a los que poco o nada les pudo sacar provecho a pesar que, en su segundo, quinto de la lidia se le vieron algunos destellos toreando con parsimonia y suavidad, pero se fue en silencio quedando por esta vez a deber una buena actuación.
Don Fermín Espinoza el de Saltillo Coahuila, al Fermín Espinoza IV de Aguascalientes de ayer, obvio que hay un mundo de diferencia, pero la magia que arrastra ser Armillita, le falta una galaxia, ayer y a pesar de haberle tumbado una oreja a Chulito, una oreja que tardó mucho el juez en otorgársela, incluso tuvieron que ir a la puerta de toriles a devolver los restos del animal para cortarle una oreja.
El Juez bien en su papel, apegado al reglamento, haciendo los cambios con precisión y tomando en cuenta el clamor de los aficionados.
La gente regresó a La Petatera después del largo ayuno taurino, pero siguen faltando más respeto a varios detalles en general, por ejemplo, en los petates donde dan a conocer el nombre, número y peso del toro, le faltó algo indispensable como es la edad del animal, alguien gritó y con justa razón, que los toros no representaban ni el peso, ni la edad algunos parecían novillos.
Si están altos los precios de las entradas ya es responsabilidad de quien los compra, pero que los refrescos cuesten 60 pesos, la comida chatarra otro igual, creo que exageran los concesionarios de la plaza.
Cerramos el comentario de esta primera corrida formal, esperando que en la segunda el próximo martes, los toreros vengan vestidos con sus trajes de luces, porque ayer los trajes de charro, muy bonitos, pero jamás podrán igualarse con la majestuosidad, belleza y tradición de una verdadera fiesta de toros, y como decía el ilustre villalvarense Don Alfonso Rolón Michel, “no le busquen chichis a las culebras”, los charros a los lienzos y a los jaripeos y los maestros del arte de cuchares, a los ruedos de arena, de sombra y de sol, aunque hay que volver a decirlo, así con mayúsculas, LA VILLA, ES LA VILLA.