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Horror en Mulegé



Desde la ventana de los recuerdos

Domingo 16 de Abril de 2023 8:52 am

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MULEGÉ es un pueblo pintoresco enclavado junto al mar de Cortés, casi en el centro del estado de Baja California Sur. 
Como la gran mayoría de los pueblos de la península, nace gracias a un gigantesco oasis que genera un hermoso lunar verde en lo árido del gran desierto. 
Sus habitantes viven de limitadas actividades agrícolas (hortícolas), una incipiente ganadería y sobre todo del turismo, ya que dicho pueblo es paso obligado de toda persona que por tierra se traslade de la Paz hacia Tijuana o viceversa y, además, al sur de la comunidad, a pocos kilómetros, entre 8 y 10, empieza una gigantesca zona de apacibles playas en lo que es la enorme Bahía Constitución. Entre las playas más cercanas a Mulegé se encuentran El Requesón y El Burro.


En la Semana Santa de 1982, radicando en Tijuana, donde me desempeñaba como maestro, resolvimos seis familias, cuyas cabezas éramos profesores amigos, viajar en caravana hasta aquellas tierras, acampando por una semana en la playa El Burro, que en aquel entonces no contaba con instalación alguna, siendo en los hechos una playa virgen. 
Además de nuestras familias, instalaron sus campamentos por lo menos otras 40, que provenían de diversos lugares, principalmente de Tijuana y de Estados Unidos. La playa es preciosa, de oleaje muy tranquilo y aguas cálidas y poco profundas. Todas las noches ocurría un fenómeno curioso: bajaba tanto la marea que la orilla del agua se recorría mar adentro por lo menos 100 metros, con relación al punto que llegan las aguas en el día.
La segunda noche acordamos tres de los profesores amigos ir a intentar pescar con una atarraya de mi propiedad, que desde Colima me había llevado, y que ya en una ocasión me había regalado buen bonche de lisas en Ensenada. 
Por ser de noche, el agua ya se había retirado unos 100 metros mar adentro, por lo que caminamos hasta llegar y lanzar tarrayazos a diestra y siniestra durante aproximadamente una hora, con el agua a la cintura. Al confirmar que la pesca era pobre, regresamos al campamento como a las 10 de la noche. Lo primero que hice al llegar fue preguntar a mi mujer por la niña, mi primogénita, Juaenedi, quien apenas contaba con 1 año y 4 meses de edad, ya empezaba a hablar e inició a caminar desde los 9 meses. La respuesta de mi mujer me dejó petrificado, pues me dijo que se había ido con nosotros a pescar.
Ocurrió seguramente que con la oscuridad de la noche no la vimos, quizás íbamos distraídos por la novedad de pescar y es posible que la niña se hubiera ido tras de nosotros, simplemente siguiéndonos y, si en algún momento nos habló, no la escuchamos por el ruido del mar. El caso es que mi pequeñita estaba extraviada en ese lugar agreste, donde para un lado había mar y para el otro un árido desierto, en el que ya un día antes habíamos visto una víbora.
De inmediato los 14 adultos empezamos a buscarla con linternas en la playa, junto al mar, en la orilla del desierto y en las diversas tiendas de campaña instaladas por las 40 familias asentadas. Fueron 20 o 25 minutos de horror, que concluyeron con lágrimas en todas partes cuando la encontramos resguardada por una generosa familia gringa que la escuchó llorar, perdida en la playa aquella negra noche. 
No pude contener el llanto cuando mi pequeña, aún muy asustada, se adhirió a una de mis piernas y llorando me decía: “Papi, yo me fui caminado para donde tú ibas, hasta el mar, y me metí al mar porque te oía pero no te veía, y me asusté cuando ya dejé de oírte”. Inreíble, por eso yo creo en la grandeza de Dios, mi niña traía su trajecito de baño mojado hasta el pechito, o sea, que hasta esa profundidad se metió al mar y milagrosamente nada le pasó.
Afortunadamente el oleaje era muy leve, muy pequeño, y Dios muy grande, gigantesco. Esa cría ya casi cumple 40 años y se ve que vive feliz, a plenitud, en la Ciudad de México; se hizo adicta al esmog.
*Con la autorización del autor, se reproducen las historias de este libro publicado por Puertabierta Editores.

Arnoldo Vizcaíno Rodríguez



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