La aviación en Colima
Domingo 30 de Abril de 2023 8:40 am
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ANTECEDIDO por el campo de aviación que originalmente se abrió en 1928-1929 al sur de la actual calzada Pedro A. Galván, emplazado en las inmediaciones de donde hoy se asienta la glorieta del Rey de Coliman, desde donde despegaron aeroplanos que bombardearon los presuntos campamentos cristeros. El 16 de noviembre de 1930, siendo gobernador Laureano Cervantes, como parte de los festejos del XX Aniversario de la Revolución, se inauguró y fue abierto a la navegación aérea el primer campo de aviación de la ciudad de Colima, al que se le puso el nombre del aviador colimense Jorge Llerenas Silva, recién fallecido.
No obstante, la transportación aérea de pasajeros en Colima se inició hasta el 1 de agosto de 1937, al inaugurarse el servicio Manzanillo–Colima–México, con escalas en Coalcomán, Apatzingán y Morelia, por la concesión otorgada a Carlos Panini Binnossi (1904-1951). A la par, otro campo de aviación fue abierto el 20 de febrero de 1938, cerca de Salagua en Manzanillo, era una rudimentaria pista de tierra de poco más de 300 metros y así funcionó casi en exclusiva para los tres aviones de la empresa Servicio Aéreo Panini, del mismo empresario, quien, para la época, habiendo iniciado en 1925, ya controlaba las rutas regionales entre Guerrero, Michoacán, Jalisco y Colima, con conexión al centro.
Aquellos aeroplanos volaban equipados con solo sillas duras, de tubos atornillados al piso y cortinas de tela atadas con cordones, sin cinturones de seguridad, mascarillas de oxígeno o extintores; chalecos salvavidas o salidas de emergencia; así sobrevolaron las bahías costeñas igual que las serranías. Posteriormente se dio la presencia de otras pequeñas compañías, principalmente de Jalisco y Michoacán, y servicio local de taxi aéreo, hasta la presencia de líneas internacionales y nacionales que hicieron su arribo a mediados de la década de los años 70´s, de estos últimos eran los populares “guajoloteros”, movilidad generada como efecto de la pujanza económica de la región, impulsada desde la posguerra.
De hecho, factores sustantivos para el incremento de la comunicación aérea lo representaron, además del desarrollo económico de la entidad, los entonces atractivos turísticos en ciernes, sumando a ello el ahorro de tiempo que la comunicación aérea significa cada vez más. Una porción del predio de dicho campo de aviación aún se localiza al sur, al otro lado de la vía del tren, donde funcionó hasta que, sin protocolos ni aviso oficial, en la década de los 90´s, luego de la entrada en operación del Aeropuerto Nacional Miguel de la Madrid Hurtado, de Buenavista, en Cuauhtémoc, el 17 de septiembre de 1987, esta pista fue paulatinamente abandonada y clausurada.
Luego de su cierre a vuelos oficiales, por varios años la pista del Jorge Llerenas Silva se utilizó para resguardo de aviones ligeros monomotores (yo mismo, con mi familia, la llegué a utilizar a mediados de los años 90, volando un ultraligero rentado), así como de avionetas particulares y, hasta antes de su venta en 2016, del helicóptero adquirido por el Gobierno del Estado (2012-2015), paralelamente un costado de la misma, entre los años 70s y principios de los 80s, para competencias de motos, bicicletas y, desde 1995, para los llamados “arrancones”, hasta que la mancha urbana la alcanzó, por lo que la pista “Paco Zaragoza”, con su último evento realizado el 14 de junio de 2015, posteriormente y para inutilizarla, fue abierta con zanjas transversales.
Así pues, los campos aéreos o aeropuertos en nuestra entidad, como el Internacional Playa de Oro en Manzanillo, inaugurado por Echeverría el 16 de octubre de 1973 a instancias de Antenor Patiño y el grupo Alfa, en evidente respaldo a sus multimillonarias inversiones en la zona. Asimismo, no hay que olvidar que, durante el gobierno de López Portillo, se construyó y puso en operación el campo aéreo de la isla Benito Juárez–Socorro, el 28 de abril de 1979, siendo gobernador Arturo Noriega Pizano, infraestructura militar estratégica ubicada en las Revillagigedo pertenecientes a la jurisdicción del Estado de Colima.