Registran la explosión más brillante jamás vista
Domingo 14 de Mayo de 2023 10:17 am
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Una pequeña luz lejana que comenzó como un parpadeo anodino
en el cielo nocturno derivó, luego de estudios astronómicos más profundos en la
explosión cósmica más grande jamás observada, un evento que se cree que fue
provocado por una nube gigante de gas que fue engullida por un agujero negro
supermasivo.
La explosión, catalogada como AT2021lwx y que se produjo
cuando el universo tenía casi unos 6 mil millones, se describe en un estudio
liderado por la Universidad de Southampton fue publicado hoy en Monthly Notices
of the Royal Astronomical Society.
“Pasó desapercibido durante un año, ya que gradualmente se
hizo más brillante”, explicó el doctor en astronomía Philip Wiseman, de la
Universidad de Southampton que dirigió las observaciones. Fue solo cuando las
observaciones de seguimiento revelaron cuán distante estaba que los astrónomos
apreciaron la escala casi inimaginable del evento.
“Hemos estimado que es una bola de fuego de 100 veces el
tamaño del sistema solar con un brillo de aproximadamente 2 billones de veces
el del Sol. En tres años, este evento ha liberado unas 100 veces más energía
que la que liberará el sol en sus 10 mil millones de años de vida”, agregó
Wiseman.
La mayoría de las supernovas (la explosión de una estrella
moribunda y una de las más grandes conocidas) son visibles durante unos meses;
sin embargo, la ahora descrita se localizó hace tres años y aún está siendo
detectada por una amplia red de telescopios en todo el mundo. Esta gran
explosión es 10 veces más brillante que cualquier supernova conocida y tres
veces más que el evento de disrupción de marea más brillante, en el que una
estrella cae en un agujero negro supermasivo.
Los estallidos de rayos gamma son las explosiones más
energéticas del Universo y marcan el final de la vida de una estrella. Un
estallido particularmente brillante, GRB 221009, fue detectado recientemente
por varios telescopios espaciales. Un equipo de científicos dirigido por
astrónomos del Cosmic Dawn Center midió la distancia exacta al estallido, lo
que les permitió calcular la energía total liberada: durante su duración de
solo cinco minutos, liberó 1.000 veces más energía que la que ha emitido
nuestro Sol a lo largo de su 4.500 millones de años de vida, lo que hace que el
estallido sea el más energético jamás detectado.
Los estallidos de rayos gamma son los eventos más
energéticos y luminosos que se sabe que ocurren en el Universo.
Destellos de rayos gamma de corta duración que normalmente
duran desde una décima de segundo hasta menos de una hora, los estallidos de
rayos gamma pueden eclipsar por un breve período de tiempo a galaxias enteras.
Se cree que las explosiones son causadas por el colapso de estrellas masivas,
la colisión de estrellas de neutrones o la fusión de una estrella de neutrones
y un agujero negro.
Los investigadores creen que la explosión es el resultado de
un suceso muy raro: una vasta nube de gas, posiblemente miles de veces mayor
que nuestro Sol, que ha sido violentamente perturbada por un agujero negro
supermasivo. De esa manera, fragmentos de la nube de gas estarían siendo
engullidos por el agujero negro, enviando ondas de choque a través de sus
restos y del polvoriento contorno del agujero.
ECLIPSANDO A TODA UNA GALAXIA
El 9 de octubre de 2022, INTEGRAL de la ESA, los satélites
Swift y Fermi de la NASA y otros observatorios espaciales detectaron el
estallido de rayos gamma que, en consecuencia, se denominó GRB 221009A. Esto
llevó a Daniele Bjørn Malesani, astrónomo de la Universidad de Radboud en los
Países Bajos y científico afiliado al Cosmic Dawn Center, a apuntar el Very
Large Telescope (VLT) en Chile hacia la dirección de GRB 221009A.
Así, el año pasado los astrónomos fueron testigos de la
explosión más brillante de la que se tiene constancia a 2 mil millones de años
luz de la Tierra. Aquella explosión fue más brillante que la descrita ahora,
pero sólo duró una fracción de tiempo, lo que significa que la energía total
liberada por AT2021lwx es mucho mayor.
El estallido fue detectado en 2020 por la Instalación
Transitoria de Zwicky y posteriormente por el Sistema de Última Alerta de Impacto
Terrestre de Asteroides (ATLAS), ambas en Estados Unidos y encargadas de
vigilar el cielo para detectar objetos que cambian rápidamente de brillo, lo
que indica la existencia de eventos cósmicos. “Lo descubrimos por casualidad”,
señaló el investigador de la Universidad de Southampton Philip Wiseman, quien
destacó que “algo que brillara durante más de dos años fue inmediatamente muy
inusual”. Por ello, se siguió investigando el objeto con el Gran Telescopio de
Canarias; el Telescopio de Nuevas Tecnologías (operado por el Observatorio
Europeo Austral) en Chile, y el Neil Gehrels Swift (una colaboración entre la
NASA, el Reino Unido e Italia).
Usando el espectrógrafo X-shooter montado en el VLT, el
espectro resultante permitió a Malesani y su equipo medir la distancia exacta a
GRB 221009A. Aunque la galaxia anfitriona del estallido resultó estar a más de
2000 millones de años luz de distancia, esto lo convierte en uno de los
estallidos más cercanos. Además, con una distancia segura, el equipo también pudo
calcular la cantidad total de energía liberada por la explosión.
“Una vez realizados esos cálculos, nos dimos cuenta de que
es extremadamente brillante”, afirmó el también firmante de la investigación
Sebastian Hönig, citado por la Universidad de Southampton.
“Los estallidos de rayos gamma siempre son energéticos, pero
este fue absolutamente asombroso: durante los 290 segundos que duró, GRB
221009A liberó aproximadamente 1000 veces más energía que la que emitió nuestro
Sol durante toda su vida útil de 4500 millones de años”, agregó Malesani. Otra
forma de mostrarlo es que el estallido durante un breve período de tiempo fue
más luminoso que la luz combinada de todos los cientos de miles de millones de
estrellas en la Vía Láctea.
Los únicos objetos del universo tan brillantes como
AT2021lwx son los cuásares, agujeros negros supermasivos con un flujo constante
de gas que cae sobre ellos a gran velocidad. En un cuásar, el brillo aumenta y
disminuye con el tiempo, pero en el caso de esta explosión, hace una década no
se había detectado y “de repente aparece con el brillo de las cosas más
brillantes del universo, lo que no tiene precedentes”, agregó el también
coautor del estudio Mark Sullivan.
El equipo quiere ahora recopilar más datos sobre la
explosión, midiendo distintas longitudes de onda, incluidos los rayos X, que
podrían revelar la superficie y la temperatura del objeto, así como los
procesos subyacentes. También llevarán a cabo simulaciones computacionales
mejoradas para comprobar si coinciden con su teoría sobre la causa de la
explosión. GRB 221009A también fue seguido en longitudes de onda más largas con
el telescopio espacial James Webb. Estas observaciones fueron dirigidas por
Andrew Levan, también de la Universidad de Radboud, aunque Malesani y otros
DAWNers también formaron parte del equipo.
Estas observaciones permitieron a los astrónomos
caracterizar aún más el estallido de rayos gamma. El telescopio James Webb fue
particularmente útil porque el estallido se encuentra, por una desafortunada
casualidad, detrás de una gruesa capa de polvo cósmico dentro de la galaxia de
la Vía Láctea. Esto no tiene nada que ver con el estallido en sí, pero
dificulta la interpretación de los resultados, ya que atenúa la luz del
estallido. Webb observó el resplandor en el infrarrojo medio, que se ve mucho
menos afectado por el polvo, lo que ofrece una mejor vista del evento.
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