Cuevas y Hernández mezclan literatura y música a invitación del Ayuntamiento de Manzanillo
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Sábado 24 de Junio de 2023 1:23 pm
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Dos sillas,
un par de micrófonos, atriles, literatura, música y gran talento se conjugó
para crear "Entre el bosque y la mar", presentación a cargo de la
escritora y poeta Guillermina Cuevas y el músico Jorge Hernández, que a
invitación del Ayuntamiento de Manzanillo, a través del Instituto Municipal de
la Cultura, hicieron la tarde de este viernes.
Desde el
auditorio del Centro Cultural Salagua, la suave y decida lectura de la poeta,
lanzó los primeros acordes de una guitarra que hacía sonar la canción "La
cosecha de mujeres", que fue aderezada por una historia, de vida
colimense, que trató de la aventura de 24 mujeres que visitan el mar en
Cuyutlán a bordo de un auto Renault. Tras su vivencia y retorno a la capital
colimense, Carola, la dueña del vehículo, es alertada de que este había sido
robado, tras algunas peripecias, un "negro gigantón" llamado Bombata,
recupera el carro, pues había sido contratado, exprofeso, para el cuidado de
las féminas.
Y así, como
esta historia, contada por Guillermina Cuevas y aderezada por el sonido de la
guitarra de Jorge Hernández, fue como se fueron hojeando otras más, muy
regionales, citando lugares muy colimotes como Comala, ambientes que se
acompañaban con canciones como La Carcachita de Roberto Carlos, o la de Qué bonito
es Manzanillo.
El sentido
del humor caracterizó esta muestra de literatura y de música, pero también fue
espacio para hacer un homenaje; la escritora citó al poeta Gaspar Aguilar, a
quien describió como una persona de cuerpo maltrecho, pero de voluntad
inquebrantable, "lo recuerdo con emoción y con tristeza", dijo la
poeta, quien agregó su reconocimiento también para David Haro, personaje que le
dio música aparte de la obra del ahí homenajeado.
Pero también
se habló del amor, del desamor, de "la inmensa y asquerosa alegra de saber
que nadie nos espera, del calor tan frío de un cuarto, de haber aprendido la
plenitud tan dolorosa".
Cuevas leyó
también sobre las infancias, del recuerdo de su abuelo, de las mentiras que
contaba y que en esa, su historia de vida en Quesería, fue feliz y ahora con
las letras lo inmortalizaba, pasaje que acompañó Hernández con la canción El
Barzón.
Llegó el
blues, y con él, el beat box de Hernández, que aunque solo tenía su guitarra,
no fue impedimento para crear con la boca los sonidos de trompeta y saxofón. La
historia de las letras leídas, versó sobre una pareja que se enamora con amor
del bueno y que a 50 años de distancia, y ya con cuerpos de bastantes carnes,
siguen juntos en el trecho de la vida.
Los relatos
siguieron con temas, incluso de muerte, pero con tonos de sonrisa y alegría,
como la narrativa de alimentos que la poeta compartió tras haber hecho un
trabajo de literatura y gastronomía.
Ambos
artistas, al finalizar y luego de ser reconocidos por el director del Instituto
Municipal de la Cultura, Lenin Cázares, no dudaron y se fotografiaron con el
público que en cada pieza y lectura los ovacionaron de aplausos.