Estudiar aguas negras ayuda a identificar virus, afirma investigador de la UNAM: Julián Carrillo Reyes
Foto Internet
Viernes 11 de Agosto de 2023 8:02 pm
+ -El investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Julián Carrillo Reyes, trabaja la epidemiología ambiental
Julián
Carrillo Reyes, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM Campus
Juriquilla, afirma que con el muestreo en aguas negras para detectar patógenos
se puede conocer la prevalencia de un virus y, por consiguiente, el posible
brote de alguna enfermedad, o la presencia de la misma en un grupo, aunque no haya
sintomatología.
Esto se llama
epidemiología ambiental, herramienta valiosa que apoya a la epidemiología
clásica y que hace falta desarrollar más en México.
“Ahora es
mucho más fácil de entender porque a partir de la pandemia (de SARS CoV-2,
causante de la enfermedad Covid-19) escuchamos de la PCR y la técnica que
utilizaba. Básicamente lo que hacemos es recuperar todo el material genético
que está en el agua residual, donde hay tanto células de nosotros que salen en
las heces y la orina, pero también hay bacterias, virus, protozoarios y un
conjunto de microorganismos. Lo que nosotros hacemos es romper las células en
el laboratorio y concentrar el material genético”, explica, al tiempo que precisa
que han llegado a detectar hasta tres mil virus en una muestra de aguas negras.
El material
genético en aguas residuales, abunda, es de todo: humanos, animales y
bacterias, por lo que con marcadores específicos para los microorganismos que
buscan logran amplificar con la técnica PCR y cuantificar cuántos
microorganismos hay de poliovirus, papiloma, bacterias, y pueden cuantificar
tendencia de presencia de estos patógenos en la población.
“La
epidemiología clásica, y es una norma oficial mexicana, se basa en que los
hospitales reportan hacia otro organismo los casos de enfermedades
prioritarias, y esta epidemiología va registrando y ve la tendencia en la
población. La limitación es que solamente es hasta que una persona tiene un
síntoma va al hospital y hasta que el hospital lo reporta, entonces lo podemos
tener meses entre que la estadística nacional detecta un caso de interés de lo
que suceda hasta que lo detecta, siempre y cuando sea sintomático. Si no es
sintomático nunca fue al médico y nunca se sabe”, agrega.
Este tipo de
epidemiología basada en aguas residuales puede detectar la presencia de un
patógeno, que se reproduce en la población, sin la necesidad de que la personal
que lo tiene presente síntomas, se trata, dice el investigador, de complementar
la epidemiología convencional con técnicas basadas en la epidemiología
ambiental, que observa los patógenos en el ambiente, para conjuntar los casos
clínicos con lo que hay en el ambiente.
Esta técnica
está mucho más desarrollada por los casos veterinarios, por las afectaciones
económicas que los brotes de ciertas enfermedades pueden causar a la ganadería.
Hay equipos mucho más económicos que el usuario toma la muestra, la manda a una
empresa y en menos de 24 horas tiene un diagnóstico con marcadores moleculares.
La pandemia,
explica, potencializa el uso de esta herramienta que desde antes usaban para
buscar bacterias resistentes a los antibióticos en las aguas residuales y ver
cómo las podían remover. Tras la emergencia sanitaria se vio la posibilidad de
cuantificar la presencia de SARS CoV-2 en aguas residuales. De hecho, Carrillo
Reyes y su equipo fueron los primeros en México, en Querétaro, con el apoyo de
la Comisión Estatal de Aguas (CEA), en detectar residuos del virus en las aguas
negras de la ciudad.
“En México ya
hay bastantes grupos que trabajan en el monitoreo de aguas residuales, pero
nada sistemático. No hay una propuesta, esto debe de venir de las autoridades,
no de la academia. Por ejemplo, en Europa ya se reguló y a partir de 2025 la
epidemiología en aguas residuales es obligatoria en la comunidad europea. Es un
hecho que se va a empezar a aplicar como medida de apoyo a la epidemiología
clásica”, sostiene.
Subraya que
aunque es muy costoso el análisis, es mucho más económico medir una muestra de
agua residual que analizar una muestra de 10 mil personas. El Banco Mundial,
agrega, hizo unos cálculos durante la pandemia. En los mismos, un análisis de
Covid-19, por persona, costaba entre 20 y 40 dólares con QPCR y una análisis de
agua residual costaba lo mismo, pero en el agua residual se observa la
tendencia de mil personas y en la otra de una sola personas. Es más económico
tener estadísticas generales de una población a través del agua residual.
En México hay
pocos lugares que puedan analizar las muestras de las aguas residuales, y el
equipo la UNAM Juriquilla es de esos, por lo que suelen invitarlos a participar
y montar un programa piloto a nivel nacional, para mostrar a las autoridades
que esta técnica es muy útil, además de ser una tendencia mundial en unos años,
cuando la epidemiología ambiental servirá de apoyo aún más a la epidemiología
clásica.
Añade que han
tenido pláticas con el Sector Salud, que ve los beneficios, pero el problema es
el financiamiento. Hace falta una política más dirigida a estos temas, además
de una mayor inversión hacia todo lo relacionado a la salud pública.
Carrillo
Reyes trabaja en ecología microbiana molecular, que significa interpretar lo
que hacen los microorganismos a través de su material genético y eso se aplica
al tratamiento de aguas, producción de biocombustibles y últimamente a
identificación de patógenos.