Mujica y Chomsky: ideas para evitar el colapso
Domingo 05 de Noviembre de 2023 10:28 am
+ -
“El verdadero triunfo es volverse a levantar cada vez que uno cae”, afirma el floricultor, exguerrillero y expresidente uruguayo José Mujica (1935); “El mensaje para los jóvenes es que piensen por sí mismos”, recomienda el lingüista y académico estadunidense Noam Chomsky (1928).
Éstos son los consejos de ambos pensadores que destaca Saúl Alvídrez (1988), quien acaba de publicar el libro Chomsky & Mujica. Sobreviviendo al siglo XXI (Debate), que presentará el 8 de noviembre, a las 19:00 horas, en la librería El Sótano de Miguel Ángel de Quevedo.
Tras siete años de trabajo e insistencia, el fundador en 2012 del movimiento estudiantil #Yo soy 132 logró entrevistar a estos destacados intelectuales; y que se encontraran e intercambiaran ideas sobre los retos que enfrenta la sociedad en esta centuria: el cambio climático, la corrupción, los populismos, la desigualdad.
“Estamos heredando una civilización que es ecológica, económica, política y socialmente insostenible y que acelera directamente al colapso, dada la amenaza ecológica, la amenaza de una catástrofe nuclear a través de la guerra o incluso una tecnológica”, comenta Alvídrez en entrevista con Excélsior.
Afirma que esta preocupación es el origen del proyecto que realiza en formato de libro y de documental. “Estoy alarmado por el colapso civilizatorio al que nos dirigimos. Creo que los jóvenes somos herederos de las décadas probablemente más peligrosas y complejas de la historia de la humanidad”.
Título: Chomsky & Mujica. Sobreviviendo al siglo XXI
Autor: Saúl Alvídrez
Editorial: Debate, México, 2023; 225 pp.
El egresado de Derecho y Economía del Tec de Monterrey considera que el documental, narrado por el músico Roger Waters y que dio origen al libro, estará listo en noviembre de 2024. “Todavía seguimos filmando. Ahora voy a Uruguay a filmar unas cosas con Waters y Pepe (como le dice a Mujica)”.
Explica que escogió a Chomsky y a Mujica porque “son pensadores de una gran profundidad y son capaces de manejar cualquier discurso de una manera muy sencilla; son personajes que están completamente vigentes, en cuanto a su análisis y a la información que manejan.
“Identifique que ellos, me parece lo más rescatable, están convencidos de que la democracia de verdad, en la que los ciudadanos participan constantemente en la toma de decisiones, es la única y la última línea de defensa para evitar el colapso civilizatorio”, agrega.
Sobre qué aprendió de ellos, el activista chihuahuense añade que, a nivel personal, le sorprendió el “gran sentido del humor” que tiene Chomsky. “Es un personaje excepcionalmente humilde. Hace falta platicar con él para darte cuenta que su cerebro trae otra velocidad y, sin duda, un gran contenido. Es una biblioteca con patas. Descubrí que es un romántico muy enamorado de su esposa Valeria.
“Y, por otro lado, Pepe es pura pasión. Tiene una profundidad y una potencia tremenda. Es una presencia muy poderosa. Y creo que esto se debe a que, como pocos, enfrentó la muerte, la vio a los ojos; pero nunca bajó la mirada, por la fuerza de sus convicciones”, narra.
El autor plantea que la batalla por el futuro es eminentemente cultural. “Y me refiero a la batalla por la supervivencia de la humanidad en el siglo XXI. La cultura del capitalismo es individualista y competitiva. Y debemos luchar por lo opuesto, por una cultura colectivo-colaborativa.
“En lo individual, los valores más importantes a cultivar deben ser el amor y la amistad, porque son la antítesis del egoísmo. Otro elemento fundamental es tener un propósito en la vida, que creo hace falta. La mayor contradicción del capitalismo es que el éxito y la felicidad humana no son compatibles”, advierte.
Ante este panorama, Alvídrez piensa que “la principal labor de los intelectuales sería intentar ver con claridad, hablar con verdad y acercarse a los jóvenes para aportar no direcciones, sino contenido y herramientas para que la gente pueda construir un mundo mejor”.
Destaca que él escoge a los movimientos sociales como trinchera, porque en ellos se puede encontrar el cambio profundo que se necesita. “El paradigma político ya no debería ser gobernar a la gente, sino que la gente se gobierne a sí misma. El revolucionario del siglo XXI ya no es quien toma el poder para repartirlo, sino quien reparte el poder sin tomarlo”.