La viga en el ojo propio. Objetos directos e indirectos en el español de México
Solitaria palabra en el bolsillo / Ramón Moreno Rodríguez*
Lunes 13 de Noviembre de 2023 11:22 am
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En algunas ocasiones hemos hecho el elogio del
buen español de que hacemos uso los mexicanos, pero en esta ocasión hablaremos
de un vicio muy nuestro: confundir el plural en el pronombre lo en determinado
contexto. Diremos de entrada el problema y luego lo explicaremos, porque estoy
convencido de que a algunos lectores nuestros les parecerá tan extraño que no
podrán creer de que es un error, de tan introyectado que está en nuestro ser.
Pensemos el
siguiente escenario. Advierto yo que por lo nublado del cielo, no se puede
inferir sino que se aproxima un ciclón a las costas del sur de Jalisco. Así lo
comento con algunos amigos, pero éstos desconfían de mi intuición meteorológica
y niegan tal posibilidad. En efecto, se viene la lluvia y al día siguiente los
periódicos y demás medios anuncian la llegada de un ciclón a nuestras costas
desde el día anterior. Yo me encuentro a los incrédulos amigos, y mientras les
muestro la prensa digo admonitoria y petulantemente: se los dije. Pues
bien, estará perfectamente diagnosticado el clima pero la construcción es
imperfecta, pues debí haber dicho: se lo dije. ¿Es verdad que suena
increíble que sea lo en lugar de los? Pues así es. Veamos por
qué.
Esta oración está
constituida por un verbo conjugado y dos pronombres: se, funciona como
objeto indirecto y los es objeto directo. Un ejemplo canónico sería:
María compra chocolates para sus papás. El objeto directo es chocolates y por
lo tanto puede ser cambiado por el pronombre los; por lo tanto quedaría
la construcción: María los compra para sus papás. Aquí, el pronombre en
plural, lógico, sustituyó a chocolates. Papás es el objeto indirecto y
por lo tanto debe ser sustituido por se. Observe el lector que el
sustantivo (papás) es plural, pero el pronombre no tiene plural, no existe
ses, por lo tanto usamos para todos los casos la forma de singular, y
debemos usar se si el sustantivo es singular (papá) como si es plural
(papás). Aquí radica la fuente de la confusión.
Por lo tanto, si
cambiamos los dos sustantivos por sus respectivos pronombres, la oración
quedaría: María se los compra. Se, como ya se explicó, sustituyó
a papás y los a chocolates. En nuestro ejemplo “Se los dije”, se
sustituye al objeto indirecto amigos (plural) y los debería
sustituir la cosa dicha: ciclón (singular), por lo tanto, debería usarse
el pronombre en singular: lo, y no en plural los, porque la cosa
dicha es una sola (ciclón) y no varias. ¿Por qué se dio el enredo?
Porque los dos
pronombres en el ejemplo se lo dije, nos parece, están en singular (lo,
se) y nosotros sabemos que en esa oración hay un plural (amigos) y
necesitamos meterlo, y como se no es posible pluralizarlo, convertimos
en plural el único que es posible hacerlo (los) que es la cosa dicha y ya no
reparamos en correcciones gramaticales ni hacemos caso de que amigos
debe ser sustituido por se. Simplemente obedecemos a nuestro oído que
nos está diciendo que ahí hace falta un plural.
Estoy convencido
que quien me haya podido seguir con total concentración habrá entendido
cabalmente el fenómeno. No obstante, y a mayor abundamiento expliquemos el caso
de los pronombres que sustituyen a los objetos directos e indirectos. Aunque,
insisto, es redundar en lo ya dicho.
Los objetos
directos son aquello sustantivos sobre los que recae de manera inmediata la
acción del verbo: “compra chocolates”. Estos sustantivos pueden ser sustituidos
por un pronombre átono; exclusivamente: lo, la, los, las. Dependerá del género
y número del sustantivo para que usemos uno de estos cuatro: Como en nuestro
ejemplo incluía un sustantivo masculino plural (chocolates) debimos
sustituirlo por el pronombre masculino plural: los. Si la cosa comprada
hubiera sido singular femenino, como por ejemplo: María compra una casa para
sus papás, el cambio habría quedado: María la compra para sus papás. Por
lo tanto, si cambiamos los dos objetos (directo e indirecto) de María compra
una casa para sus papás quedaría: María se la compra. Por lo tanto, se
sustituyó a papás y la a casa.
En el caso de los
objetos indirectos tenemos que son sustantivos que reciben el beneficio o daño
de la acción realizada. En nuestro ejemplo primigenio el sustantivo que recibió
el beneficio realizado por el verbo fue papás. Como en el otro caso (en el de los
objetos directos) el pronombre que sustituya al sustantivo debe concordar en
género y número con el sustantivo en cuestión. El pronombre que hace la función
de tal objeto es se, pero a diferencia de lo, los, la, las, sólo tiene
una forma pues no existen los correspondientes: sa, sas, so, sos, sino que
todos cuatro sentidos se resumieron en se, y por lo tanto éste puede ser
singular y plural, masculino y femenino. Sea cual fuere el sustantivo que se
use en función de objeto indirecto.
Pensemos en el
siguiente ejemplo, siguiendo siempre nuestro modelo: María compra una víbora de
cascabel para sus profesoras. Se deberá sustituir al femenino plural (para sus
profesoras) por el pronombre se y, por otro lado, el pronombre la
sustituye al otro sustantivo (una víbora de cascabel) así la construcción
quedaría: María se la compra (María la compra para ellas).
A pesar de estas
explicaciones, y ya para concluir este breve aporte, preguntémonos: ¿un día los
mexicanos lograremos erradicar este vicio y diremos correctamente “se lo dije”
en lugar de se los dije”? Tengo mis dudas. Creo que persistiremos en el error a
pesar de la advertencia de que ahí está una piedra. Y esto es así porque somos
humanos, y nada de lo humano nos es ajeno, incluidas las piedras del camino en
que solemos tropezar.
*Doctor en literatura española. Imparte clases en la carrera de
Letras Hispánicas en la UdeG, Cusur. ramon.moreno@cusur.udg.mx