Parientes de Caro Quintero se alían al cártel de los Beltrán Leyva e irrumpen fuerte en América Latina: EU
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Viernes 08 de Diciembre de 2023 9:09 pm
+ -De acuerdo con un informe del Departamento del Tesoro estadounidense, la red criminal se dedica a contrabandear cocaína, al blanqueo de dinero y tráfico de fentanilo
Una nueva generación criminal del
cártel mexicano de los hermanos Beltrán Leyva se alió con parientes del
narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero, detenido en 1985 en una mansión
aledaña al principal aeropuerto internacional costarricense, y lanzó un intenso
operativo para contrabandear cocaína por mar de Colombia y Ecuador a Costa
Rica, Honduras y Guatemala en ruta a México y Estados Unidos.
La vasta red criminal incluyó
blanqueo de dinero y tráfico de fentanilo de México a Estados Unidos.
La información está contenida en un
informe del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Los parientes de Caro Quintero
asociados a los nuevos jerarcas del cártel de los Beltrán Leyva son dos
mexicanos y aún en fuga: su primo, José Gil Caro Quintero, y el hijo de este,
Jesús José Gil Caro Monge, precisó el reporte, emitido el pasado 6 de
diciembre.
Las piezas claves del engranaje,
también prófugos, fueron identificadas por el Tesoro como los mexicanos Óscar
Manuel Gastélum Iribe, alias “El Músico”, Pedro Inzunza Noriega y Fausto Isidro
Meza Flores.
“El violento narcotraficante José Gil
Caro Quintero ha trabajado estrechamente con Gastélum Iribe. Además, el hijo de
José Gil Caro Quintero, Jesús José Gil Caro Monge, también participa en el
envío de cargamentos marítimos de droga desde Sudamérica a México”, describió
el Tesoro.
“José Gil Caro Quintero está imputado
con cargos federales de tráfico de drogas” un tribunal de Washington “y, si es
capturado, será procesado conjuntamente” por la Sección de Narcóticos y Drogas
Peligrosas del Departamento de Justicia y la Fiscalía General de Estados
Unidos, puntualizó.
Acusado del asesinato en 1985 en
Jalisco de Enrique Camarena, un agente mexicano-estadounidense de la
Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en
inglés), Rafael Caro Quintero huyó en marzo de ese año a Costa Rica, donde fue
detenido al mes siguiente en una residencia de lujo a unos 20 kilómetros al
noroeste de esta capital y expulsado casi de inmediato a México.
Integrante del ya desaparecido Cártel
de Guadalajara, mafia mexicana que operó, dentro y fuera de México, de 1978 a
1989, y famoso con los alias de “Narco de Narcos”, “R1” y “Don Rafa”,
permaneció preso 28 años en México hasta 2013, cuando fue sorpresivamente
liberado en un confuso proceso judicial.
Una nueva orden de captura en su
contra fue emitida en 2015 por el caso Camarena, pero siguió en fuga, mientras
la DEA lanzó una oferta de recompensa por su detención de 20 millones de
dólares, la más alta en la historia criminal estadounidense por un
narcotraficante. En un despliegue de autoridades militares y fiscales
mexicanas, fue recapturado en 2022 en México.
La sombra de Caro Quintero en Costa
Rica, por los nexos que forjó en la década de 1980 con la Agencia Central de
Inteligencia (CIA), de Estados Unidos, y con el Cártel de Medellín, Colombia,
que operó de 1976 a 1993 e inundó al mundo de cocaína. Con la CIA y Medellín,
desarrolló un trueque de drogas, de Colombia a México y Estados Unidos, por
armas de México a Centroamérica para la guerrilla de los “contras”
nicaragüenses que, sostenida por Washington, combatió al régimen sandinista,
que gobernó en Nicaragua de 1979 a 1990.
La detección de los dos parientes de
Caro Quintero ligados a la red de los Beltrán Leyva para el contrabando de
estupefacientes en países centroamericanos y suramericanos, reactivó el
fantasma de lo que fue la todavía misteriosa primera captura de un capo
narcotraficante mexicano de alto rango en Centroamérica, y en especial en Costa
Rica.
Cuatro
elementos claves aportados por el Departamento del Tesoro de EU
“Gastélum Iribe, un narcotraficante
notoriamente violento, supervisa el transporte de drogas desde múltiples
países, incluidos Colombia, Ecuador, Costa Rica, Honduras y Guatemala, a varios
estados de México, incluidos Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Sinaloa,
para su distribución final en Estados Unidos, incluidos California, Arizona,
Oregón, Washington, Illinois, Nevada, Pensilvania, Ohio y Massachusetts”.
“Inzunza Noriega trabaja
estrechamente con Gastélum Iribe para traficar cargamentos marítimos de cocaína
y gestiona las fuentes de suministro de la droga”.
“La red de traficantes asociados de
Gastélum Iribe y Meza Flores también incluye coordinadores de logística (…),
quienes coordinan los cargamentos de droga desde Sudamérica a México por vía
aérea, terrestre y marítima, para su distribución en los Estados Unidos, en
nombre de la organización”.
Gastélum Iribe, Inzunza Noriega y
Meza Flores “constituyen el liderazgo actual de la OBL”.
Mafia
experimentada
Fundado en la década de 1990 dentro
del Cártel de Sinaloa, la más poderosa organización criminal mexicana de
producción y contrabando de drogas ilícitas, “lavado” de dinero y otras
modalidades de la delincuencia criminal, el Cártel de los Beltrán Leyva se
debilitó a finales del decenio del 2000 por sus mortales pugnas internas y con
socios externos.
La cúpula de la organización, con sus
tres hermanos líderes que construyeron una cadena de tráfico de cocaína a
Estados Unidos y de producción de marihuana y heroína, fue desarticulada.
Nacido en 1958, Arturo Beltrán Leyva
murió en 2009 en un choque a balazos con militares mexicanos en México. Alfredo
Beltrán Leyva, nacido en 1971, fue detenido en México en 2008 y extraditado en
2014 a Estados Unidos, donde en 2017 se le condenó a cadena perpetua por
narcotráfico. Carlos Beltrán Leyva, nacido en 1969, fue capturado en 2010 en México
y está preso.
“En su ausencia, una nueva generación
de narcotraficantes violentos subió al poder y asumió el control de la actual
OBL”, describió el Tesoro, que ahora identificó oficialmente a la mafia como
Organización Beltrán Leyva (OBL) y recordar que los hermanos Beltrán Leyva,
“miembros fundadores” fueron capturados o asesinados.
“Durante más de dos décadas, la OBL
ha sido un importante transportista de cantidades de varias toneladas de
cocaína a los Estados Unidos. La ruptura de la OBL con el Cártel de Sinaloa en
2008 desató años de derramamiento de sangre en México, mientras estas
organizaciones luchaban por el control de las rutas estratégicas del
narcotráfico hacia Estados Unidos”, relató.
Los Beltrán Leyva estuvieron
aparentemente relegados en América Latina y el Caribe frente a la implacable
potencia y a la irrupción incesante de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva
Generación, pero EU reveló su accionar con otros cabecillas.
El Tesoro advirtió sobre el fuerte
resurgimiento de lo que ahora identificó oficialmente como Organización Beltrán
Leyva (OBL), comandada por herederos -no por lazo sanguíneo- de sus jerarcas
originales.
La Oficina de Control de Activos
Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés) del Tesoro informó el 6 de este mes
que dictó sanciones financieras contra 15 mexicanos, “varios de los cuales son
fugitivos” de las autoridades estadounidenses, y dos empresas establecidas en
México y “vinculadas, directa o indirectamente”, a la OBL.
Por las sanciones, detalló, “todos
los bienes e intereses en los bienes” de los 15 mencionados por OFAC “que estén
en Estados Unidos o en posesión o bajo el control de personas de Estados Unidos
quedan bloqueados”.
“La epidemia de opioides, así como el
panorama cambiante del tráfico ilícito de drogas, ha envalentonado aún más a la
OBL para aprovechar el lucrativo mercado del fentanilo ilícito (opiode
sintético) en comunidades de todo Estados Unidos”, añadió.
Al recalcar en que “la OBL sigue
siendo una de las organizaciones de narcotráfico más poderosas del mundo”,
narró que “está muy involucrada en el transporte y distribución de drogas
mortales, incluido el fentanilo, a Estados Unidos. Ha sido uno de los mayores
proveedores de cocaína al mercado estadounidense durante más de dos décadas”.
Por su ubicación entre Colombia -principal
productor mundial de cocaína y punto de exportación del estupefaciente vía
Venezuela y Ecuador- y Estados Unidos -mayor consumidor global de esa droga-,
Costa Rica, en particular, y Centroamérica, en general, se consolidaron en el
siglo XXI como bases vitales de los cárteles mexicanos.