Sin turistas ni ritos navideños: la guerra entre Israel y Hamás convierte a Belén en un pueblo fantasma
Domingo 24 de Diciembre de 2023 8:57 am
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El lugar donde según la Biblia nació
Jesús, normalmente abarrotado, es un pueblo fantasma este domingo después de
que las celebraciones de la víspera de Navidad se cancelaran en Belén debido a
la guerra entre Israel y Hamás.
No estaban las luces festivas ni el
árbol de Navidad que suelen decorar la Plaza del Pesebre, ni tampoco las masas
de turistas extranjeros que se congregan cada año por las fiestas. Docenas de
agentes de seguridad palestinos patrullaban la plaza vacía.
Las tiendas de regalos abrieron tarde,
aunque unas pocas lo hicieron una vez paró el aguacero. Pero había pocos
visitantes.
“Este año, sin el árbol de Navidad y
sin luces, sólo hay oscuridad”, dijo el fraile John Vinh, un monje franciscano
de Vietnam y que vive en Jerusalén desde hace seis años.
Él siempre iba a Belén por Navidad,
pero este año era especialmente sombrío, explicó mientras miraba un nacimiento
en la Plaza del Pesebre, donde un niño Jesús envuelto en una tela blanca
recordaba a los cientos de niños muertos en los combates en Gaza.
Había alambre de espino alrededor y
los adoquines grises no reflejaban luces alegres ni los destellos de color que
suelen llenar la plaza durante las navidades.
“No podemos justificar sacar un árbol
y celebrar con normalidad, cuando algunas personas (en Gaza) ni siquiera tienen
casas a las que ir”, dijo Ala’a Salameh, uno de los propietarios del
restaurante Afteem, un local familiar a unos pasos de la plaza.
Salameh dijo que la víspera de Navidad
suele ser el día más atareado del año.
“Normalmente no puedes encontrar ni
una silla para sentarte, estamos llenos de la mañana a la medianoche”, dijo
Salameh.
Este año sólo había una mesa ocupada,
por periodistas que se tomaban un descanso de la lluvia.
El restaurante operaba en torno a un
15% de la capacidad normal y no podía cubrir los costos operativos, señaló
Salameh. Estimó que incluso cuando termine la guerra, tomará otro año que el
turismo vuelva a Belén con normalidad.
La cancelación de los festejos
navideños es un duro golpe para la economía local. El turismo supone en torno
al 70% de los ingresos de Belén, casi todo durante las navidades.
Muchas grandes aerolíneas cancelaron
los vuelos a Israel y hay pocos extranjeros de visita. Las autoridades locales
indicaron que unos 70 hoteles en Belén se han visto obligados a cerrar, lo que
deja a miles de personas sin trabajo.
Bajo un cartel con la frase “las campanas
de Navidad de Belén suenan por un cese el fuego en Gaza”, varios adolescentes
ofrecían pequeñas figuras de Santa Claus, pero nadie los compraba. En lugar de
su marcha musical tradicional por las calles del pueblo, jóvenes exploradores
guardaban silencio y sostenían banderas. Varios estudiantes extendieron una
enorme bandera silenciosa y se mantuvieron parados en silencio.
“Nuestro mensaje cada año en Navidad
es uno de paz y amor, pero este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira ante
la comunidad internacional por lo que está ocurriendo y pasando en la Franja de
Gaza”, dijo el alcalde Hana Haniyeh en un mensaje a la multitud.
Unos 20 mil palestinos han muerto y
más de 50 mil han resultado heridos durante la ofensiva aérea y terrestre
israelí contra Hamás, que gobierna Gaza, según las autoridades de salud del
territorio, mientras que el 85% de los 2.3 millones de residentes se ha visto
desplazado.
La guerra comenzó tras el letal ataque
de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel, en el que los milicianos
mataron a unas mil 200 personas, la mayoría civiles, y se llevaron más de 240
rehenes.
Los combates en Gaza también han
afectado a la vida en la Cisjordania ocupada. Los combates han ido acompañados
en un repunte de la violencia allí, y unos 300 palestinos han muerto por fuego
israelí.
Desde el 7 de octubre, el acceso a
Belén y otras poblaciones palestinas en el territorio ocupado por Israel ha
sido difícil, con largas filas de conductores que esperan a pasar los controles
militares. Las restricciones también han impedido que decenas de miles de
palestinos salgan del territorio para trabajar en Israel.
Amir Michael Giacaman abrió su tienda,
Il Bambino, que vende tallados en madera de olivo y otros recuerdos, por
primera vez desde el 7 de octubre. No ha habido turistas y pocos vecinos tienen
dinero de sobra, porque los que trabajaban en Israel han tenido que quedarse en
casa.
“Cuando la gente tiene dinero extra,
va a comprar comida”, dijo su esposa, Safa Giacaman.
“Este año contamos la historia de la
Navidad. Celebramos a Jesús, no el árbol, no a Santa Claus”, dijo, mientras su
hija Makaella corría por la tienda vacía.