Cansancio emocional y sufrimiento psíquico, padecimientos contemporáneos: UNAM
Cada vez mayor número de personas se sienten insatisfechas, vacías y fuera de lugar en su propio entorno.
Miércoles 10 de Enero de 2024 11:54 am
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Los altos niveles de estrés y
preocupación que enfrentan las familias mexicanas derivado de la creciente
inseguridad, los problemas económicos y falta de seguridad social, producen un
problema de malestar emocional generalizado que es urgente dimensionar y
atender.
De acuerdo con el profesor de la
Facultad de Psicología de la UNAM, Gerardo Mora Gutiérrez, adscrito a la
Coordinación de Psicología Clínica y de la Salud, cada vez mayor número de
personas se sienten insatisfechas, vacías y fuera de lugar en su propio entorno,
propiciando sufrimiento psíquico y cansancio afectivo que se manifiestan en
trastornos de angustia, depresión y ansiedad.
Estamos en una época con mayores
problemas y, sobre todo, con una vivencia que la gente expresa como de no
existencia; siente como si no tuviera un sitio, una identidad o razón para
vivir. Todo eso genera problemáticas severas.
Las tres determinantes emocionales que
definirían esa condición de malestar contemporáneo son: de la liquidez,
inexistencia y del vacío, en donde los individuos no se sienten bien consigo
mismos en ningún lugar, por más que tengan un buen trabajo, familia estable o
una sociedad que le ofrezca un rol importante que desempeñar.
Quien sufre psíquicamente, dijo, se
encuentra en un estado de desarmonía, es decir, cree que no encaja con él o con
ella misma, que tampoco puede mantener buenas relaciones interpersonales y,
desde luego, a la hora de interactuar con su entorno no se siente en confianza,
está insatisfecho, como consecuencia de una serie de malestares acumulados.
En entrevista, el especialista alertó
que se trata de una problemática social que va en aumento, razón por la cual es
importante detenerse a analizar qué pasa en los diversos grupos, a nivel de
sociedad o de familia. En esta última se observa que hay un desmembramiento que
tiene que ver con su entramado, en donde hay una serie de circunstancias que la
amenazan, al igual que a la crianza de las y los niños.
Los desafíos económicos que enfrenta
de manera cotidiana a su interior para cubrir las necesidades básicas y las
diferentes expresiones de violencia social, son dos de los principales factores
que desencadenan mayor sensación de malestar y fatiga.
Mora Gutiérrez comentó que cada vez es
más común encontrar lo que en psicoanálisis se conoce como “familias
deshabitadas”, en donde las personas están presentes físicamente, pero ausentes
psíquica y psicológicamente; es ahí donde se identifica la primera herida o
huella de malestar.
El tema del bienestar va más allá de
las condiciones económicas o materiales, pues también hay que considerar el
factor sentimental que en esta época es determinante para definir si se puede
hablar de una condición de esta naturaleza o desazón. Varias de las
alteraciones como depresión o ansiedad, deben considerarse señales de alerta o
denunciantes, agregó.
Otros dos componentes que definen la
inquietud contemporánea están relacionados con la irritabilidad y el
agotamiento mental, aunado a que están dejando de experimentar placer y se
perciben poco motivadas con las actividades que realizan; existe una sensación
de agotamiento emocional.
“Hay dos palabras que me llaman mucho
la atención dentro del léxico psicopatológico, una es la anhedonia, donde se
ubica a las personas que no experimentan placer y el otro es la abulia, que
tiene que ver con personas que no se motivan y se dedican a hacer prácticamente
nada”, refirió.
Reiteró que un “foco de alerta” para
identificar que alguien padece un cuadro de cansancio está relacionado con que
se muestran irritables todo el tiempo ante la falta de poder conectar con los
demás, no le toman aprecio a lo que acontece, y como respuesta conductual o
afectiva pueden asumir alguna adicción.
Vemos gente adicta a sustancias o
tranquilizantes, pero también al trabajo, lo cual suele ser algo común y
delicado; además se observan las conflictivas interpersonales, es decir, no
puede mantener contacto con nadie; se conoce como despersonalización y tiene
que ver con quienes de alguna forma empiezan a maltratar a otras y se muestran
insensibles frente al sufrimiento de los demás, destacó.
Enfatizó que cuando se combinan la
fatiga emocional con el sufrimiento psíquico se presenta una hiperestimulación
de fuga en donde buscan evadirse de la realidad frente al televisor, o a través
del teléfono celular y la computadora.
“Sienten una necesidad de escapar y
empiezan a tener pensamientos suicidas, entrando a una condición de alto riesgo
como consecuencia de ese sufrimiento”, advirtió.
Mora Gutiérrez sugirió que, ante los
primeros síntomas de cansancio emocional, se debe buscar ayuda profesional y
especializada, además de realizar ejercicios de autorreconocimiento y
conciencia, como forma de dialogar con nosotros para encontrar las causas que
los llevaron a ese estado de crisis emocional.