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Revelaciones de un tiempo ido*



Francisco Hernández López

Lunes 29 de Abril de 2024 1:32 pm

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Durante estos últimos años cada vez que me enfrento a la lectura de un texto lo hago con prisa y curiosidad. La disminución en la calidad de mi vista y el ritmo de las circunstancias que llamo mi vida me empujan a esa aparente prisa. A mi favor diré que aún conservo la natural curiosidad de un lector novato y un gusto enorme por la literatura. Acotado por estas circunstancias me enfrasqué en la lectura de Cuentos para Guillermo, libro de Ramón Moreno y uno de los ganadores del concurso La Maleta de Hemingway, convocado por la Secretaría de Cultura del gobierno del estado de Jalisco.

Confieso que durante los primeros párrafos el estilo del autor y su nombre me empujaron hacia los oscuros recovecos de la digresión: esa agilidad en la redacción que se presentaba a mis ojos la descubrí antes, en Julio Cortázar, recuerdo el primer libro del Cronopio mayor que cayó en mis manos, durante mis estudios de secundaria: Bestiario. Un descubrimiento inefable que marcaría mi forma de entender un cuento. Y luego ¿conozco a Ramón Moreno? No estoy seguro. Tal vez sí. A esas alturas ya había leído el primer texto que sirve de prólogo y dedicatoria por lo que dejé mis divagaciones y me dispuse a convivir con los personajes. De manera muy personal el autor nos presenta una dinámica familiar que se funde con el contexto histórico, pero desde sus experiencias de niño traslapadas con la percepción del adulto que narra los hechos y para un interlocutor que desvela el título: su primo Guillermo. Así los 11 cuentos nos ofrecen más que una historia específica ciertas sensaciones y revelaciones de un tiempo ido. Cómo conoció a sus primos en casa de su abuela Nico, en el primer cuento: “Unos primos lejanos”. “Caldo de pato” nos lleva a una relación con su abuela, aparentemente superficial, pero que nos deja una sensación de profundidad en la cómplice acción de cuidar y manejar un par de patos entre una parvada de gallinas.

Así los demás cuentos, a manera de instantáneas nos muestran un viaje a Talpa y la confabulación tácita con la otra abuela; la relación con un papá autoritario y la rebeldía ante esa misma autoridad; el fugaz descubrimiento del cuerpo femenino; las pequeñas venganzas; las razones jamás explicadas de ciertos castigos. También el autor nos da a conocer algunos hechos sucedidos mucho antes en la familia, como en “Refugiarse en la oscuridad de una noche ajena”.

Creo que sin proponérselo Ramón nos regala un puñado de cuentos que a su vez y en conjunto también nos cuentan una historia, es como si cada cuento tuviera vida propia y a la vez conformaran una novela. No estoy seguro de que así sea. En este caso el autor es el único que sabe de las intenciones y recursos que desarrolló en su obra.

Debo decir que la última parte me conmovió significativamente: “Guillermo en la Cantina”, permite al interlocutor del autor expresar una historia, meterse en el libro para dejarnos escuchar su voz y mostrarnos un sentimiento de culpabilidad y arrepentimiento. Finalmente quisiera decir que tal vez los Cuentos para Guillermo no son para Guillermo, sino para el mismo Ramón en complicidad con su primo. No lo sé. En todo caso los cuentos de este libro son para todos nosotros y eso sí podemos agradecerle al autor y a quienes participaron en la creación de esta obra.

 

 

*Texto leído por el autor durante la presentación del libro Cuentos para Guillermo de Ramón Moreno Rodríguez, en la biblioteca pública municipal “Juan José Arreola”, en Ciudad Guzmán, el jueves 25 de abril de 2024.

 

 




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