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“Como agua para chocolate”, una historia que trasciende generaciones



Lunes 04 de Noviembre de 2024 10:02 am

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La esperada producción estrenó este fin de semana en la pantalla de Max

“Como agua para chocolate”, la novela de Laura Esquivel, es una historia que logró trascender generaciones. Sus personajes han viajado en el tiempo y resuenan con una fuerza única que late en el corazón de cada actor y actriz que les da vida, primero en la película de Alfonso Arau y ahora en la serie que produce Salma Hayek; el elenco encontró más que una adaptación, un espejo en el que se reflejan sus propias historias y las de sus familias.

 

La serie trae consigo el aroma de una cocina ancestral, pero también los secretos que se cuecen en silencio, y la herencia de mujeres que han contenido su esencia entre ollas y fogones. Como es el caso de Irene Azuela, quien encuentra en su personaje, Mamá Elena, un espejo de su abuela: “mi abuela era muy rígida también, no había manera de que mostrara sus emociones, porque tenía la gran labor de sacar adelante a tres hijas”.

 

“Era como si la sociedad, los mandatos, las tradiciones, el deber ser, le hubieran dicho que tenía que ser siempre fuerte por sus hijas y eso fue apenas, no estamos hablando de 80, ni de 100 años, fue apenas. Es una herencia que seguimos teniendo y ahora nos empezamos a cuestionar tantísimas cosas más, pero no estamos tan alejados de eso. Me parece interesante que mamá Elena no se cuestiona si lo está haciendo bien o mal”, agregó.

En cada gesto de Mamá Elena, Azuela coloca una herencia ancestral de mandatos y responsabilidades: “en ese entonces esperaba que las madres les dieran a sus hijas un techo y una comida y un señor con el que casarse y con eso ya estaba, entonces puedes entender un poco más de la señora, de su rigidez y de su poca flexibilidad cuando se trata de decir me siento triste, tengo anhelos, quisiera buscar lo que hay más allá de una hacienda”, dijo.

 

Para Ana Valeria Becerril, encarnar a Rosaura ha sido un viaje íntimo. La actriz exploró la historia de su propia familia: “la historia de mi abuela es similar a la de mamá Elena y a la de Rosaura y aunque no la sé por completo, justo porque hay mucho silencio respecto a lo que sufrimos las mujeres, voy a intentar imaginármela y tratar de comprender una historia que me atraviesa y que me forma por completo. Hay un montón que sanar”.

 

Ángeles Cruz, quien da vida a Nacha, describe esa cocina que trasciende la ficción. Los olores, los sabores, la alquimia de los ingredientes cobraron vida en el set y la conectaron con su herencia oaxaqueña, “el set era un espacio lúdico”, mencionó Cruz, donde las actrices jugaban y se vinculaban a través del arte de la cocina, convirtiéndose en un refugio para emociones profundas. De hecho, aprendieron cada receta de la historia.

 

“Inmediatamente me recordó la cocina de mi casa, aprendimos a cocinar todos los platillos, la cocina era el espacio perfecto para poder vivir ese amor con tranquilidad y a partir de ahí, lo que nos atravesara. El día que picamos cebollas y cebollas y cebollas fue todo un viaje de olores y creo que eso se ve en la serie, se siente. Además, la complejidad de los personajes se estriba en sus silencios, muchas veces no es lo que se dice, sino que están callando”

 

Azul Guaita aborda a Tita desde un lugar de vulnerabilidad y valentía. Esta versión de Tita no contiene sus emociones, “veía a Tita como una persona que no mostraba sus sentimientos, y en la serie la trabajamos como una persona que sí muestra, que sí sufre y que sí muestra cuando está feliz o enojada, y eso se me hizo increíble, porque no sólo fue contener y contener, también escapa de esos sentimientos”, explicó la actriz.

 

Tita lucha por ser libre, aunque sepa que esa libertad puede ser sólo un espejismo. En su interpretación, Guaita encontró la voz de una generación que también busca romper con las cadenas de un pasado, “esta Tita nos deja, lucha por las cosas que quiere y quiere escaparse, quiere irse y ser libre, pero al mismo tiempo no puede. Entonces, es encontrar esa libertad dentro de sus posibilidades”, agregó Azul, sobre la complejidad de su rol.

 

Laura Esquivel compartió con el elenco algunos detalles de su novela, la autora, como una alquimista de palabras, les ofreció un vistazo a su mundo creativo y a sus inspiraciones familiares. Para estas actrices, sus personajes ya no sólo existen en el papel o en la pantalla; se convierten en reflejos de ellas mismas, “nos contó de dónde viene Tita, no tanto las cosas que se cuentan en el libro, sino todo el detrás del por qué hizo Tita así”, dijo Azul.

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AGENCIAS



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