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El misterio de Tumba Siete



Fotos INAH y Secretaría de Cultura

DE ALFONSO CASO A SERGIO BRICEÑO

Viernes 31 de Enero de 2025 7:27 am

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La guelaguetza que el arqueólogo le dio a México y al mundo y el viaje literario del escritor y poeta colimense a Monte Albán

Hay historias que parecen estar esperando a ser contadas. Ese fue el caso de Tumba Siete, la novela del escritor y poeta colimense Sergio Briceño González, quien, entre archivos, bibliotecas y conversaciones con restauradores, encontró la inspiración para narrar el misterio, la historia y la crítica social que rodean uno de los hallazgos más fascinantes de la arqueología mexicana.

Hablar de Tumba Siete es hablar de Alfonso Caso Andrade, un hombre cuya pasión por la historia de México lo llevó a descubrir tesoros ocultos y a escribir páginas inolvidables en la arqueología nacional.

Nacido el 1 de febrero de 1896 en la Ciudad de México, desde muy joven mostró una curiosidad inagotable por las culturas antiguas, un amor por el pasado que marcaría su destino.

Aunque estudió Derecho y Filosofía en la UNAM, donde incluso fue rector, su verdadero amor era la arqueología. Fue en esta disciplina donde brilló con más intensidad, dejando una huella imborrable en el estudio de las culturas mesoamericanas, en especial la zapoteca y la mixteca.

Caso dirigió expediciones arqueológicas que hoy son legendarias. En Monte Albán y Mitla, en Oaxaca, desenterró secretos que habían permanecido ocultos por siglos.

Su hallazgo más impactante fue el Día de los Santos Reyes de 1932, después de que su colaborador Juan Valenzuela le llamó gritando: ¡guelaguetza!, que significa “regalo”, la Tumba Siete de Monte Albán.

Descubrió un impresionante tesoro mixteco, considerado uno de los más grandes de América, que revolucionó la comprensión de estas culturas y traería consigo la institucionalización de la arqueología en el país y la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Además, su incansable investigación lo llevó a escribir libros fundamentales como Las estelas de Monte Albán y El tesoro de Monte Albán, obras que siguen siendo referencia obligada para quienes desean adentrarse en el mundo de las civilizaciones prehispánicas.

En entrevista con Diario de Colima, Sergio Briceño nos relata que pasó temporadas enteras con las restauradoras Mariana Grediaga y Sara Fernández, del INAH, quienes tienen a su cargo la conservación del legendario tesoro de la Tumba Siete de Monte Albán, que “se exhiben desde hace décadas en la sala 3 del Museo de las Culturas”.

Agrega que “Sara invitó a Mariana para ayudarla en el mantenimiento de las urnas cinerarias, de un tamaño impresionante, encontradas en el entierro, además de otras piezas. Yo acompañaba a Mariana en ese entonces y llegamos a llevar a nuestro hijo Claudio, que entonces tendría 4 años”.

Señala que hubo otra restauradora, Gabriela Peñuelas, “que también me ayudó mucho con la cuestión de los metales. Ella también aparece en la novela, porque le hizo estudios a la máscara de Xipe en la vida real. Entonces ahí se confunde un poco la fantasía literaria y lo estrictamente científico”.

Relata que “Sara me contrató para hacer un documento histórico sobre la Tumba Siete”.

A través de su trabajo, Briceño cuenta que descubrió la intensa polémica entre Alfonso Caso y Luis Mena, quien cuestionó la autenticidad de la enigmática máscara de oro de Xipe Totec.

Al revisar el Fondo Alfonso Caso, ubicado en la UNAM, Briceño halló cartas, artículos y notas de periódico que reflejan la controversia que escaló hasta la Procuraduría de Justicia.

 

“Me pareció que había un tema literario en todo eso y me puse a escribirlo”, indica.

 

Briceño confiesa que quedó deslumbrado con el hallazgo de la Tumba Siete. “No podía creer que en México existiera un tesoro tan relevante, porque creces sin esta información”, menciona.

 

“No está en los libros de historia que yo estudié en la secundaria o en la prepa y tampoco es algo que tus papás o tíos o abuelos te puedan platicar, de modo que cuando empiezo a hurgar en todo eso voy pasando de locura en locura”, refiere.

 

Su investigación lo llevó a bibliotecas especializadas y archivos de arqueólogos, pero el hallazgo más impactante fue el diario de Alfonso Caso, donde el arqueólogo dejaba ver su furia contenida al defender la autenticidad de las piezas descubiertas.

 

“También encontré datos sobre María Lombardo Toledano, ella escribió un par de novelas que incluso fueron saludadas, en su momento, por Juan Rulfo. En una de ellas habla de su relación con Alfonso. Ella era la esposa del arqueólogo y de las primeras que entraron a la tumba, junto con Juan Valenzuela”, relata.

 

La historia, sin embargo, no solo es un recorrido por la arqueología, sino una fusión de erotismo, deseo y misterio. Para encontrar el equilibrio entre estos elementos, el autor recibió sugerencias de escritores como Brenda Ríos, Julián Herbert y León Plascencia, además del consejo del editor Martín Solares, quien le recomendó reducir la carga científica para hacer la historia más accesible y además de regalarle un volumen con varias novelas cortas de Rafael Bernal, una de ellas relacionada con Oaxaca y Monte Albán, que se llama Un muerto en la tumba.

 

“Las influencias en el fondo son totales, de todo lo que has leído. Pone uno en este tipo de hallazgos todo el conocimiento literario que uno posea. La novela originalmente era de casi 300 páginas y quedó en poco más de 120”, explica.

 

LA LITERATURA COMO DEFENSA DEL PATRIMONIO

Más allá del relato y la ficción, Tumba Siete también denuncia el abandono y la burocracia que afectan el patrimonio cultural de México

 

Para Briceño, es fundamental que la literatura aborde estos temas y los haga visibles, una opinión que comparte con expertos como el delegado del INAH en Puebla, amigo, excompañero de colegio y arquitecto restaurador Manuel Villarruel, y el arqueólogo Francisco Mendiola, quienes destacan la necesidad de que los escritores se involucren en la preservación de la memoria histórica.

 

La novela de Sergio Briceño se une así al legado de Alfonso Caso, el hombre que sentó las bases de la arqueología moderna en México y que, con su pasión, reveló los secretos de Monte Albán al mundo. Caso no solo excavó una tumba, sino que rescató la historia de los zapotecas y mixtecas, y con ella, una parte invaluable de nuestra identidad.


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Sandra Patricia SEVILLA TRUJILLO



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