Encuentran los restos del avión desaparecido en Alaska: no hay sobrevivientes
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Viernes 07 de Febrero de 2025 8:25 pm
+ -Las autoridades confirmaron la muerte de las diez personas a bordo, incluidos nueve pasajeros adultos y el piloto
El avión Cessna 208B Grand Caravan EX, operado por la aerolínea regional Bering Air, fue hallado estrellado sobre el hielo marino del Norton Sound, en el oeste de Alaska. Las autoridades confirmaron la muerte de las diez personas a bordo, incluidos nueve pasajeros adultos y el piloto. La aeronave desapareció el jueves por la tarde mientras cubría la ruta entre Unalakleet y Nome, dos localidades remotas que dependen del transporte aéreo. Según USA TODAY, este es uno de los accidentes aéreos más mortales en el estado en los últimos 25 años.
El avión despegó de Unalakleet a las 14:37 hora local en condiciones climáticas adversas, con nieve ligera, niebla y una temperatura de menos ocho punto tres grados Celsius (diecisiete grados Fahrenheit), según el Servicio Meteorológico Nacional. Menos de una hora después, se perdió el contacto con los radares. La última señal registrada por FlightRadar24 ubicó la aeronave a 48 kilómetros (30 millas) al sureste de Nome, sobre las aguas del Norton Sound.
El viernes por la tarde, tras intensas operaciones de búsqueda, la Guardia Costera de Estados Unidos encontró el avión estrellado sobre el hielo marino. Tres cuerpos fueron recuperados del interior del aparato, mientras que los otros siete permanecían atrapados en la estructura debido a la magnitud del impacto.
Las labores de búsqueda estuvieron a cargo de la Guardia Costera y la Guardia Nacional Aérea de Alaska, que desplegaron helicópteros y aviones de patrulla para rastrear la última ubicación conocida del avión. Según el portavoz de la Guardia Costera, Mike Salerno, los restos fueron avistados el viernes sobre el hielo marino del Norton Sound. Dos rescatistas descendieron al lugar con trajes especiales de emergencia para inspeccionar los escombros y confirmaron la presencia del fuselaje destrozado y fragmentos dispersos sobre el hielo.
Una fotografía proporcionada por la Guardia Costera muestra el impacto devastador: el avión reducido a escombros y los restos dispersos en un área rodeada de hielo agrietado. “Por los reportes recibidos, el accidente no era sobrevivible”, señaló el equipo de Búsqueda y Rescate de Nome en una publicación en redes sociales. La recuperación de los cuerpos está siendo coordinada con la Guardia Nacional Aérea de Alaska y equipos de rescate locales, quienes enfrentan dificultades debido a las bajas temperaturas y el riesgo de desplazamiento del hielo marino.
El Departamento de Seguridad Pública de Alaska informó que las condiciones del lugar complican la extracción de los cuerpos y la recuperación de evidencias clave para la investigación. Equipos especializados han sido desplegados para estabilizar la zona y garantizar la seguridad de los rescatistas.
Uno de los aspectos más desconcertantes del incidente es la ausencia de una señal de emergencia por parte del avión siniestrado. Según el teniente comandante Benjamin McIntyre-Coble, todas las aeronaves de este tipo están equipadas con un transmisor localizador de emergencia (ELT, por sus siglas en inglés), un dispositivo diseñado para emitir señales automáticas en caso de accidente o contacto con agua salada. Sin embargo, en esta ocasión no se recibió ninguna notificación. “No está claro por qué el ELT no se activó”, indicó McIntyre-Coble en una rueda de prensa.
Ante la falta de una señal de socorro, las autoridades recurrieron a otros métodos para localizar la aeronave. El FBI colaboró en la investigación con recursos tecnológicos para geolocalizar los teléfonos móviles de los pasajeros. Un portavoz de la agencia explicó que se utilizaron equipos especializados en análisis de datos de torres celulares para determinar la última ubicación registrada de los dispositivos. Esta estrategia permitió reducir el área de búsqueda, aunque no resultó decisiva en la localización del avión.
El vuelo formaba parte de las operaciones regulares de Bering Air, que presta servicios a más de 30 comunidades en Alaska. A bordo viajaban nueve pasajeros adultos y un piloto. Según el Departamento de Seguridad Pública de Alaska, el piloto informó a la torre de control en Anchorage que planeaba entrar en un patrón de espera mientras se despejaba la pista en Nome. Poco después, se perdió el contacto con la aeronave.
Aunque las causas del accidente no han sido confirmadas, expertos en aviación han señalado que las condiciones climáticas podrían haber sido determinantes. Según el analista de aviación Miles O’Brien, la acumulación de hielo en las alas pudo haber afectado el rendimiento del avión, provocando una pérdida de sustentación. “Si el hielo cubrió las alas, el avión pudo haber entrado en pérdida y estrellarse”, explicó O’Brien a medios locales.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que, al momento del vuelo, la región del Norton Sound presentaba visibilidad reducida, fuertes ráfagas de viento y temperaturas de hasta menos diez grados Celsius (catorce grados Fahrenheit), condiciones que dificultan la operación segura de aeronaves pequeñas como el Cessna 208B. Además, los cambios bruscos de presión y las corrientes de aire inestables en la región costera pudieron haber afectado la estabilidad del avión.
El Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente. Los investigadores analizarán las condiciones meteorológicas, la trayectoria de vuelo, la comunicación del piloto con los controladores aéreos y posibles fallos mecánicos. También revisarán los registros de mantenimiento del avión y la experiencia del piloto al mando.
La tragedia ha conmocionado a las comunidades de Nome y Unalakleet. Las autoridades locales han organizado vigilias para rendir homenaje a las víctimas y apoyar a sus familias. “Esta pérdida afecta a todos en la región, donde el transporte aéreo no solo es una necesidad, sino una parte integral de la vida diaria”, declaró un portavoz del Ayuntamiento de Nome.
El gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas a través de un mensaje en la red social X: “Nuestros pensamientos y oraciones están con los afectados por este trágico incidente”. El Hospital Regional de Norton Sound habilitó un centro de apoyo para los familiares de los pasajeros y mantiene a su personal médico en alerta ante cualquier necesidad de la comunidad.
Este accidente ocurre en un contexto de creciente preocupación por la seguridad aérea en Estados Unidos, tras varios incidentes recientes. Aunque las investigaciones están en sus primeras etapas, las autoridades han reiterado su compromiso de esclarecer los hechos y brindar apoyo a las familias afectadas.
El análisis de datos de radar proporcionado por la Patrulla Aérea Civil de Estados Unidos reveló que el avión experimentó una rápida pérdida de altitud y velocidad alrededor de las 15:18 horas, pocos minutos después de que el piloto informara a la torre de control su intención de mantener un patrón de espera cerca de Nome. Este descenso abrupto ocurrió sin que se emitiera una señal de emergencia, lo que ha generado interrogantes entre los investigadores.
Las autoridades investigan si el ELT falló debido a un daño estructural severo o si nunca llegó a activarse. Además, analizan las comunicaciones del piloto con el control de tráfico aéreo, los registros de mantenimiento del avión y la experiencia del piloto al mando.