“Otro día sin mexicanos”: Sergio Arau y Yareli Arizmendi alistan secuela
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Foto X@ArauSergio
Sábado 08 de Febrero de 2025 11:32 am
+ -Bajo el título Otro día sin mexicanos. Esta vez es personal, la actriz Yareli Arizmendi y el director Sergio Arau preparan la segunda parte de la polémica película Un día sin mexicanos
Bajo el título Otro día sin mexicanos. Esta vez es personal, la actriz Yareli Arizmendi y el director Sergio Arau, ambos nacidos en México y residentes en Los Ángeles, California, preparan la segunda parte de la polémica y exitosa película Un día sin mexicanos (México, Estados Unidos y España, 2004).
Aunque no se trata de una secuela en sentido estricto, ya que los personajes serán distintos, la premisa se mantiene: los mexicanos desaparecen del país vecino, evidenciando su impacto en la sociedad estadounidense.
En entrevista con Proceso, Arau explica que el guion, actualmente en reescritura, busca denunciar la realidad de las deportaciones masivas y la importancia de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
“Están ocurriendo cosas impensables, como el regreso de Donald Trump a la presidencia. Es absurdo”, señala el cineasta.
En Un día sin mexicanos, una misteriosa niebla rodea California y provoca el colapso de las comunicaciones, mientras todos los mexicanos y latinos desaparecen. Con el tiempo, la sociedad estadounidense enfrenta el deterioro de su entorno y comprende que ha perdido la fuerza laboral que sostiene su economía.
El filme fue protagonizado por Caroline Aaron, Tony Abatemarco, Melinda Allen, Fernando Arau, Eduardo Palomo, Dawn Westlake y Arizmendi. Inicialmente, la historia surgió en 1994, cuando el entonces gobernador de California, Pete Wilson, promovió la Propuesta 187, que prohibía servicios sociales, médicos y educativos a inmigrantes ilegales. Arizmendi y Arau decidieron entonces desarrollar una producción que visibilizara la importancia de los latinos en Estados Unidos.
La reescritura del guion responde al panorama político actual, en el que Trump, en su segundo mandato, ha retomado su política migratoria extrema. Desde su campaña, prometió cerrar fronteras y llevar a cabo la mayor deportación de indocumentados en la historia de Estados Unidos. Apenas una semana después de asumir nuevamente la presidencia, ordenó redadas masivas, reanudó la construcción del muro fronterizo y reinstauró la política “Quédate en México”.
Se estima que un tercio de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos son mexicanos. Trump ha prometido deportar un millón de personas al año, una cifra sin precedentes. En 2012, el año con más deportaciones en medio siglo, el número de repatriaciones no superó las 420 mil, según el Centro de Investigaciones Pew.
“Ya teníamos un guion listo y estábamos por filmarlo antes de la pandemia, pero la compañía con la que habíamos firmado quebró y nos devolvieron los derechos. Lo que nunca previmos fue el regreso de Trump. Ahora estamos reescribiendo el guion para ajustarlo a la nueva realidad y lo rodaremos muy pronto”, detalla Arau.
En los últimos días, se han registrado manifestaciones en varias ciudades de Estados Unidos, especialmente en Los Ángeles, en apoyo a los derechos de los migrantes y en protesta contra las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El pasado 3 de febrero se realizó la campaña digital Un día sin migrantes, en la que se convocó a la comunidad latina a no asistir al trabajo, a la escuela ni realizar compras para demostrar su relevancia en la economía estadounidense.
Desde el regreso de Trump, el ICE ha intensificado sus operativos, con hasta mil detenciones diarias, comparadas con un promedio de 312 durante el último año de la administración de Joe Biden.
Arau, quien estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) y fue fundador del grupo de rock Botellita de Jerez, sostiene que el miedo es el principal mecanismo de control utilizado contra los migrantes.
“Ahora se está sembrando un miedo enorme, como en las dictaduras de Augusto Pinochet en Chile y Jorge Rafael Videla en Argentina. Nos necesitan, pero nos mantienen sin papeles porque así es el negocio”, advierte.
El cineasta relata que un amigo suyo tenía un restaurante en Santa Mónica, pero enfrentaba dificultades para retener empleados, ya que muchos vivían a tres horas de distancia y no podían costear una vivienda cercana. “Hay un desbalance brutal”, subraya.
Arau considera positivo que muchos paisanos estén regresando a México y que el gobierno actual los reciba con apoyo. “Durante toda mi vida, desde 1968 cuando tomé conciencia política, siempre estuve en contra del gobierno mexicano, pero ahora las cosas han cambiado”, admite.
Sobre el discurso de Trump, lo califica de injusto y basado en la discriminación. “Se habla mucho del narcotráfico en México y Sudamérica, pero en Estados Unidos no se persigue a los distribuidores. En Los Ángeles, el consumo de fentanilo está fuera de control y hay miles de personas viviendo en la calle, pero nadie hace nada”.
Arau opina que algunos latinos votaron por Trump porque creyeron que mejorarían económicamente. “Les quedó la impresión de que la vez pasada les bajaron los impuestos. Además, ocurre un fenómeno: cuando los migrantes obtienen sus papeles, muchos dejan de apoyar a los que llegan después, incluso si son de su propia comunidad”.
El cineasta recuerda que cuando estrenaron Un día sin mexicanos, un distribuidor les advirtió: “Para los blancos, ustedes siempre serán ‘los negros’”.
“Estados Unidos es un país profundamente racista. Aunque nos haya ido bien con la película, nunca me han aceptado como director de cine. No tengo agente ni manager. Es difícil que los latinos sean reconocidos en Hollywood”, lamenta.
Sobre los chicanos, Arau señala que, aunque son de origen mexicano, han sido marginados en Estados Unidos y no siempre se identifican con los mexicanos recién llegados. “Es curioso, pero no se llevan mucho con los mexicanos. Son una comunidad aparte, muy adaptada a Estados Unidos, aunque también discriminada”, concluye.