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Ansiedad y depresión, trastornos mentales que más afectan a mexicanos



Sábado 22 de Febrero de 2025 5:33 pm

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En México, la ansiedad y la depresión son las principales causas por las que las personas solicitan atención en los servicios de salud mental. Sin embargo, estos trastornos tardan hasta ocho años en diagnosticarse, y solo 30 por ciento de los pacientes recibe atención especializada.

Entre enero y septiembre de 2024, 53 por ciento de las consultas en el sistema de salud nacional fueron para tratar ansiedad y 25 por ciento para depresión. Estas cifras superan a otros trastornos, como los de conducta, que representaron 7 por ciento, y el déficit de atención e hiperactividad, con 3.7 por ciento, según el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones.

De los 160,171 casos de ansiedad registrados en ese periodo, 73 por ciento correspondieron a mujeres y 27 por ciento a hombres. En cuanto a los 76,142 casos de depresión, 78 por ciento fueron mujeres y 22 por ciento hombres.

Las mujeres entre 20 y 50 años concentran la mayor cantidad de solicitudes de atención por ansiedad. En particular, 35 por ciento corresponde a pacientes de entre 30 y 49 años, y 23 por ciento a aquellas de entre 50 y 59 años. En los hombres, 20 por ciento tiene entre 20 y 29 años, mientras que 29 por ciento está en el rango de 30 a 49 años.

En el caso de la depresión, 20 por ciento de las mujeres afectadas tiene entre 20 y 29 años, y 29 por ciento se encuentra entre los 30 y 49 años. En los hombres, 23 por ciento pertenece al grupo de 30 a 49 años, mientras que los rangos de 10 a 14, 15 a 19 y 20 a 29 años presentan porcentajes de entre 16 y 17 por ciento.

En México, dos de cada 10 adultos padecen algún tipo de depresión, cifra que se duplica en mujeres, según Javier Guerrero García, director de Operación y Evaluación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La ansiedad es una respuesta común del organismo ante situaciones de preocupación, miedo o presión. Sin embargo, cuando es constante, puede convertirse en un trastorno que requiere tratamiento psiquiátrico especializado, según el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía "Manuel Velasco Suárez" de la Secretaría de Salud.

Este trastorno se origina por una alteración en los neurotransmisores encargados de modular las emociones y la respuesta al estrés. Los síntomas incluyen taquicardia, mareos, adormecimiento de manos, tensión muscular, sudoración, opresión en el pecho, cambios en la temperatura corporal, dificultades para dormir y problemas respiratorios.

Inicialmente, los síntomas pueden ser leves o moderados, pero pueden agravarse, afectando la calidad de vida, favoreciendo otros trastornos mentales, incrementando el riesgo de consumo de sustancias psicoactivas y pensamientos suicidas, e incluso volviéndose incapacitante.

Los tipos más comunes de ansiedad son la generalizada, caracterizada por preocupaciones constantes; la social, relacionada con el miedo a la evaluación negativa, y la ansiedad por separación.

La depresión puede manifestarse como un estado de ánimo bajo transitorio, un conjunto de síntomas pasajeros o un trastorno persistente que interfiere con la vida cotidiana y puede volverse discapacitante. En este último caso, es necesario tratamiento profesional.

Entre sus síntomas se encuentran tristeza profunda, falta de interés, sentimientos de vacío, llanto frecuente, visión negativa del mundo y de sí mismo e insomnio. Sus causas pueden incluir predisposición biológica, experiencias traumáticas o condiciones socioeconómicas adversas.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que, en México, 19.3 por ciento de la población adulta presenta síntomas severos de ansiedad y más de 30 por ciento los experimenta de forma leve o moderada. Entre 2017 y 2019, los casos de depresión en el país oscilaron entre 99.59 y 99.772 por cada 100,000 habitantes. Durante la pandemia, este indicador bajó a 66.96 en 2020, pero en 2023 aumentó a 118.72.

En México, los trastornos de ansiedad y depresión pueden tardar hasta ocho años en diagnosticarse. Según la Encuesta Nacional de Salud y estudios de la doctora María Elena Medina Mora, la detección tardía afecta la evolución de estos padecimientos y complica la recuperación.

Solo 30 por ciento de los afectados recibe atención profesional y apenas 6 por ciento accede a servicios de psiquiatría. Además, 50 por ciento de los pacientes abandona el tratamiento sin recibir alta médica.

Según Francisco Gutiérrez Rodríguez, comisionado Nacional de Salud Mental y Adicciones, 60 por ciento de la población mundial trabaja en condiciones que afectan su salud mental. El desempleo, la inseguridad laboral y las altas exigencias pueden incrementar el riesgo de trastornos mentales.

Datos del IMSS indican que México es uno de los países con mayor fatiga por estrés laboral: 75 por ciento de los trabajadores padece algún tipo de afección mental relacionada con el trabajo, y más de 40 por ciento sufre fatiga crónica.

Un estudio de Gallup en 2023 reveló que los empleados con alto nivel de estrés tienen 63 por ciento más probabilidades de faltar al trabajo por enfermedad y 2.6 veces más posibilidades de cambiar de empleo. Otro estudio de la Sociedad Americana de Psicología indicó que el estrés no tratado reduce la productividad hasta en 30 por ciento.

En México, 64 por ciento de los trabajadores considera que su empleo afecta su salud mental, y 38 por ciento reporta dificultades de concentración debido al estrés laboral.

Agencias



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