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Tres generaciones, un mismo sabor: el tejuino que endulza a Colima



Foto de Luis Magallanes

LA HISTORIA DEL VIERNES

Viernes 08 de Agosto de 2025 10:07 am

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Por años, frente al Jardín de la Concordia, del centro de la capital, las señoras Bertha Luna y Susana Díaz han estado al frente del negocio familiar que inició en 1968

Por la calle J. Jesús Carranza, a un costado del Jardín de la Concordia (Juárez) del centro de la ciudad capital, hace 57 años, la señora Esperanza Barragán Silva, madre de cinco hijos, inició el negocio de venta de tejuino en este domicilio, primero para aprovechar el constante flujo de comercio que había en aquellos años por la zona sur de la ciudad de Colima y además para aportar a la economía familiar.

Iniciando con un carrito de madera y las herramientas básicas, la señora Esperanza fue aclientándose y siendo más conocida en la venta de esta bebida típica del estado, elaborada principalmente por masa, piloncillo, canela y azúcar, lo que la llevó a hacerse de más clientes que frecuentemente la visitaban.

Al ser la preparación un ritual de todos los días, desde muy pequeña, su hija, la señora Bertha Luna Barragán, observó y aprendió la elaboración del tejuino, por lo que, al fallecer su mamá, se quedó al frente del negocio y de la receta familiar, y aunque considera que los productos para su elaboración son los básicos, cuenta que el principal secreto es hacerlo con amor.

Acompañada de su hija, Susana Díaz Luna, doña Bertha, quien actualmente tiene 83 años de edad, recordó que “aparte de ser una bebida típica, también es medicinal; por ejemplo, yo conozco a varios muchachos que fueron criados con tejuino, ya que eran intolerantes a la leche, por lo que el atole del tejuino suplía a la leche; además, sirve para hidratar a las personas que tienen dengue o cáncer, ya que les refresca por dentro o les da alimento”.

La señora Bertha recordó que este negocio familiar le ha dado la oportunidad de conocer a varios personajes, sobre todo de la política: “Recuerdo que el gobernador Gustavo Vázquez Montes me decía cuando venía por su tejuino: ‘Ir a Colima y no ir al tejuino de doña Bertha es como no ir”.

Cuenta que, además, no sólo vende afuera de su domicilio o en el Jardín de la Concordia, sino que también las invitan a eventos de gobierno o familiares, como bodas, primeras comuniones, quince años, etcétera.

Por su parte, la señora Susana Díaz Luna comparte que ella es la tercera generación al frente del negocio familiar, ahora llamado “Tejuino Doña Bertha”, comenzando desde 2017, tiempo en el que su mamá enfermó, por lo que le tocó quedarse al frente de la venta.

“Tenemos muchos clientes que vienen de vacaciones que ya nos conocen, de otros países, de aquí de la misma República, que en tiempos de vacaciones siempre vienen al mismo lugar”, comentó.

Agregó que además de que el turismo consume en el lugar, también les compran tejuino para llevar al estado o país en donde radican.

Ambas resaltaron lo importante que ha sido para ellas mantener ese contacto directo con la gente, lo que les ha permitido conservar a tantos clientes y hacerse de amistades. “Es agradable, porque hay muchos que hasta te platican de su vida mientras les sirves el tejuino”, recuerda la señora Susana, quien aclaró que la bebida que ofertan sigue siendo elaborada artesanalmente, conservando su proceso tradicional y sin incluir otros elementos en su preparación.

Finalmente, la señora Susana comentó que “es un orgullo saber que eres la tercera generación, que sea reconocido el tejuino en el estado”. Al ser un negocio familiar, considera que su nieto Mauricio, de apenas 9 años, será el siguiente miembro de la familia que se hará cargo de seguir consintiendo con esta bebida típica a las nuevas generaciones.

Éricka Margarita TREJO



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