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5 características de unos buenos tenis deportivos



Foto Especial

Miércoles 13 de Agosto de 2025 1:37 pm

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Descubre cómo elegir un par que se sienta bien desde el primer paso.

Las personas que recién empiezan a practicar alguna actividad física, creen que elegir un calzado de la sección de “training” de cualquier tienda o página web es suficiente para procurar el bienestar de sus pies; sin embargo, eso no es garantía de comodidad, ni de un mejor rendimiento.

 

Si te encuentras en la búsqueda del par que te acompañe en tus sesiones de gym o running, pero temes tomar una decisión errónea, te invitamos a que sigas leyendo este artículo y conozcas las características principales de este tipo de zapatos para que tu próxima inversión sí valga la pena.

1.  Comodidad

 

Unos buenos tenis para correr de mujer u hombre deben tener una horma ergonómica y una estructura que se adapte al movimiento natural del pie, así como un equilibrio entre firmeza y suavidad en el interior para que pueda sentirse bien, sin zonas rígidas.

 

El ajuste juega un papel determinante, y es que más allá de que la talla sea la correcta, tienes que asegurarte de que el modelo que vas a adquirir abrace adecuadamente el talón, deje espacio en la puntera y mantenga el medio pie estable.

 

 

A lo anterior, se suman detalles que impactan en la experiencia diaria, como un acolchado uniforme en la lengüeta y el cuello del talón, que impiden que haya puntos de presión durante el movimiento. Si el pie se desliza dentro del tenis o hay fricción al caminar, lo mejor es que descartes la opción escogida, por más atractiva que te parezca.

 

Ejemplos como el Velocity NITRO 3 de PUMA cumplen con los estándares que te acabamos de explicar: su tecnología NITRO™ ofrece una amortiguación suave y una respuesta más viva, mientras que su suela de goma PUMAGRIP brinda una tracción firme en distintos pavimentos.

 

No es sorpresa que medios digitales como Tom’s Guide, conocido por sus reseñas de productos tecnológicos, guías de compra y consejos prácticos para consumidores, destaque a esta alternativa por su comodidad en ritmos variados, más que muchas propuestas de precio similar.

 

La comodidad real, pues, es un conjunto que trabaja a favor del pie, sin interferir en su movimiento ni obligarlo a que “soporten”. Si no cumple desde el inicio, no hay razones para darle una oportunidad.

2.  Tecnología

 

Hoy, tecnologías que antes solían ser exclusivas de corredores profesionales, ya son más accesibles; el reto ahora es saber cuál de esas innovaciones se ajusta a tu nivel de actividad y estilo de entrenamiento.

 

Mientras que en el running el foco es la amortiguación reactiva, en los tenis para fútbol la prioridad es la estabilidad, el agarre rápido y la respuesta al cambio de dirección. Cada disciplina demanda algo distinto.

 

Las espumas con nitrógeno inyectado están pensadas para amortiguar con mayor capacidad de respuesta, absorber el impacto y devolver este con energía útil; algunas placas internas de propulsión, hechas en materiales compuestos como carbono o PEBAX, suman rigidez controlada al paso, guiando el movimiento del pie.

 

Eso sí, ten algo en cuenta: menos es más. El hecho de que algo esté saturado con un millón de aspectos técnicos diferentes, no significa que será mejor; al contrario, a veces solo añaden peso o rigidez. Las buenas tecnologías se sienten como una extensión del cuerpo, si algo se siente tosco o te limita el paso natural, descártalo.

 

3.  La suela

 

La base del calzado, cuando está bien diseñada, influye en cómo te mueves, cómo se distribuye el impacto en cada paso y cuánto esfuerzo extra hace tu cuerpo para mantenerse estable. Al adquirir un nuevo par, fíjate en la forma en que se ha distribuido el patrón de tracción: las zonas de agarre tienen que estar donde el pie realmente lo necesita.

 

También evalúa la flexibilidad, pues una suela muy rígida podría limitar el movimiento natural, mientras que una demasiado blanda puede restar soporte. Lo ideal es que acompañe el paso adaptándose a los cambios de ritmo y dirección, de tal modo que haya un equilibrio entre agarre, estructura y libertad de movimiento.

 

Si un calzado se siente inseguro al apoyar o cambia la forma en que caminas, ese es un indicio de que la suela no cumple su función. La estabilidad empieza desde el suelo, y ningún otro componente puede compensar una base mal resuelta.

4.  Transpirabilidad

 

Cuando el calzado se utiliza por períodos prolongados o en condiciones en las que el calor y el movimiento se combinan, es importante verificar que tu próxima compra permita el flujo de aire desde varios ángulos para que la humedad no se acumule y la higiene del pie no se vea afectada. Recurre a opciones cuya parte superior regule la temperatura y se seque rápido.

5.  Durabilidad

 

Invertir en un buen par pierde sentido cuando el desgaste empieza a hacerse evidente en los primeros meses. La resistencia se trata de cómo el calzado mantiene su desempeño tras semanas de uso, por lo que un diseño bien ejecutado conserva su forma y aguanta la abrasión en las zonas que reciben más presión.

 

Tanto los materiales como los acabados importan: las costuras reforzadas, así como la integración de cada parte del calzado, contribuyen a que no haya desprendimientos ni deformaciones. Y cuando se incluyen elementos que se adaptan al movimiento, la resistencia se extiende sin necesidad de cuidados especiales.

 

Por supuesto, es imposible que algo dure para siempre, pero, en la medida de lo posible, los tenis deben demostrar que están preparados para lo que prometen en su ficha técnica.

 

¡Muy bien! Ahora que ya sabes lo que hace que un buen modelo se destaque y cómo es capaz de transformar la experiencia de quien los usa, recuerda lo abordado en la nota la próxima vez que te pruebes unos o los veas en línea.

 

 




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