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¿De verdad los tenis blancos mantienen el pie más fresco?



Foto Especial

Martes 21 de Octubre de 2025 12:07 pm

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Descubre la verdad sobre el mito de la ropa y el calzado de color blanco y su relación con una mayor sensación de frescura.

En días calurosos, ¿qué color eliges para vestirte? Si pensaste en el blanco, significa que eres parte del imaginario colectivo que relaciona los tonos blancos con la idea de “frescura”, lo cual es totalmente normal, teniendo en cuenta que durante el verano vemos a muchas personas portando dicho color.

 

Bajo esa misma lógica, se recomienda ampliamente usar tenis blancos, pero, hay quienes dudan de si dicho truco funciona para contrarrestar las altas temperaturas, o si solo se trata de un efecto psicológico reforzado por la información que leemos/escuchamos.

 

¿Cuál es la verdad? Conócela en nuestra nota, acompañándonos a desentrañar este mito.

¿Cómo influye el blanco en la temperatura del calzado?

En términos físicos, el blanco sí tiene una ventaja frente a colores más oscuros, ya que absorbe menos calor directo en la superficie externa; sin embargo, esa diferencia no es tan marcada en los zapatos, donde la exposición al sol es parcial y el contacto térmico con el suelo es constante.

 

Últimamente, se ha observado que sí, el color puede influir, aunque solo en determinadas condiciones: por ejemplo, en exteriores con luz directa, un par de tenis blancos llega a calentarse menos por fuera que unos negros o rojos… Excepto cuando el material es grueso, no hay ventilación, o si el interior no permite la salida del calor acumulado.

 

En resumen, el blanco ayuda, pero tampoco es mágico. Pese a que la parte superior del calzado se calienta en menor intensidad, eso no siempre se traduce en una disminución de la sensación térmica en el pie; de hecho, la mayoría del calor que se percibe parte de dentro hacia afuera, y en tal aspecto, el color tiene un papel secundario.

¿Qué es lo que marca la diferencia?

Elige tenis para mujer y hombre con materiales que dejen respirar al pie: las mallas sintéticas, por ejemplo, favorecen la circulación de aire, ayudando a disipar la humedad y a que no haya ninguna sensación de “encierro”; también fíjate en su diseño, pues ciertos pares, en lugar de abrir perforaciones, prefieren incorporar fibras con microcanales que mejoren el flujo interno.

 

Otros elementos del par también influyen más de lo que podrías imaginarte: las plantillas hechas con espumas de alta densidad almacenan calor fácilmente, en cambio, otras están pensadas para disiparlo y mantener la planta del pie seca, respecto a la lengüeta o el talón, ambos pueden ser focos de calor si no están recubiertos con textiles transpirables.

 

Dato extra: los recubrimientos sintéticos brillantes, los cuales suelen usarse para que los zapatos blancos se vean limpios (por fuera), tienden a bloquear el paso del aire y el calor dentro.

 

Como podrás darte cuenta, tanto los materiales, como el diseño, actúan como un sistema que trabaja para que exista una buena ventilación, más allá del color que esté en el exterior.

¿Cuáles son los verdaderos “tenis frescos”?

Aquellos que, desde un inicio, se han construido para regular el calor. En el mercado actual no es difícil encontrar modelos deportivos y de uso diario con tecnología de este tipo, solo necesitamos ser un poco más observadores y detenernos a leer las características de los pares que hoy en día ofrecen distintas marcas.

 

Ahora, hagamos una revisión de las características que debes identificar en un calzado cuya elaboración haya tomado en cuenta el aspecto de la temperatura:

 

    Pequeños cortes en zonas estratégicas.

    Estructuras de malla en puntos de mayor sudoración.

    Interiores hechos para reducir el contacto directo con el pie.

    Doble capa con cámaras de aire que funcionan como aislante térmico.

 

Estos detalles, aunque no son demasiado visibles, dejan en evidencia por qué dos pares, aunque blancos y con una apariencia similar, pueden sentirse totalmente distintos después de una caminata: mientras que uno es capaz de conservar el pie fresco gracias a una buena ingeniería interna, el otro solo es una trampa de calor.

 

¿Blanco ≠ frescura garantizada?

Al poner distintos modelos a prueba en asfalto, concreto y zonas sombreadas (incluso en climas cálidos) y medir la temperatura interior de los tenis tras caminatas prolongadas, los resultados finales arrojaron que el color no fue el factor decisivo.

 

En escenarios con luz solar directa, algunos pares blancos se mantuvieron apenas dos o tres grados por debajo de modelos oscuros; no obstante, tal diferencia desapareció casi por completo al caminar en sombra o bajo techo.

 

Por otro lado, los tenis con mejor ventilación interna y materiales más delgados, a pesar de ser grises/beige/azul marino, lograron conservar una sensación térmica constante durante todo el recorrido.

 

Un último hallazgo interesante: el calor se acumula más rápido en la planta, es decir, en la suela y en la plantilla, no en parte superior, o sea, en la zona visible de color. De ahí, la importancia de que se agreguen canales de circulación o tecnologías de absorción de humedad.

Entonces, ¿cuál es el veredicto final?

Si te interesa lucir un look limpio y versátil, los tenis blancos siguen siendo una apuesta fuerte, pero si tu objetivo es que tus pies estén frescos durante un día lleno de varios trayectos y/o actividades, escoge el color que más te agrade… Con una condición: ve cómo está construido el calzado, qué tanto respira, cómo disipa el sudor, y qué tipo de contacto genera con el pie.

 

¡Tampoco los descartes! Hay modelos en blanco que cumplen con lo arriba señalado. Nuestra única recomendación es que, cuando sea hora de seleccionar un nuevo calzado, no te estanques en el color, sino que recuerdes que la frescura se construye desde adentro.

 

 




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