El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que su país realizará pruebas nucleares “muy pronto”, aunque evitó precisar si se tratarán de detonaciones subterráneas, una práctica que no se lleva a cabo desde hace más de tres décadas.
“Lo descubrirán muy pronto. Vamos a hacer tests muy pronto. Otros países los hacen, y si ellos los hacen, nosotros los vamos a hacer”, declaró Trump a bordo del Air Force One, durante su vuelo hacia Florida. Sin embargo, se negó a dar detalles sobre el tipo de pruebas o su ubicación exacta.
El mandatario republicano reiteró que su decisión responde a la necesidad de mantener la paridad militar frente a potencias como Rusia y China, países que —según señaló— continúan desarrollando y probando armamento atómico.
Días antes, Trump publicó en sus redes sociales que, ante los programas nucleares activos de otras naciones, había instruido al Departamento de Guerra a iniciar nuevamente pruebas nucleares estadounidenses “en igualdad de condiciones”.
En su mensaje, el presidente mencionó que Rusia posee el segundo arsenal nuclear más grande del mundo, mientras que China podría igualar el poder atómico de Washington en un plazo de cinco años.
La última detonación nuclear subterránea realizada por Estados Unidos ocurrió en septiembre de 1992, en el desierto de Nevada. Desde entonces, el país ha limitado sus pruebas a simulaciones por computadora y ensayos sin reacción nuclear completa, en cumplimiento con acuerdos internacionales de no proliferación.
El anuncio de Trump marca un posible cambio en la política nuclear estadounidense, que podría generar nuevas tensiones globales y cuestionamientos sobre el equilibrio estratégico entre las principales potencias del mundo.
