Ciencia nuestra de cada día
ALFREDO ARANDA FERNÁNDEZ*
Ciencia útil
Domingo 26 de Agosto de 2018 9:17 am
UNA típica: “¿Pero hacen algo que sirva o
sólo artículos que se quedan en el anaquel y que nadie lee?”. “A ver, ¿de qué
ha servido lo que han hecho?, ¿qué problema social han resuelto?”. Otra muy popular a la hora de discutir sobre
la ciencia en México o Colima es la siguiente: “¿Por qué, en lugar de andar
investigando cosas que a nadie le interesan, no se ponen a resolver problemas
verdaderamente importantes, como el de las epidemias o el agua o la pobreza?”. A primera vista, esas preguntas hechas casi
siempre dentro de conversaciones o situaciones en las que se discute sobre la
importancia de la ciencia o el poco apoyo que ha tenido en nuestro país,
parecen genuinas, contundentes e importantes; vaya, ¿cómo no se me había
ocurrido pensar en eso? En realidad están mal formuladas. Denotan
claramente un desconocimiento básico de cómo funciona la investigación
científica o una excusa barata para eludir responsabilidades. Pongamos algo en claro antes de que surjan
pasiones bajas. Sobre la frase de los artículos de anaquel, aquellos que sólo
se escriben para llenar libreros y que no sirven de nada, es pertinente aclarar
algo de manera inmediata: si no se leen y sólo sirven para llenar bibliotecas,
entonces son de pésima calidad. No sirven, efectivamente. Lo mismo pasa con las
patentes, que a veces algunos confunden con resultados que sí sirven. Patentes
y artículos que no sirven, que son de mala calidad, terminan en un rincón, sin
ningún impacto. Hay que trabajar para eliminar eso. Lo que sirve, lo que tiene impacto, es lo que
se hace con gran calidad y rigor. No importa el área, no importa la pregunta o
problema que se quiera entender y/o resolver; si la investigación se hace con
calidad, el artículo/patente producido generará un impacto en la comunidad
científica y, por ende, en la sociedad. No se trata de si es artículo o no, se
trata de si tiene calidad o no. Ah, y la calidad cuesta, y mucho. Se necesita
personal sumamente calificado, una infraestructura sofisticada y mucho tiempo.
Para poder tener impactos notorios, visibles, tangibles, trascendentes, es
necesario invertir tiempo y dinero. No hay atajos. Lo demás serán
charlatanerías (que abundan) o fluctuaciones y accidentes que permitirán
regocijarnos por unos días, pero que no generarán un impacto sostenido ni sistémico. Claro que ante la necesidad de resultados
visibles, inmediatos, pareciera que la ciencia tenga problemas en ser
atractiva. Así es, sí tiene ese problemita, en todo el mundo, aunque en algunos
lugares más que en otros. Por lo general, se requiere de mucho tiempo para
poder dar resultados y nunca, pero de verdad nunca, se pueden garantizar.
Sabemos que algo de beneficio saldrá, siempre sucede, pero no podemos estar
seguros de qué ni cuándo. Dicho así, pareciera que es imposible confiar, y lo
inmensamente interesante es que es, en realidad, lo único verdaderamente
confiable. Definitivamente que no es una cuestión
sencilla para las personas que toman decisiones, ya sean gobernantes,
autoridades académicas, etcétera. Lo que sí es fácil, y que comparto con ellas,
es lo siguiente: si alguien garantiza un resultado, es un fraude. O ya está
hecho o manipulará los resultados. Si alguien se acerca a ustedes y les habla
de súper proyectos relacionados específicamente con los problemas más famosos y
mencionados en el momento (y su región), que beneficiarán a toda la población y
en poco tiempo, que sólo necesitan de su apoyo porque además, pobres ángeles,
han estado castigados o bloqueados por las represora comunidad científica que
busca sólo publicar artículos que nadie lee, seguramente, con demasiada
probabilidad, le estarán tomando el pelo. Son timadores y algunos de ellos son
tan buenos y convincentes, que se han logrado engañar a sí mismos. *Coordinador General de Investigación
Científica de la Universidad de Colima Blog ConCiencia
en Colima: http://fefino.com Twitter:
@alfredoaranda
Facebook: Fefo
Aranda