A propósito
FERNANDO MORENO PEÑA
Aquí sigo…
Martes 06 de Noviembre de 2018 8:10 am
HOY regreso a las páginas de Diario de
Colima, gracias a Héctor Sánchez de la Madrid, por la oportunidad de retomar la
actividad periodística que he desarrollado durante muchos años. Regreso en una época inédita de la
política mexicana, en la que se anuncia la gran transformación de México, en la
que viviremos con empleo bien remunerado, con crecimiento económico sostenido,
con desarrollo sin desigualdad social, con educación de calidad, con sistema de
salud similar al de países nórdicos, sin corrupción, sin impunidad, sin moches,
sin simulaciones, sin inseguridad y vigencia plena de Estado de Derecho, con un
pueblo que manda y un gobierno que se ejerce obedeciendo, con libertad de expresión
y sin censuras, con separación plena del poder político del económico, sin
mafia del poder, sin incómodos periodistas fifís, sin traidores, en plena
democracia y con mexicanos felices, buenos y sabios. No me puedo perder el ser un cronista
más de la gran transformación que México espera, de alcanzar la esperanza que
anida en millones de mexicanos de vivir mejor y de ver cómo se cumplen los
sueños de la mayoría de ciudadanos que con su voto respaldaron a un gobierno
que ha prometido hacer historia. Regreso al periodismo a dar mi opinión
y puntos de vista sobre esta nueva época política, en el entendido de que
siempre he sido y seguiré siendo priista, no pretendo engañar a nadie. Habrá quienes dirán, como me lo han
dicho en las redes sociales, que ahora sí soy crítico, pero siempre lo he sido,
y ahí están mis columnas periodísticas en los archivos de este periódico,
relativas a los 11 años de los dos anteriores gobiernos estatales. Ahí está en la hemeroteca, también, lo
que dije durante los 14 años en que ejercí la rectoría de la Universidad de
Colima, durante 8 años, y los 6 años que ostenté el cargo de Gobernador
Constitucional del Estado. Ahí está lo que dije, lo realizado está a la vista,
sujeto al escrutinio público. Siempre escribo con argumentos y sin
insultos, sin descalificaciones y sin personalizar la política y menos con
adjetivos que descalifiquen a alguien. No insulto, ni de hecho ni de palabra,
nadie me podrá acusar de que alguna vez lo difamé o lo calumnié. Así he sido
hasta hoy y así seré en el futuro. Es cierto, tendré actitud crítica a lo
que considere que no esté bien hecho o sobre los compromisos políticos
incumplidos y no dependerá de mí la crítica, sino de quienes tienen obligación
de cumplir lo prometido. Es cierto que ahora nos toca criticar
y a otros, la responsabilidad de gobernar. El pueblo sabio decidió, con su
voto, quiénes hacían gobierno y quiénes hacíamos crítica. Soy un político profesional,
institucional, que aporta a construir, a reconocer, a respaldar lo que
beneficia al estado y a la Nación. Consecuente con lo anterior, nuestra crítica
será seria y objetiva, propositiva, que aporte a la discusión y solución de los
problemas con respecto a las personas y a su manera de pensar, con tolerancia y
con la disposición de dialogar para enriquecer el debate. Ese es el compromiso
que asumo con Diario de Colima, con mis lectores, con mis correligionarios, con
mis amigos y con mis detractores de hoy y siempre. Aquí estamos de nuevo después de un
proceso electoral en el que 100 mil colimenses me dieron su voto, sin dolor ni
ardor, con ánimo y con entusiasmo, con la mira en alto y la vista al frente. Con la gran oportunidad de poder
escribir con libertad en esta época de cambios y transformaciones, donde
esperamos que la reversa no sea el cambio y la transformación no sea de cuarta. Continúo en la política, mi pasión y
profesión por más de 40 años, siguiendo las reglas que han acreditado mi
congruencia en lo dicho y en los hechos, dando respuesta a infamias y calumnias
que considere deben ser aclaradas, sin fobias ni pleitos anticipados y mucho
menos por encargo, no soy vocero, ni de personas, ni de grupos. En consecuencia, soy libre gracias a
la democracia que hemos construido a lo largo de los años y que gracias a ella
han llegado al Poder federal y estatal, quienes nunca creyeron en la democracia
mexicana, ellos son el mejor ejemplo de que en México y en Colima, la
democracia existe desde antes del primero de julio. El nuevo Gobierno Federal llega en
plena democracia gracias a elecciones creíbles y confiables, sin fraudes y sin
farsas, nuestros representantes populares son expresión clara de la democracia
representativa que valida el texto constitucional, una Constitución que existe
y que resiste todo intento o consulta popular que pretenda suplantar y
manipular la voluntad ciudadana. Es cierto que no todo es optimismo y
felicidad, hay preocupaciones: Primero, por pretender ejercer el
poder de manera anticipada, es decir, fuera de la legalidad y sin
responsabilidad alguna. Segundo, que mediante consultas
populares a modo se busque legitimar decisiones tomadas de antemano, preocupa,
pues, la forma de disfrazar la decisión de cancelar el proyecto del aeropuerto
de Texcoco. Tercero, preocupa que se repita la
práctica de tomar decisiones en la plaza, como se hizo en 2006, acordando el
plantón del Zócalo y la toma de Reforma. Cuarto, preocupa que un Presidente
electo que durante campaña tomó una decisión y la ofreció a sus simpatizantes
para alcanzar el voto, la disfrace para no asumir la responsabilidad y las
consecuencias de la misma. Quinto, preocupa que se quiera
adjudicar al “pueblo sabio” la responsabilidad de la devaluación de la moneda,
de la caída de la Bolsa y la calificación negativa del crédito del país. Sexto, preocupa que quien obtuvo 30
millones de votos en una elección constitucional válida y legítima, que
legitimó un triunfo presidencial indiscutible, pretenda legitimar su primera
decisión en una consulta no prevista en la ley, sin representatividad y sin
credibilidad. ¡Qué necesidad! Siete, preocupa que después de
consolidar nuestro sistema electoral, se pretenda sustituir al electorado, por
un pueblo bueno y sabio. Ocho, preocupa querer sustituir a una
República con democracia representativa por un sistema de democracia
participativa con consultas y asambleas al margen de la ley. Hay esperanza en muchos, pero también
muchas preocupaciones. Esperamos que la ley y la realidad nos
lleven a la reflexión y a la rectificación cuando sea necesario.
Nos vemos el sábado.