Cargando



Solución a la vista



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 06 de Noviembre de 2018 8:02 am


HABLAR de una solución civilizada entre bandos o personas que consideran que la violencia les trae más posibilidades de beneficio y fortalecimiento del orgullo propio, sobre todo si saben que el dinero y la ganancia es su razón para imponerse, en un país que consideran como suyo, y tratar a los representantes populares como simples administradores del poder económico, debe ser como una herida a su orgullo propio, luego de que un Presidente electo quiera analizar todas las consecuencias económicas y políticas que este asunto de la cancelación del aeropuerto capitalino lleva consigo.

En estos momentos parece que estamos en unas arenas movedizas con todo lo relacionado con el aeropuerto en el lago de Texcoco. Por más de 30 años, el poder económico ha tenido con la pata en el pescuezo a todos los ex presidentes que ocuparon esa representación durante ese tiempo. Hoy, el poder político que ha depositado el pueblo en el Presidente electo, quien trata de darle un sesgo humano a su desempeño como Mandatario de este país, en lo personal me parece correcto, no se puede vivir en un país totalmente arrodillado por las fuerzas de los poderes fácticos de todo tipo.

Con relación a este asunto, las opiniones están divididas. Unas personas estarían de acuerdo en preguntarle únicamente a los que viajan constantemente en avión. Creo que son millones de personas que comparten esta opinión, me imagino que en primer lugar le preguntarían al respecto a Emilio Lozoya Austin, quien fuera director de Pemex en un tramo de la Presidencia de Enrique Peña Nieto.

¿Por qué a él? Muy sencillo. Dicen que este hombre, durante todo ese tiempo no podía aceptar pisar tierra, tenía una obsesión desmedida por los aviones, autos y todo aquello que lo alejara de la tierra; además, recibió un moche de más de 10 millones de dólares de la empresa brasileña Odebrecht; con ese pecho, hasta las gallinas cantan.

Por otra parte, olvídense de preguntarle al vulgo qué opinión puede dar al respecto de si se hace el aeropuerto en otro lugar. Por aquí olfateo la solución: ¡Sulkas Perkunas! ¿Quién es él? Un arquitecto de Lituania, producto de la fantasía filosófica de Giovanni Papini.

Se cuenta que este arquitecto se encontró con Gog, el personaje más rico del mundo. Se presentó ante él y le dijo que su especialidad era hacer proyectos de ciudades, porque todas las ciudades construidas eran ridículas. Él proponía unas ciudades diferenciadas; ciudades enteras distintas, para evitar absurdos inmobiliarios que aparte crean diferencias, prejuicios, todo tipo de rabia, maledicencia social y demás argamasas habitacionales que únicamente son apreciadas por los dueños de esos proyectos, que muchas veces resultan repugnantes, porque atentan contra la dignidad del hombre. Perkunas le propuso al millonario una ciudad sin casas o una ciudad de un solo edificio, patios subterráneos con un techo único, donde puedan vivir millones de habitantes; esta ciudad no podría tener puertas ni ventanas.

También le propuso “la cuidad de la igualdad perfecta” o “la ciudad invisible”; quien quisiera verla, jamás lo lograría, esta cuidad estaría en el subsuelo y todas las habitaciones serían subterráneas, además, en servicios y necesidades estarían totalmente satisfechos. En ella, los ricos tendrían castillos color plata o dorados, según su preferencia. O “la cuidad Camposanto”, que sería una ciudad donde puedan vivir armónicamente los vivos y los muertos, única en el mundo. Para terminar su exposición inmobiliaria, Sulkas Perkunas le dijo a Gog que por lo pronto necesitaba 25 mil millones de dólares, y se fue. Creo que hay que buscar a este personaje para que resuelva el problema aeroportuario.

Para evitar caer en las garras de la locura, más vale que pasemos a otro tema. A nivel local y producto de lo desconcertante en las pasadas elecciones de los mexicanos, se asoman dudas. Sinceramente, no conozco muchos de los representantes locales, pero se empieza a materializar el desgaste en alguno de los líderes de los que ostentan algún cargo. No le veo ninguna otra salida a este tipo de señalamientos que los agraviados que son imputados falsamente, salgan al público y exhiban la realidad.