Cargando



Filosofía marismeña



RAMÓN LARRAÑAGA TORRÓNTEGUI

Contaminación


Martes 13 de Noviembre de 2018 8:03 am


“MUNDO maravilloso, te vas para no volver, cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lo hago sin querer”. La parte vital y ritual del mundo es el agua; si el agua es pura, el sistema interior humano es sano. Tiene que ver con el comportamiento humano entre ser bueno y malo en cierta actitud. La vida nace en el agua del útero. Hablar de vida, es tocar la importancia del agua en la misma; si el agua se daña, se arrastra la desgracia, se perturba la ecología.

El planeta Tierra es agua y oxígeno, lo mismo el cuerpo humano, en un 97 por ciento. Se puede vivir días sin comida, pero no sin este líquido. El agua dulce para consumo humano es menos de un tercio del agua en el planeta, es el recurso escaso, en peligro no sólo por extinción, sino por contaminación. El mar podría secarse al trasformar el ecosistema. La vida depende del agua en todos los aspectos desde la fotosíntesis, oxígeno en la sangre. Es facilitadora del clima del cuerpo, el clima de la Tierra, el almacenamiento de calor en sus mares, los cambios en las estaciones. Proporciona vida en la Tierra y mar. Los cambios climáticos reviven criaturas en su ciclo de vida, por eso el agua es sagrada y es usada en todas las religiones en rituales espirituales.

En esta época, estamos siendo testigos ciegos de los efectos nocivos de todo tipo para contaminar el agua, desde la práctica agrícola, ganadera, industria, el desarrollo urbano, ríos, aguas residuales corriendo o brotando en medio de ciudades, venenos químicos, tóxicos mineros, heces fecales, tintes. La cadena alimenticia del mar en peligro de extinción, incluso en alta mar, en donde las toxinas han llegado o son arrojadas desde barcos mercantes. La mayoría de las enfermedades son trasmitidas por el agua, los acuíferos se están contaminando. Los humedales se secan o son rellenados para turismo; la tierra agrícola se saliniza, los peces pierden sus lugares para anidar sus huevecillos, las aves producen huevos de cascaron sin consistencia por los pesticidas.

Los mantos freáticos se van secando, en los ríos sólo se observan piedras en sus causes. Finalmente, el calentamiento global aumentará el nivel del mar en las costas; la inestabilidad a causa de ciclones, lluvias y terremotos será el próximo patrón. Al aumentar el nivel del mar, las grandes cadenas hoteleras se tendrán que retirar, mirando cómo el océano recupera lo robado. La agricultura utiliza millones de litros de agua que, en su mayoría, son desperdiciados ante su rústico sistema de riego y grandes extensiones a sembrar. De hecho, millones no tienen acceso al agua potable y toman agua sucia contaminada con el riego de enfermedad y demasiado plomo.

Las juntas de agua potable en las poblaciones violan los niveles permitidos en partículas por millón de químicos, sus sistemas arrastran mugre por las tuberías, ante la falta de mantenimiento, constituyéndose en una seria amenaza de salud pública. Por causa de la rapacidad llamada turismo, en las costas de devastaron los humedales, lugares de anidación de tortugas, rellenado de lagunas, desvió de arroyos. Al final, son miles las especies lastimadas.

Es la avaricia humana la que se apropia y amenaza los terrenos urbanos y costeros, y no es fácil controlarlos, al ser parte del problema llamado gobierno. La contaminación de los océanos va exterminando la mayor fuente productora de oxígeno; el excesivo contaminante mata todo tipo de vida. Existen plantas de tratamiento de agua que están en manos de irresponsables, a causa de la simulación gubernamental. La costa está contaminada.

La pesca desaparece ante la falta de especies a capturar, los pocos arrecifes mueren. Ahí está la marea roja, la tóxica, la floración marrón del fitoplancton, la espuma café que vemos recorrer la costa. Todo es envenenamiento colectivo. Malos administradores son los gobiernos federal y estatal, su comportamiento deja mucho que desear, ya que su alcance no es el esperado

La agricultura es el proyecto más obsoleto que se vive con el excesivo mal uso del agua. El agricultor arroja millones de toneladas de contaminación prohibida en otros países en cada siembra, en su mayoría nitratos fosfatos, fertilizantes, pesticidas, herbicidas, fungicidas. Mediante prestanombres, rentan tierras, sacan la cosecha y dejan la contaminación, y como burla, los gobiernos siguen apoyándolos a través de recursos públicos.