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Ni felices, ni seguros



VLADIMIR PARRA BARRAGÁN


Jueves 15 de Noviembre de 2018 8:17 am


“EL sistema: la máquina estéril, odia todo lo que crece y se mueve. Sólo es capaz de multiplicar las cárceles y los cementerios. No puede producir otra cosa que presos y cadáveres, espías y policías, mendigos y desterrados”. Eduardo Galeano.

De acuerdo con el filósofo Noam Chomsky, un Estado fallido puede definirse mediante dos indicadores: Primero, el predominio de un claro desdén por las normas legales internas e internacionales. Y segundo, por una falta de capacidad o voluntad de la autoridad, para proteger a los ciudadanos de la violencia y la destrucción.

Bajo ese concepto, podemos afirmar que Colima vive la terrible situación de un Estado fallido. Tenemos a un Poder Ejecutivo carente de sensibilidad y de capacidad para coordinar una de sus tareas fundamentales, que es la cuestión de seguridad. Como consecuencia, sufrimos esta tragedia persistente de violencia. No vivimos ni felices, ni seguros.

Para muestra, podemos hacer un recuento de las cifras de este régimen tan sólo en 2018: en enero, el gobierno de EU alertó a sus ciudadanos para que no viajaran a nuestro estado, por estar en el nivel más alto de criminalidad. En febrero, Manzanillo figuró entre las ciudades más inseguras y violentas del país, de acuerdo con Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Para el cierre de abril, las cifras del mismo Secretariado colocaron a Tecomán como el más violento de México.

En julio, Coquimatlán registró la mayor tasa anual de homicidios intencionales del país, con 313.5 casos por cada 100 mil habitantes, siendo el más violento del país, en el mes más violento para la Nación.

Por si eso fuera poco, en la situación de los feminicidios, Colima fue segundo lugar nacional de enero a julio de este año, con una tasa de 2.07 casos por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación. Además, en el primer semestre de 2018, Colima fue primer lugar en la tasa de homicidios dolosos de mujeres en el país, con 8.29 casos por cada 100 mil habitantes.

Por otro lado, el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), en su último informe de 2017, coloca a Colima en tercer lugar nacional, con una tasa de 5.1 casos por cada 100 mil habitantes.

Frente a esta realidad, en la comparecencia del secretario general de Gobierno, Arnoldo Ochoa González, el pasado lunes, le hicimos saber que el pueblo está cansado de esta ola de violencia, por lo que deben cambiar la forma de combatirla y, por ende, atender las causas que la originan.

No es posible que para este 2019 estén pidiendo más presupuesto, el mayor en la historia del estado, manteniendo la misma estrategia de seguridad fallida, teniendo en el olvido al campo, a los jóvenes y a los sectores más vulnerables.

Ya que el Gobernador no nos respondió durante su comparecencia del pasado 8 de noviembre, se lo cuestionamos a Arnoldo Ochoa, porque dentro de sus facultades, según la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Colima, es el responsable de coordinar el Gabinete de Seguridad.

En su respuesta, siguió evadiendo responsabilidades, diciendo que el tema de la inseguridad “no debe politizarse”. Pero son ellos quienes utilizan el tema de la inseguridad como panfleto político, al utilizar en su campaña como eslogan su famosa frase: “Vas a vivir feliz, seguro”. Eso sí es politizar la inseguridad y la violencia, de una manera muy burda, por cierto.

Por esas razones, fuimos muy enfáticos en darles un mensaje de parte de la bancada de Morena: el Poder Ejecutivo ya no es quien manda en el Congreso. Hubo un cambio el 1 de julio, emanado de la voluntad de la gente, y deben adaptarse a esta nueva realidad. 

Ahora, el Legislativo es un Poder autónomo que servirá de contrapeso y verdadero equilibrio, y a su vez, será la casa del pueblo, donde los anhelos de la gente podrán materializarse en la nueva forma de gobernar, con un grupo parlamentario comprometido en legislar en favor del cambio verdadero.

 

*Diputado local de Morena