Cargando



Razones



JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Más responsabilidades, menos protección


Jueves 15 de Noviembre de 2018 7:54 am


UNA de las relaciones más complejas que tendremos en el futuro Gobierno Federal será la que mantendrá el Ejecutivo con las Fuerzas Armadas. Los mensajes contradictorios se acumulan: por una parte, se les otorgan mayores responsabilidades; por la otra, se quedan sin los respaldos que les otorgaba la Ley de Seguridad Interior (más allá de que ésta fuera cuestionada), y en el camino se suman agravios, como lo fue la decisión de invitar y luego desinvitar a los mandos militares a la ceremonia de toma de posesión del Presidente electo.

La nueva estrategia de seguridad se basa en el respaldo y el accionar de las Fuerzas Armadas. Tendrán mayores responsabilidades, mandos ampliados, de la mano también mayores riesgos legales, porque tomarán esas responsabilidades sin la cobertura que les otorgaba la Ley de Seguridad Interior. Ya analizaremos a detalle la estrategia de seguridad presentada ayer, pero la misma implica, en los hechos, una vuelta de tuerca en la militarización de la Seguridad Pública. Cómo se compaginará eso con la creación y profesionalización de policías locales y federales, no queda claro, tampoco con los propósitos de pacificación de los que tanto se habla.

La Ley de Seguridad Interior será declarada inconstitucional hoy por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al escribir estas líneas, esa moción tenía ya seis votos, en la sesión de hoy tendrá los dos votos que le faltan para echar para atrás esa legislación que tanto costó sacar en el Congreso. En la posición de inconstitucionalidad han coincidido ministros que incluso tienen posiciones distintas en muchos aspectos: Eduardo Medina Mora, Arturo Zaldívar, Alberto Pérez Dayán, José Ramón Cossío (quien dejará la SCJN el 30 de noviembre). Si se hubiera discutido la constitucionalidad de la ley hace un año, quizás no se hubieran alineado de esta forma los votos de los diferentes ministros, pero la coyuntura ha cambiado, las estrategias también, y estamos a mes y medio (será el 2 de enero próximo) de que se renueve la presidencia de la Corte, con la incorporación de un nuevo ministro (todo indica que será ministra) en diciembre y otro en febrero, con los retiros de Cossío y Margarita Luna.

La Ley de Seguridad Interior, coinciden los ministros, tiene errores, aunque todos están votando por la inconstitucionalidad por razones diferentes. Pero más allá de eso, lo cierto es que los militares vuelven a quedar en un limbo legal, con mayores responsabilidades en Seguridad Pública y menos protección. La decisión de la Corte también deja al Ejecutivo federal con mayor discrecionalidad en la utilización de las fuerzas militares en tareas de seguridad. Y todo indica que el próximo Presidente utilizará completamente esos espacios legales.

Por eso es tan desconcertante que los mandos militares hayan sido desinvitados de la ceremonia de toma de posesión luego de que, como es tradición, se les hubieran cursado las invitaciones. Eso se suma a declaraciones por lo menos confusas, a la desaparición del Estado Mayor Presidencial, a acusaciones sin sentido, por cumplir las mismas misiones que ahora se les vuelven a otorgar. Y la Comisión de Defensa del Senado de la República, encabezada por el impresentable Félix Salgado Macedonio, bloquea el ascenso del general José Luis Sánchez León, algo considerado también una suerte de agravio.

El tema no es menor y debe ser una de las más importantes tareas políticas de la próxima administración. No se puede mantener un doble discurso, ante la exigencia de darle mayor poder y responsabilidades a las Fuerzas Armadas, pero al mismo tiempo no darles apoyo político y legal necesario.

 

POLLITOS EN FUGA

 

A las muchas renuncias que se han presentado en los últimos meses en áreas especializadas del Gobierno Federal, en la mayoría de los casos, como consecuencia de las nuevas normas salariales, se suman ahora dos muy significativas. Por una parte, renuncia “por razones de salud”, el subgobernador del Banco de México, Roberto del Cueto, en un momento en el cual el Banco Central se encuentra bajo enorme presión para recortar sus atribuciones y autonomía. Además de la próxima llegada de Jonathan Heath a la junta del Banco, habrá que buscar ahora al sucesor de Del Cueto. En los hechos, el próximo Presidente tendrá en sus manos la incorporación de dos miembros de la junta en lo inmediato y otros dos en el resto de su sexenio.

También renunció un personaje clave en la definición de la política energética del país, Juan Carlos Zepeda, presidente desde 2009 de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. La CNH es una instancia clave para definir la estrategia energética y Zepeda un funcionario fundamental en ese ámbito. La próxima secretaria de Energía, Rocío Nahle, ya había dicho que le pediría su renuncia. No tenía atribuciones para ello, porque la CNH es un organismo autónomo. Pero Zepeda decidió no dar esa pelea y se fue.

Y en el Fondo de Cultura Económica, además de los problemas que se han presentado con el nombramiento de Paco Ignacio Taibo II (el escritor es mexicano por naturalización, aunque nació en Vigo, en España, pero por unas normas definitivamente anacrónicas, para numerosos cargos públicos se debe ser mexicano por nacimiento) varios consejeros han presentado también su renuncia, entre ellos José Woldenberg y Fernando Escalante.