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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

De mafiosos a asesores


Viernes 16 de Noviembre de 2018 8:00 am


YA voy entendiendo a López Obrador. Corroboro, así, la idea que tuve desde hace muchos años. La izquierda del hoy Presidente electo es leve, desleída, suavecita, tersa, más atribuida por medios de comunicación que por sus propias posiciones. Nada radical hay en su proyecto. Incluso, sus reformas son leves.

El Presidente electo ha formado un Consejo Asesor Empresarial. Se reunirá con ese organismo cada 2 meses. Dijo que se integra a propuesta de ellos, porque “quieren ayudar” y darle al futuro Mandatario sus puntos de vista.

Estos son los asesores del próximo Presidente.

1.- Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Salinas, que congrega a TV Azteca y Electra. 2.- Bernardo Gómez Martínez, copresidente ejecutivo de Televisa, uno de los cuatro accionistas mayores de Grupo Televisa. 3.- Olegario Vázquez Aldir (hijo de Olegario Vázquez Raña), director general del Grupo Empresarial Ángeles, que se ha extendido a inversiones en medios de comunicación, tradición de la familia Vázquez Raña. 4.- Carlos Hank González, hijo de Carlos Hank Rhon y nieto de Carlos Hank González, autor de aquella frase tan famosa como cínica: “Un político pobre es un pobre político”. Dirige Grupo Financiero Banorte –el banco mexicano más importante–, es parte de Gruma (Grupo Maseca) y Grupo Hermes, uno de los constructores del fallido aeropuerto de Texcoco. Los directivos de Hermes están entre los primeros en dialogar con López Obrador tras la cancelación de la construcción de la terminal aérea para migrar a los contratos de Santa Lucía. 5.- Miguel Alemán Magnani, presidente de ABC e Interjet, hijo del ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco, y nieto del ex presidente de la República, Miguel Alemán Valdez. 6.- Miguel Rincón Arredondo, empresario de la industria del papel, que recientemente compró la marca Scribe. 7.- Daniel Chávez Morán, presidente de Vidanta y de la Fundación Mayan.

Así, varios empresarios que antes fueron “padrinos” y consiglieri de la Mafia del Poder, ahora le hablarán al oído a quien los denostó para ganar votos. Pasan de mafiosos a asesores presidenciales.

Se integrarán más que serán invitados. Falta ver si los capitales mayores acuden. AMLO lanzó un no se asusten, porque él sabe cómo ayudar a los pobres, aunque ahora se junte con los ricachones.

Es correcto que AMLO procure a los empresarios, porque ellos tienen dinero para invertir, generar plazas de trabajo y, por consecuencia, pagar impuestos. Y si invierten en la industria, mucho mejor. No debe olvidarse que ellos buscan la ganancia económica. Es la naturaleza de las empresas que poseen. Su perspectiva será la del capital. Curiosamente, los más fuertes entre los nuevos asesores provienen de familias que estuvieron ligadas al poder presidencial priista en diversas etapas y se beneficiaron de tal circunstancia.

Y también adheridos a grupos de poder político y económico, como el de Atlacomulco, probablemente la más antigua formación política del país, pues data de 1915. Uno de sus líderes más destacados fue el profesor Carlos Hank González, empresario camionero, que después expandió su imperio. Si un agrupamiento representa hoy la Mafia del Poder, ese es el de Atlacomulco, cuyo último Presidente es Enrique Peña Nieto.

Con esa realidad habrá de gobernar López Obrador. Y lo mejor es que se vaya acostumbrando a que el poder económico –la Mafia del Poder– trasciende coyunturas políticas, y a que el gobernante necesita de sus capitales para que el país no se desbarranque.

No puede negar la realidad de una economía capitalista. Y AMLO no pretende una revolución socialista ni siquiera una reforma profunda de las relaciones económicas entre capital y trabajo. En suma, no es marxista, ni socialista, ni comunista, ni nada que se le parezca. Es un nacionalista revolucionario, es decir, un producto ideológico y político de aquel PRI que todavía sostenía ciertas políticas de beneficio colectivo antes de que los tecnócratas y neoliberales lo desnaturalizaran.

Esa es una buena noticia para los capitales, para los grupos empresariales y para los inversores extranjeros así como para los capitales especulativos que invierten en bonos de gobierno (préstamos de alto rendimiento).

Y es una mala noticia para las alas radicales de Morena, el partido de AMLO, que probablemente creyeron de buena fe que al respaldar al hoy Presidente electo abrían paso a una revolución social pacífica. Si lo soñaron, vayan acostumbrándose a despertar, porque su líder está lejos de ser un anticapitalista.

Insisto, ya entendí.

 

MAR DE FONDO

 

** “Hay vida después de la Presidencia”, dijo ayer Peña Nieto. ¡Aguas! El casi ex presidente ya se nos volvió filósofo existencialista.

 

** “Te busco en el bullicio, en el silencio,/ y así como a una presa te persigo/ por ver si tú eres el halcón que busco/ y postrarme a tus pies o aniquilarte./ Entre la negación y la creencia/ ando en tu siga inútil y audazmente./ Eres el alto sueño que mantengo:/ no puedo derribarte de tu cielo./ Como en la superficie de una charca/ de pronto te apareces o te ocultas,/ te distingo entre estrellas o entre peces/ como el toro salvaje cuando bebe./ En esta hora a solas con tu historia/ he decidido combatir contigo/ y no quiero alcanzar una victoria/ sino tocarte y proclamar que existes”. (Tudor Arghezi, rumano, 1880-1967. Salmo.)