¿Discapacidades o discapacitados (as)?
ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
Viernes 16 de Noviembre de 2018 7:58 am
SOCIALMENTE, existe una tendencia generalizada
a etiquetar a toda persona que no cubra con los requisitos físicos o
intelectuales considerados “normales”; estas expresiones llegan a ser incluso
de corte peyorativo, sin considerar el daño psicológico que se pueden
desprender de ellas, pues dan la impresión que llevan implícita la intención de
serlo. Aunque los hábitos se hacen costumbre
y observando que cada día se acentúan más, creo es necesario generar una
conciencia donde se recuperen los nombres de las personas y no los epítetos con
los que se les identifica. Me viene a la memoria mi pueblo, y
creo que esto estaba generalizado a los demás, donde a cada persona, hombre o
mujer, le nombraban con un apodo y no con su nombre de pila, lo que tanto a mí
como a los chiquitines de mi edad nos enredaba, pues cuando nos enviaban a dar
un recado o a recoger alguna cosa, confundíamos los apodos y el retorno era una
llamada de atención por ambas partes. Creo que ahí decreté que yo evitaría en
lo posible el continuar la tradición. Gran parte de estos apodos tienen una
relación estrecha con: color de piel, atrofias físicas, psicológicas o
intelectuales, orientaciones sexuales, lenguas, raza, entre tantas cosas más.
Como ejemplo podemos citar a los grupos indígenas, pues el hecho de no querer
incorporarse en su totalidad a los procesos de civilización organizativos,
políticos y culturales impuestos por la sociedad, se les margina de muchas
formas, pues al continuar con sus tradiciones, para algunas personas es muy
respetable, no así para la gran mayoría. Creo que los seres humanos hemos
perdido la capacidad de observación, miramos superficialmente y no vemos más
allá de lo que está físicamente expuesto. Contradictoriamente, la compasión,
tan promovida en las distintas religiones, más acentuada en la católica, es uno
de los valores que menos se practica, pues se sobrepone a ésta la crítica
nociva y superficial. Si la autocrítica fuera una costumbre,
miraríamos más a nuestro interior que hacia afuera, y sólo así descubriríamos
que si de discapacidades hablamos, todos y cada uno de los seres que habitamos
este planeta nos descubriríamos con una o varias de ellas, porque también es
una incapacidad no incorporar a nuestro quehacer cotidiano actitudes como la
comprensión, bondad, empatía, etcétera. Es una realidad que muchas personas
carecen de una facultad para desarrollar habilidades inherentes a ciertas
actividades, y que la sociedad o gobierno poco se han preocupado en
proporcionar opciones de operatividad o accesibilidad para hacer menos
evidentes estas carencias. De ahí que urge una campaña de sensibilización,
donde todas y todos nos involucremos para cambiar, en lo posible, la mirada,
unas veces con alta dosis de morbo, otras inquisidoras y unas más hasta de
culpabilidad. Un ejemplo serio, las personas adictas a estupefacientes o
alcohol, los responsabilizamos y criticamos duramente, cuando eso es el
resultado de una serie de circunstancias que les rodean, y nos arrogamos el
derecho de marginarlas, empezando por la familia, sociedad y gobierno. Creo que a nuestros ancestros no les
importaba mucho que los llamaran viejos o viejas, vivían cada etapa acorde a su
edad; ahora, la industria de la cosmetología no nos permite a hombres y mujeres
envejecer naturalmente, y entonces habría que echar mano de términos como “adultos
mayores”, “adultos en plenitud”, “tercera edad”, etcétera, por mencionar un
ejemplo. En esta cadena de creatividad por
encontrar términos que no sean tan peyorativos, se inventan nombres que no
dejan de ser meros eufemismos, que no sirven de mucho, porque se quedan en
meros paliativos verbales que no resuelven de fondo la situación real de
discriminación y estereotipos usados. El término amplio de “discapacidad” o
“capacidades diferentes” debería desaparecer, pues por más que le busquemos,
todas las personas nos vivimos con limitaciones en alguna de nuestras áreas del
comportamiento, actitudes, políticas y más acentuadamente como sociedad.
*Ex secretaria de Mujeres de Morena
Colima