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Sentido Común



PATRICIA SÁNCHEZ ESPINOSA

Oportunidad sustentable


Lunes 10 de Diciembre de 2018 8:07 am


LOS tiempos actuales son complejos por la gran cantidad de retos que enfrentamos, en los que la sobrepoblación mundial nos enfrenta ante la crisis de empleo, de vivienda y del impacto que lo anterior causa al cambio climático. La mitigación como tal ya no es lo único que debemos buscar cómo resolver, también es importante aprender a adaptarnos de tal forma que podamos reducir la presión a la que sometemos al planeta con nuestra presencia, sin desatender las principales necesidades humanas.

En ese sentido, el bambú representa una oportunidad interesante que apenas comienza a explorarse en Colima, aunque con seriedad, impulsado por el Consejo Colimense del Bambú, A.C. (Bambucol), y la Universidad de Colima, quienes firmaron un convenio en noviembre para impulsar los beneficios que tendría en la entidad al adaptar esta gramínea a la industria de la construcción, ya que sus ventajas van mucho más allá de la simple edificación.

El bambú es una planta, cuya explotación, por su rápido crecimiento, no causa erosión, ni deforestación, además de que, a diferencia de otros árboles madereros, tarda sólo 3 años en alcanzar la dureza necesaria para ser cultivada, pudiendo crecer hasta medio metro por día. Esto significa una interesante oportunidad de negocio para agricultores que quieran invertir y recuperar su dinero en poco tiempo, los cuales podrán a la vez emplear a campesinos para labrar la tierra, cuidar y cortar el bambú.

Como gramínea, además de ser utilizada para la purificación del aire, se le usa para depurar y filtrar el agua, por lo que podría aprovecharse como un tratamiento de limpieza de aguas residuales de bajo costo e impacto ambiental. La madera de bambú ayuda con la captación de carbono, además de continuar absorbiéndolo incluso después de haber sido cortado, por lo que al utilizarse en la vivienda, ayuda a mejorar la calidad del aire del hogar.

Las propiedades del mismo lo hacen un excelente producto para la construcción, ya que tiene una resistencia muy similar al acero –sólo 10 por ciento menos resistente que la varilla de construcción–, además de ser muy ligero, lo que lo hace un material idóneo para lugares sísmicos, como lo es nuestro estado. Se puede usar como elemento estructural, en forma de columnas, como refuerzo estructural, sustituto de madera en algunos procesos constructivos, o bien en módulos prefabricados, lo que aceleraría la construcción de las viviendas y abarataría sus costos.

Aunado a lo anterior, la estructura natural del bambú lo convierte en un material térmico, ya que cuenta con cámaras de aire que le permiten regular la temperatura y que, además, puede funcionar como un aislante acústico, algo cada vez más necesario en una ciudad de rápido crecimiento como Colima.

El tipo de construcción en módulos prefabricados con bambú, podría consolidarse como una opción viable de negocio, en una ciudad que próximamente podría sufrir una alta demanda de vivienda, si es que efectivamente las oficinas centrales del ISSSTE se establecen en nuestro territorio, como lo señaló Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral. Una casa construida de esta forma podría hacerse en tres cuartas partes del tiempo en el que se hace una vivienda de forma tradicional, reduciendo considerablemente los residuos y desperdicios de la construcción, lo que disminuiría considerablemente el impacto ambiental. Si además se utilizara el bambú cultivado y producido en Colima, se convertiría en un proyecto sustentable, que ayudaría a detonar la economía local.

Existen muchas otras aplicaciones del bambú, que van desde laminados hasta productos de oficina, que podrían representar oportunidades de negocio, que ya se están aprovechando en otras regiones. Colima, por sus características climáticas y geográficas, podría ser un lugar ideal para el cultivo y producción de esta planta.

La semana pasada, el carpintero alemán radicado en Colombia, Jörg Stamm, vino a Colima a impartir la conferencia “Dos décadas de estructuras livianas con bambú”, que tuvo lugar en la Pinacoteca Universitaria. El evento tuvo una gran recepción de colimenses y extranjeros. Al día siguiente se realizó el “Taller de construcción de una torre con bambú”, que estuvo igualmente concurrido. Ambos eventos son el resultado del convenio firmado entre la Universidad de Colima y Bambucol, aunque su uso ha sido promovido por otros colimenses, como Juan Manuel Oseguera Parra, quien durante muchos años fue colaborador de Diario de Colima. Esperemos que pronto existan proyectos para poner en boga este material, que podría abrir las puertas para la construcción sustentable en nuestra entidad.