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Los altos salarios



MANUEL GODINA VELASCO


Miércoles 12 de Diciembre de 2018 8:53 am


COMO admirador del ideario de José María Morelos y Pavón y del pensamiento juarista, además de la autoría de mis libros, donde he abordado los pasajes más significativos de estos dos grandes héroes nacionales, no puedo permanecer al margen de la controversia jurídico-política que en los últimos días se ha manifestado por la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, recientemente aprobada, así como la negativa de los ministros de la Corte y otros organismos autónomos, para cumplir con la Constitución y bajar sus altísimos e inmorales sueldos.

Morelos, en el documento Sentimientos a la Nación, sentenció que las leyes que dicte nuestro Congreso “deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, de tal suerte que aumenten el jornal del pobre”.

Por su parte, Benito Juárez, en relación con los salarios de los servidores públicos, dijo que “bajo el sistema federativo, los funcionarios no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”.

Tal parece que nuestra “élite dorada” de servidores públicos no ha leído estos pasajes de la historia de México, y si lo hizo, le vale un cacahuate el profundo mensaje de ética y congruencia que estos dos grandes próceres dejaron para la observancia de quienes trabajan en los diversos cargos de la administración pública, para servir al pueblo, pero no para servirse del pueblo.

Es preciso aclarar que esta ley reglamentaria de los artículos 74 y 127 (vigentes desde hace años) de la Constitución, fue aprobada el 8 de noviembre de 2011 en el Senado, por unanimidad de votos, posteriormente fue remitida a la Cámara de Diputados, pero nunca fue discutida por los diputados, hasta que hace semanas, Morena decide llevarla a votación y aprobarla, tal como estaba.

El artículo 127 constitucional dice que “ningún servidor público podrá recibir remuneración por el desempeño de su función o empleo… mayor a la establecida para el Presidente de la República”. “El Congreso de la Unión y las Legislaturas de las entidades federativas expedirán las leyes, para hacer efectivo el contenido del presente artículo… y para sancionar penal y administrativamente las conductas que impliquen el incumplimiento o la elusión por simulación de lo establecido en este artículo”.

Cuando no hubo ley reglamentaria, para tener bajo control a ministros, consejeros, magistrados y otros funcionarios de diversos organismos autónomos, el Ejecutivo propuso elevar escandalosamente sus salarios, con la complacencia de la Cámara de Senadores, así fue que el Poder Judicial no sólo se hizo el occiso de velar por el cumplimiento de la Constitución, sino que abusó de “su independencia” para autorizarse inmorales sueldos, emitir sentencias injustas y proteger intereses particulares, además de prohijar un desvergonzado nepotismo, donde están esposas, suegras, hermanos e hijos.

Aquí, en este espacio, desde hace años he criticado severamente a los ministros de la Corte, por sus dislates y pifias jurídicas, además de sus insultantes sueldos; ahora alegan que “esos sueldos nos permiten tomar decisiones sin presiones que nos hagan doblar la vara de la justicia”. ¡Vaya semejante desfachatez de estos personajes! El honrado siempre lo será con un bajo o alto sueldo, pero estos servidores claman por seguir siendo corruptos.

Por ello, aplaudo la declaración del presidente López Obrador, el pasado sábado, al criticar a la Corte y lamentar que se viole la Constitución: “Es una ofensa al pueblo de México, esos que tienen esos altos sueldos no es gente honesta, ni partidarios de la justicia… nosotros nos ajustaremos a lo que señala el artículo 127, y creo que hará lo mismo el Poder Legislativo”.

Soy el primero en defender la división de Poderes, pero nunca de que alguno de ellos se autorice privilegios indebidos.

 

*Analista político