Ya perdimos la cuenta
ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA
Viernes 14 de Diciembre de 2018 7:54 am
AUNQUE no se ha dejado de insistir por
todos los medios a nuestro alcance que cese la violencia hacia las mujeres,
ésta continúa su curso, como si ya nada o nadie pudiera frenarla. Esta
situación está rebasando los límites de tolerancia, pues mientras las autoridades
responsables no reconozcan los feminicidios u otras violencias como delitos
graves que merecen una atención puntual, quienes los cometen continuarán
sintiéndose protegidos y realizando estos delitos con franca libertad. ¿A qué le apuestan las autoridades con
este desinterés? ¿Al cansancio o al olvido de familiares o grupos de mujeres
que demandamos su pronto esclarecimiento y solución? Porque si es así, se
equivocan. No sólo es en fechas específicas que protestamos por estos sucesos,
todos los días, a lo largo y ancho del país, amanecemos con la noticia de que
en algún lugar una mujer perdió la vida, fue secuestrada, violada, golpeada o
amenazada de muerte. Tampoco es posible que quienes den
cuenta de estos sucesos sean las redes sociales, periódicos locales o
nacionales, cuando estrictamente son las autoridades las que tendrían que
llevar un registro y dar seguimiento a estos hechos. Continuamos ignorando,
sociedad y familiares, cómo van los procesos y seguimiento de hechos, pues a la
fecha se ignora si algún sujeto ya ha sido capturado, encarcelado o mínimo
identificado como el verdadero responsable. Continuamos con la misma estadística
de siete mujeres asesinadas por día en todo el país. Tan sólo este fin de
semana pasado, aparecía en el estado de Morelos la dolorosa noticia de que
habían asesinado a cuatro mujeres, dando un total de 79 en lo que va del año,
en esa entidad. En nuestro estado, hace apenas unos
días una mujer fue asesinada de un balazo en la cara, y una más fue localizada,
junto con unos hombres, en la fosa clandestina encontrada por el barrio de La
Estancia. Esto nos alerta a pensar que continúan los asesinatos, pero dándoles
el mismo tratamiento de ocultarlos oficialmente, si no es que los medios dan
cuenta de ellos. Los grupos de mujeres a nivel local y
el Observatorio Nacional de Feminicidios, al inicio del presente año
manejábamos cifras parecidas, tomadas principalmente de los reportes en los
medios escritos y digitales, sin embargo, conforme pasaba el tiempo, estos
datos se fueron haciendo muy confusos y a esta fecha ya no ha sido posible
cuantificar, a nivel estatal, el número de feminicidios, es decir, ya perdimos
la cuenta, y esto parece ser más favorecedor para las autoridades que a la
sociedad misma. Más allá de la importancia que tiene
un número determinado, que se traduce en estadística y que en momentos de
reclamos sociales impactan más los datos duros que los contenidos verbales, las
mujeres no representamos sólo un número, somos madres, esposas, hijas, novias,
niñas unas, adolescentes y adultas otras, pero todas con un sueño que cumplir,
una vida que aun con carencias nos pertenece, y nadie tiene el derecho de
arrebatárnosla. La Alerta de Violencia de Género para
Colima es un instrumento que debiera coadyuvar de manera preventiva a disminuir
la violencia hacia las mujeres, pero aún su implementación no ha sido
suficiente como quisiéramos, porque para ello es necesaria la suma de varios
elementos y capacidades, como la voluntad de algunas partes involucradas y
directamente responsables, como sería quienes están a cargo del Poder Judicial
y otras que no han querido involucrarse de manera efectiva en ello. En este sentido, la sociedad no puede
sola, porque para algo fueron creadas las instancias encargadas de la
protección y cuidado, pero al contrario, resulta que la paradoja es que la
ciudadanía tenemos que protegernos con nuestros propios medios de quienes
ostentan estas responsabilidades. No bajemos la guardia, ojalá no muy
lejos podamos pasar de ser un número, con el riesgo de perder la cuenta, a ser
personas con todas nuestras garantías y derechos salvaguardados.
*Ex secretaria de Mujeres de Morena
Colima