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Psico-tips



GERARDO OCÓN DOMÍNGUEZ

La fidelidad, versión 2019


Domingo 30 de Diciembre de 2018 7:47 am


A lo largo del Siglo XX y parte del Siglo XXI, hemos sido bombardeados por el cine con imágenes que nos relatan historias románticas poco probables, donde generalmente el chico bueno y guapo se queda con la chica guapa y buena. Miles de libros se escriben relatando las aventuras que vive la pareja antes de lograr reunirse, a pesar de todas los obstáculos que les pone el villano o villana, para formar una relación de amor eterno (pero ése es otro tema).

Al gremio de psicólogos nos estresa un poco este concepto, pues cada vez es menos frecuente en la vida real. Nos visitan personas (hombres y mujeres) atribuladas porque “la película de su vida” no se parece a lo que quisieran: una pareja única, permanente para el resto de sus vidas y hasta que la muerte los separe, como en el cine. Por si esto fuera poco, también lo comparan con las parejas de antes, como sus abuelitos o sus papás, cuando las parejas eran para siempre. Ya hace 20 años, cinco de cada 10 parejas terminaban en separación. La mitad de las familias son monoparentales. Es decir, hay familias donde el padre cuida de los hijos e hijas sin ayuda de la cónyuge, así como también sabemos que hay familias donde la madre se encarga de todo: trabaja y cuida de hijos e hijas.

Este fenómeno, pese a lo que creen la mayoría de las personas, no existe de 50 años para acá, sino que sucede desde el inicio de la humanidad.

Ahora que termina este año, me gustaría describir y precisar lo que es el surgimiento de una nueva modalidad de infidelidad, lo que a su vez y como consecuencia, plantea una nueva forma de fidelidad.

La infidelidad antes significaba verse a escondidas, escribirse cartas postales o recados hechos a mano y tener relaciones sexuales. La infidelidad al día de hoy, además, incluye el flirteo o coqueteo sexual a través de las redes sociales existentes, mismo que se conoce como sexting. Este coqueteo puede ser con palabras, o envío de pornografía y/o de fotos personales de desnudos parciales o totales. Total, que a veces los matrimonios se terminan antes de las bodas.

Independientemente de eso, como mencionaba, antes no era mejor. Sólo era diferente. Muchos matrimonios sobrevivían a las infidelidades, a las golpizas, al maltrato y las humillaciones para evitar un “qué dirán” si nos divorciamos. Y al día de hoy, también. Pero el “qué dirán” es inevitable, pues no hablarán de un divorcio sino de que la pareja sigue casada y viviendo en la misma casa, a pesar de las condiciones.

Como podrán darse cuenta, no he mencionado para nada quién es más infiel, si los hombres o las mujeres. Y es que resulta que de acuerdo a una encuesta nacional hecha hace algunos años, la infidelidad está pareja. Pero ése es otro tema.

Hace mucho tiempo atendí a cierto cliente que saltaba de una relación a otra, lo cual para él no era malo. Llegado un momento, él iniciaba otra relación sin terminar la actual, puesto que no se habían establecido las condiciones de la relación, una de ellas, la monogamia.

La segunda (sí, la segunda) forma de fidelidad en el Siglo XXI debe ir más allá de no tener sexo fuera de la pareja, sino también la fidelidad cibernética y por lo tanto, la fidelidad emocional.

La primera forma de fidelidad debe ser para con uno mismo. Si ya no quiero estar con mi actual pareja, o quiero estar con otra persona, ser directo y terminar la relación. Es más triste, menos saludable, permanecer en una relación que no se quiere y estar enviando mensajes a escondidas. Como decía cierto personaje cuyo nombre no quiero recordar, “el primero que miente, es el corazón”. Por cierto, ese personaje no era Don Quijote.

Y usted, amigo, amiga, ¿puede dejar su teléfono sin clave al alcance de su pareja?

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*Integrante del Colegio de Psicólogos de Colima


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