Filosofía marismeña
RAMÓN LARRAÑAGA TORRÓNTEGUI
Nuevas metas
Martes 01 de Enero de 2019 7:32 am
EN muchas de las
ocasiones, nuestro comportamiento
tímido o el miedo
impiden expresar
lo que deseamos y
llevar a cabo las cosas que
tenemos planeadas
para nuestro bienestar,
retrayéndonos en
gran medida, para posteriormente
sentirnos con ese
temor al rechazo de los demás. Así,
continuamos
avanzando, ignorando el llamado de alerta
entre las múltiples
necesidades, en espera de una estupenda
ocasión que nos
aguarde.
La timidez por
exigir lo que creemos que merecemos
o por protestar en
lo que no estamos de acuerdo, nos
lleva a muchas
situaciones incómodas, que en la que la
mayoría de las
veces nos coloca en una posición de desventaja.
Si se continúa con
esa actitud, al correr de los años,
todo ello provoca
dentro de nosotros sentirnos impotentes
o molestos, porque
consideramos que las demás
personas no conocen
lo que en realidad pensamos sobre
cualquier
situación, sobre todo en las que la influencia
de los demás está
sobre nosotros. Sin embargo, callar,
finalmente nos
lleva al fracaso, porque renunciamos a lo
que somos y dejamos
de lado una importante parte de
nosotros, para dar
gusto a los demás. En ello, cedemos
lo poco que
poseemos en esa circunstancia rara que exige
reclamar.
En este Nuevo Año,
bueno será que las personas no
callen las
injusticias, por temor a decir que no están de
acuerdo; malo es
continuar ahogando la voz de la conciencia
que nos dice que es
mejor hablar, expresarnos,
denunciar aquello
que creemos que está mal; es tu obligación
hablar, cumple lo
que eres ante ti mismo, sé benigno,
sin mostrar
debilidad ni ofender.
Hoy que comenzamos
otro ciclo, es tiempo de limpiar
el alma. Lo primero
será perdonarte a ti mismo,
para después
ofrecer disculpas a quienes crees que lastimaste.
Este tiempo será
propicio para comenzar nuevas
metas y objetivos,
otros caminos que te lleven a encontrar
un bienestar propio
y para quienes te rodean.
Hoy no es tiempo
para enojarse, eso es inútil y
desgasta a las
personas. Al contrario, es momento de
ofrecer lo mejor
que llevamos, ayudar al prójimo necesitado,
plantar un árbol,
leer un nuevo libro, hacer un
nuevo amigo y
visitar a aquellas viejas amistades que se
olvidan por las
ocupaciones monótonas.
Deshazte de las
hojas secas para que cuentes con espacio
suficiente y nazcan
nuevas, otras amistades que
den aliento a tu
vida. Eso es todo, vivir en un ambiente
propicio, sin
sometimiento de una alma sobre la otra. La
paciencia es el
mejor descanso espiritual que nos ofrece
la fortaleza de
carácter, con un poco de dosis en voluntad,
y la vida nos
volverá a sonreír.
El afecto y el
cariño no valen mucho si no se demuestran.
Amar es dominar los
instintos, gobernar el espíritu,
dejar de ser
replicador de lo aprendido con los amigos,
dejar de jugar
contra los fastidios engorrosos del yo
mando y crecer con
humor compartido.
El egoísmo siempre
nos llevará por senderos equivocados
y de soledad
absoluta. Mal es que en un momento
de la vida de las
personas, éstas no encuentren tranquilidad.
Lo mejor siempre
será que la gente camine acompañada
de quien desee y
con quien se sienta cómodo,
para avanzar en paz
y con alegría.
Este tiempo será
propicio para también hacer sacrificios
y tratar de cambiar
aquellos defectos que hemos
construido con el
paso del tiempo y que no nos han dejado
avanzar. El
sacrificio vale la pena y, con el tiempo,
la recompensa nos
dará satisfacciones que valoraremos.
Cualquier cambio
que se realice para bienestar general,
siempre será bien
recibido por los demás, aunque
no haya un
reconocimiento de por medio y muchas veces
se pase
desapercibido; eso no importa, lo verdaderamente
trascendente es
hacer modificaciones dentro y
fuera de ti, y
estar contentos por participar con pequeñas
o grandes cosas
para contribuir a cambiar el mundo,
pero siempre para mejorarlo.