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La cultura



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 01 de Enero de 2019 7:34 am


Contra la estupidez,

hasta los mismos dioses luchan en vano.

Schiller

SINCERAMENTE, creo que las tareas monumentales

que tiene el gobierno mexicano serán una especie de

epopeyas para sacar a este país del atolladero en el

que se encuentra. Imaginemos que todas las instituciones

fueran embarcaciones, que cada una de ellas, dirigidas

por capitanes –piratas– del PRI y del PAN, a los

cuales ya los bajaron y los sustituyeron nuevos tripulantes,

comienzan la travesía y nos empezamos a dar cuenta de la

magnitud del pillaje que ha venido cometiendo la pasada

tripulación.

Recientemente se acaba de descubrir un fraude descomunal

en Coahuila, 100 mil créditos del Instituto del Fondo

Nacional de la Vivienda para los Trabajadores de todo el

país se canalizaron a unos megaproyectos –que más bien

podemos considerar megafraudes, porque despojaron del

derecho de vivienda a los trabajadores que lo tenían–, pero

fueron utilizados para otros fi nes, en benefi cio de grupos y

personas corrompidas hasta el tuétano. Mi pregunta es: si

hubieran continuado PRI y PAN en el poder, ¿se hubiera

descubierto este atraco?

¡Pemex, ábrete! Una noticia que llama la atención fuertemente

es que el Ejército Mexicano tomó las instalaciones

de Pemex, quitándole al sindicato de los petroleros el derecho

al robo de hidrocarburos, que según dicen, equivale a

200 millones diarios, que hacía un total de 66 mil millones

anuales, es decir, el 80 por ciento del robo de gasolina se

cometía en la propia institución de Pemex. Los presidentes

anteriores lo sabían perfectamente. Vuelvo a preguntar, ¿el

PRI y el PAN hubieran descubierto este robo?

La corrupción en nuestro país es comparable con el

cuento Alí Babá y los cuarenta ladrones, aquellos decían,

“ábrete, sésamo”, y la cueva se abría, en donde se encontraba

todo lo robado. Con esta contundente decisión del

Gobierno Federal, con esas acciones, sistemáticamente irán

desinfl ando la abultada corrupción que dejaron los gobiernos

de las fi liaciones partidarias mencionadas que, por cierto,

en el clímax del cinismo, los partidos que destruyeron

Pemex, a través del robo y la venta de los hidrocarburos a

los privados, hoy se rasgan las sucias vestiduras del pillaje

que los ha caracterizado, exigiendo al gobierno que baje el

costo de la gasolina; comúnmente dicen que la estupidez no

tiene límites, pero justo es poner un alto a quien las dice.

Cada vez más encapsulada la derecha, con su silencio

ante esta barbarie de la corrupción, no dice esta boca es

mía. Seguro estoy que si se descubriera que algunos representantes

del gobierno estuvieran involucrados en estos infames

robos, ya los hubieran hecho trizas. Se ha desatado

un odio descomunal contra Andrés Manuel López Obrador,

por parte de los grupos que han tenido todos los privilegios

que la corrupción les ha otorgado. Es muy común escuchar

que las clases sociales pobres están resentidas contra las

clases económicamente altas; hoy, un problema agobia a la

clase alta, la misomanía, que consiste en un estado patológico

de odiar todo lo que consideran afecta sus privilegios.

Esta forma de pensar y vivir dentro de un sistema neoliberal

como el nuestro, empieza a ser cuestionado seriamente,

y creo que la única forma más civilizada de clarifi car todo

esto es a través de la cultura, que debe ser implementada

y diseminada por todos los medios de comunicación; esta

es una tarea descomunal que ya se debe echar andar, para

que las generaciones presentes y futuras tengan una visión

distinta de la estúpida mercadotecnia que está convirtiendo

en desechable al ser humano.

Creo que ya ha empezado una confrontación en círculos

literarios e intelectuales, donde el criterio de la sociedad

debe ser fortalecido, para que grandes capas sociales no

consideren cultura a esos detestables adefesios televisivos,

como las telenovelas y la basura lingüística que se transmite

a través de algunos medios de comunicación.

La literatura, como arte, libera al ser humano de manera

artística. Actualmente, nos podemos dar una idea del

tipo de literatura –si le podemos llamar así– de los libros

que pululan de autoayuda, historias de vida, zodiacos, resiliencias

que tienen impreso un sello empresarial, donde

se presentan las crisis como oportunidades, que no es otra

cosa que convertirse en guiñapos del empresariado de la

mercadotecnia, sometiendo al individuo en lo espiritual y

en lo material. ¡Feliz Año Nuevo 2019!