Los retos
ARNOLDO VIZCAÍNO RODRÍGUEZ
Martes 01 de Enero de 2019 7:31 am
NO hay
discusión sobre el gigantesco tamaño de los retos
que este 2019 enfrentará la nueva administración
federal, encabezada por López Obrador. En
algunos casos ya se le puso el cascabel
al gato, pero aún no se llega a los resultados finales. Se
me figura esta dinámica a la del jaripeo de toros de
reparo, que al sentir al jinete en sus lomos hacen hasta lo
imposible para sacudírselo, reparando sin cesar; pero
si el jinete es bueno y resiste, poco a poco el toro se
empieza a cansar, hasta que asume que deberá tolerar en
sus lomos al jinete. Creo que esto ya viene pasando con el toro
reparador del aeropuerto en Texcoco. Otro buen
burel fue la aprobación de la ley de los salarios
máximos; en principio brincó muy alto la mal llamada
clase dorada, resistiéndose a perder el privilegio de cobrar, a
veces por hacer nada o muy poco, lo que se les
antojaba. Jueces, magistrados, ministros y otras alimañas
brincaron alto, tratando de descalificar la medida, pero cayeron
en lo duro o sentados en biznagas, pues los
paganos de siempre estamos hasta la madre de mantener a
éstos, muchos de ellos haraganes históricos. El toro del
Presupuesto de Egresos pegó en la línea de flotación
de una gigantesca burocracia política acostumbrada
–yo diría empicada– a sacar gran tajada anual de los
institucionalizados moches que hinchaban las alforjas
de legisladores, secretarios de la administración, gobernadores,
presidentes municipales y “líderes” de
organizaciones “sociales”, que se dedicaban a la “gestión y ejecución”
de obra pública. Por eso los gritos y sombrerazos
eran tan despavoridos como desesperados, pudiendo
aplicar aquel adagio campirano de que “becerro que no
brama, no mama”. Afortunadamente, en este caso, esta
gigantesca recua de becerros hambriadores, a pesar de que
bramaron sin cesar, se quedaron sin mamar. Muchos aún
no creen que realmente se trata de un cambio de
régimen, eso es la Cuarta Transformación. Hay muchos
retos pendientes que se espera que en el
transcurso de los meses, quizá 2 ó 3 años, deberán alcanzarse.
En educación se ocupan mejoras profundas, cualitativas
y cuantitativas; se requiere que se forme, no que se
deforme al nuevo mexicano, que todos los mexicanos tengan a su
alcance al sistema educativo; que la educación no
se limite a las aulas, que abarque a todas las
comunidades y a todos sus integrantes. Un reto
importantísimo (será un toro muy reparador) es el
combate a fondo de la corrupción, visto este mal como
generador de injusticia, impunidad, miseria, violencia,
enriquecimiento ilícito. Qué bueno que ya se modificó la
ley para que el delito de corrupción sea tipificado como grave;
lo que falta es que empiecen a caer a la cárcel,
sin derecho a fianza, peces gordos, medianos, pequeños y
hasta charales; de esta manera se desatará el proceso
formativo para que los trácalas que anden sueltos
pongan sus barbas a remojar. La salud es
otro gran reto, se requiere crecer y mejorar la
infraestructura hospitalaria en todos los niveles, se ocupan
muchos más médicos y enfermeras; se necesita por lo menos
el doble de medicinas de las que se dispone
actualmente; pero, sobre todo, se requiere la implementación
de una gran estrategia de prevención que lleve
pronto a que la gente se enferme menos. La sociedad que
no se enferma es mucho mejor que la que tiene con
qué curarse. Concluyo con
el reto de retos, la seguridad pública, devolver la
tranquilidad y la paz a los ciudadanos de todos los confines
del país. En esto mucho tiene que ver la pobreza,
la injusticia, la impunidad, la falta de oportunidades, la
distorsión y/o carencia de valores, etcétera. Hago votos
porque funcionen adecuadamente todas las medidas
adoptadas que contribuyan al objetivo de “serenar a
México”, y dentro de esos votos, destaco los hechos para
que funcione la Guardia Nacional. Démosle el beneficio
de la duda.
*Presidente
de Productores Unidos por Colima