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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

Cosas de China


Lunes 07 de Enero de 2019 7:24 am


NO sé qué platicarle primero de las cosas raras que sólo suceden en China. Por ejemplo, todos hemos pasado por un atorón en la calle, debido al intenso tráfico que se ha venido incrementando. Aunque en provincia esto es menos usual, hay atascos en la Ciudad de México que en momentos duran algunas horas. Pues bien, en China esto es tan común, que hay ocasiones en que el embotellamiento puede durar algunos días, a tal grado que la gente llama a un motociclista (que a eso se dedica) para que le saque de ahí y después recoja su auto.

Lo siguiente es aún más sorprendente. ¿Le ha tocado observar alguna fotografía donde una ciudad china aparece envuelta en una nata de smog, como consecuencia de los graves problemas de contaminación, por ser de los países más poblados del mundo? Pues bien, a tal grado ha llegado esa situación, que se ha vuelto común la venta de aire enlatado y con aromas, mismos que los chinos saborean, ante tanta suciedad en el ambiente.

Y si eso ya se le hace increíble, ahí le va otro dato espeluznante. En algunos lugares de la China rural hay bandas que se dedican a exhumar el cadáver de una mujer fallecida recientemente, para venderlo a los familiares de algún hombre que murió siendo soltero, y luego, aunque los dos han fallecido, realizar una boda entre el cuerpo de la mujer y el fantasma del soltero para que no esté solo en la otra vida. ¿Cuál es el precio que pagan por la occisa? Unos 38 mil yuanes, algo así como 5 mil dólares.

Cuando supe de estos sucesos, recordé a las personas mayores de mi pueblo, que a diestra y siniestra usaban aquellas frases como “te engañaron como a un chino”, “cayó en la trampa como un chino”, etcétera. Y cuando uno les preguntaba que dónde era China, se ponían a hablar de ese país como si lo conocieran, aunque ni siquiera sabían dónde quedaba, sin embargo, la plática trasladaba a uno a un territorio mágico de dragones voladores.

Fíjese todo lo que le he venido relatando, aunque sólo tenía el propósito de hacer un llamado de atención para alertarlo de cómo estos chinos se han ido adueñando del mundo. Esto sí ya no es cosa de broma. Platique usted con cualquier ciudadano del país que quiera y verá la gran preocupación generalizada por la invasión de los chinos en el mundo entero. Hace más de un siglo nos empezaron a vender el papel de china y la seda. Luego la pólvora, los faroles y muchos objetos que son invención china.

Sin embargo, ahora nos venden como propias, cosas que se inventaron en otros países y que ellos han patentado. Ahí están las banderas de muchas naciones y hasta las imágenes religiosas de las que se han apropiado, como con la Virgen de Guadalupe, cuyos derechos de explotación pertenecieron durante 10 años al empresario de origen chino, Wu You Lin.

El asunto es serio, porque en la mayoría de las plazas comerciales del mundo los productos de origen chino ocupan un porcentaje elevado de los anaqueles y exhibidores, y los productos de origen nacional han ido disminuyendo de forma escandalosa. En el caso de México, ojalá y muchos mexicanos actuáramos como mi apreciado concuño Bernard, que prefiere productos hechos por mexicanos, para después lucirlos con orgullo ante sus paisanos franceses.

Quizás suene exagerada esta exposición, sin embargo, los chinos tienen muy bien definidos sus objetivos. Hace tiempo se propusieron ser la potencia económica número uno del mundo y nadie duda que ya lo han logrado. Hace unos días, la nave china Chang-e4 alunizó en el lado oscuro de la luna, algo que nadie había hecho. La pregunta es: ¿Qué buscan los chinos? Hace más de 50 años, China se lanzó a la conquista espacial y los gringos y rusos soltaron una carcajada. En 2017 presentaron su proyecto para su primera misión robótica a Marte en 2020 y en 2030 a Urano. ¿Alguien duda ahora que lo lograrán? ¿De quién será la carcajada? Y nosotros como el chinito, “nomás milando”.

PD. ¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.


jbrambilaleal@yahoo.com.mx