Cargando



Cuyutlán



ARNOLDO VIZCAÍNO RODRÍGUEZ


Martes 08 de Enero de 2019 7:23 am


CUYUTLÁN es un nombre mágico, aunque este pueblo de la costa de Colima no es el único que lleva este nombre en el país; no hubo, por lo menos en el siglo pasado, pueblo con igual magia. Su Ola Verde, misteriosamente es única en miles de kilómetros, pues se sabe de olas grandes en algunas zonas de Oaxaca, y hacia al norte sólo se ven en Baja California, por el lado del Pacífico. La producción de sal en Cuyutlán por métodos artesanales es centenaria y su fama también recorrió todos los confines del país. El paso histórico del presidente Benito Juárez en los 60 del siglo antepasado, también marcó para bien a este pintoresco pueblo.

Pero su desarrollo y auge turístico llegó junto con el ferrocarril, que empezó a circular regularmente a partir del nacimiento del siglo pasado. Las décadas de los 20, 30, 40, 50, y hasta los 60, fueron del máximo esplendor turístico de este querido pueblo. Turistas del extranjero, de todos los rincones del país, pero sobre todo de los estados vecinos y del norte, como Nuevo León, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Coahuila, felizmente se arremolinaban casi todo el año.

Hoy, a Cuyutlán, poco, muy poco le falta para ser un pueblo fantasma, y seguro ahí acabará si los gobiernos, pero sobre todo la gente, no somos asertivos y nos ponemos las pilas. En los últimos años sólo registró algunas acciones aisladas, que aunque loables, no llegan siquiera a mejoralitos contra el cáncer que padece, porque además diagnostican equivocadamente al enfermo. Vi en los diversos trienios que Ernesto Márquez gobernó a Armería diversas acciones de promoción, siendo acaso flores de una semana o un día, como el “Cuyutlanazo” o “Festival del Coco”, que encabeza Mauricio Barreto.

En mi opinión, promover acciones que atraigan visitantes debiera ser lo segundo, siendo lo primero la solución del problema principalísimo, que no es otro que la gigantesca insalubridad en la que se debate este destino, fundamentalmente por la horrible contaminación y azolve de su otrora hermosa laguna, lo que provoca que todas sus aguas cercanas al pueblo sean aguas muertas, pestilentes, donde habitan miles de bichos dañinos, pero sobre todo, millones y millones de zancudos que a todas horas polulan por todas partes, sobre todo por las mañanas y tardes-noches, cuando gigantescos enjambres hacen sombra al interponerse entre una persona y el sol.

Para acabar con esta molestísima plaga, se necesita sanear la laguna, desazolvarla, para que de manera natural circule agua nueva, limpia y fresca del mar, que venga a sustituir el cochinero que ahí se tiene represado; habiendo agua limpia, la existencia de zancudos se reduce a su minina expresión. Una segunda acción que tiene sentido sólo si se hace la primera, es abrir los cientos de casas y residencias abandonadas que cuentan con alberca y que ahí, por años, las aguas de lluvia que caen en estos depósitos se han venido pudriendo.

Sanear la laguna es muy caro, se debe entonces estar claro que el gobierno, por sí mismo, no va a tomar la iniciativa, se ocupa que la sociedad organizada se movilice para conminar por la buena al gobierno en sus tres niveles y, si no quiere por la buena, los ciudadanos con energía seamos capaces de aplicarles la “ley del puyón”, que es la que se les aplicaba a las bueyes malos y mañosos que se resistían a jalar el arado. Me reporto listo para la lucha; ¿Cuántos le entran?


APARTE


1.- Huachicoleros Hace pocos días, los dirigentes nacionales de lo que queda del PAN y PRD, se pavoneaban como indispensables justicieros del oprimido pueblo, diciendo que AMLO propinaba el primer gasolinazo; pero se les acabó el jueguito, porque en los hechos, hoy por hoy, por lo menos la gasolina Magna está más barata que el año pasado. Luego canalizaron su enfermizo odio al señalar que el combate al huachicol no tenía por qué provocar desabasto de gasolina. Pero se les demostró que ese desabasto se debía a que en dichas gasolineras, por lo menos la mitad del combustible se lo compraban a huachicoleros, quienes les dejaron de surtir, y por eso Pemex no tenía programado integrarles más de lo pactado. AMLO informa que se han dejado de robar mil pipas, esto es, 20 millones de litros, pues cada pipa moviliza 20 mil; o sea, que se ha impedido el robo de 400 millones de pesos diarios. Si los dirigentes que menciono al principio fueran honestos, tendrían que iniciar por felicitar a AMLO, en lugar de andar gritando y llorando como plañideras.


*Presidente de Productores Unidos por Colima, A. C