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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

Y qué tal si…


Lunes 14 de Enero de 2019 7:27 am


“LOS invito a dejar atrás la cultura del sospechosismo”. Santiago Creel, secretario de Gobernación, estrenaba esa palabra que ya era parte de la idiosincrasia de los mexicanos… el sospechosismo. Desde hace tiempo, nos hemos vuelto expertos en el arte de sospechar. En la Copa Mundial de Estados Unidos, Miguel Mejía Barón dejó en la banca a Hugo Sánchez, quien es el mejor goleador internacional en la historia del futbol mexicano. Todavía ignoramos por qué no lo metió, y ahí empiezan las sospechas.

Pero en donde nos hemos vuelto fanáticos de la sospecha es en el ambiente político, donde tenemos una tendencia a la suspicacia, debido a la desconfianza hacia todo lo público y sospechamos de la rectitud en todos los órdenes de gobierno, ministros, sindicatos y todo lo que toca. Baste ver que tenemos organismos internos y externos como contralorías, la Osafig o la Secretaría de la Función Pública.

Los párrafos anteriores surgen de la acción tomada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que hoy tiene en vilo a millones de mexicanos a lo largo del territorio nacional. Desde hace tiempo sospechábamos de los grandes negocios en que estaban involucrados muchos políticos y líderes sindicales. Sin embargo, nunca imaginamos que el monto de ese negocio criminal rayara en tan descomunales cantidades.

Enfrentar una mafia tan poderosa no es algo sencillo, cuando en esa mafia hay todo tipo de gente involucrada, pues quienes participan en los asaltos a los ductos no actúan solos. Hoy nos enteramos que participan funcionarios de los tres órdenes de gobierno, mandos militares y policíacos, grandes empresas de transporte y concesionarios de gasolineras, entre tantos otros que, aunque estén conscientes de lo sospechoso del asunto, están dispuestos a entrarle si esto les trae beneficios económicos, pues cuando se habla de más de 60 mil millones de pesos al año, ya nos podemos imaginar las cantidades que los altos jerarcas de cuello blanco se reparten.

¿Hasta dónde llegará el Presidente? ¡Hasta donde sea necesario! Aunque ha rectificado en asuntos como el presupuesto a las universidades o en dejar el Jetta y subirse a las camionetas blindadas que utilizaba el Estado Mayor (algo totalmente razonable), tengo la leve sospecha de que en el asunto de la gasolina no dará marcha atrás, pues se estaría jugando la credibilidad inicial, misma que le resultará indispensable para todos los demás proyectos que están en marcha.

Así las cosas, también sospecho que el desabasto seguirá en muchos estados, pues parece que a los asesores del Presidente se les olvidó que para todo problema primero es el diagnóstico, luego la planeación, después el programa y por último la ejecución. Aquí se olvidaron de los dos puntos centrales y pasaron del diagnóstico a la ejecución. Omitieron un plan preciso y programar el abasto ininterrumpido del fluido para los usuarios. Eso está costando muchísimos millones de pesos y grandes problemas que después serán difíciles de solucionar. A fin de cuentas, provoca desconfianza, y eso es un sobreprecio que encarece los productos. Pero… ¿Y qué tal si da el resultado que el Presidente espera?


EDUARDO GONZÁLEZ SAUTO


Conozco de toda la vida a mi amigo Eduardo y siempre he admirado su enorme capacidad para relacionarse con personas de alto nivel y generar beneficios para las entidades donde se encuentre laborando. De verdad que no es fácil desarrollar una labor tan intrincada, donde cobra especial relevancia el trato, los contactos y la visión para ejecutarlos.

Uno de sus grandes logros tiene que ver con la confianza que se ha sabido ganar con el líder de los embarcadores de tomate cherry en el país, quien a través de la empresa NutreSweet de México y por medio de Eduardo González Sauto hace llegar grandes beneficios a mucha gente de escasos recursos en nuestro estado. ¡Felicidades para Eduardo y el reconocimiento a la empresa NutreSweet!

PD. ¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.


jbrambilaleal@yahoo.com.mx