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Mi patria



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 15 de Enero de 2019 7:39 am


DICEN que por la madre y por la patria, con razón o sin ella, debemos defenderlas. Quizá sean remembranzas de la escuela primaria, cuando en aquellos tiempos el eco de la palabra patria simbolizaba el respeto y la admiración por algo que si bien no quedaba plenamente explicado, en la sensibilidad de quienes escuchábamos a los maestros, no quedaba la menor duda que se referían a la tierra en donde nacieron nuestros ancestros, padres, abuelos, hijos y todos los seres que amamos.

De manera sistemática se mencionaban personas que habían sacrificado su vida por defender este suelo, que ha sido el objetivo de una ambición desmedida, en el transcurso de la historia que conocemos, sobre todo lo que se ha derivado de la Conquista española hasta la actualidad.

Somos testigos oculares, de oídas y de hechos consumados, que es imposible ocultarlos o negarlos, políticos sin personalidad alguna, que no son otra cosa que viles gamberros que se han ubicado en lugares que han destruido lo que la rica naturaleza ha proporcionado a nuestro país. Véase nada más el problema que en estos momentos estamos enfrentando todo el pueblo de México. Las posiciones son muy claras, los medios de comunicación afines o beneficiados por el robo y saqueo de hidrocarburos, están echando toda la carne al asador, para que la sociedad no tenga conocimiento de la forma infame y vil en que han esquilmado la paraestatal. No cabe la menor duda que existe una clase social económica y política, que se ha enriquecido a tal grado, que considera legal lo que es un descarado pillaje.

Este gobierno tiene la obligación legal, moral e histórica de transparentar absolutamente todo lo relacionado al robo que ha sufrido la Nación por toda esa clase de vivales, que deben ser llamados a cuenta; además, todos los bienes que hayan sido producto o derivados de los delitos relacionados con la paraestatal, deben ser restituidos a las arcas públicas.

La desfachatez, ignorancia e insensibilidad no tienen comparación, los medios de comunicación, que de alguna u otra forma incitan a las personas para que se opongan a conocer la realidad del robo cometido a Petróleos Mexicanos, nada más tiene eco en quienes vienen en ese mundo de la corrupción, y quienes por ignorancia e insensibilidad consideran como un agravio el hecho de que en algunas ciudades haya desabasto y que hayan sido en algunos estados donde el robo ha sido más descarado en contra de la paraestatal, donde están involucrados sindicato de los petroleros y la complicidad de muchos empresarios del ramo gasolinero, que han hecho su agosto con uno de los más infames robos a nuestro país.

En estos momentos, en que el Ejército vigila las instalaciones de Pemex en todo el país, aun así, los que se consideran, a través del pillaje, los dueños del hidrocarburo, han dañado los ductos, eso habla de que esas personas o grupos de delincuentes, piensan o sienten que están por encima de la ley y la autoridad.

Golpear al país a diestra y siniestra parece una política de parias y mercenarios, que no tienen el mínimo de pudor por la barbarie que se comete en contra del pueblo de México. Actualmente, se importan 600 mil barriles de petróleo de los Estados Unidos, y mientras, los malandros que están en las entrañas de la paraestatal, se roban quizá más de esa cantidad diariamente, y para mayor agravio, son quienes han sido los responsables de conducir y cuidar la riqueza de la paraestatal.

Todos los que están involucrados en este pillaje deben ser llamados a cuenta y confiscárseles totalmente todos los bienes que han obtenido a través del bandidaje que han recibido mediante los hidrocarburos. Es indudable que se han tocado callos muy sensibles de la corrupción, algunos medios de comunicación tácitamente respaldan el robo del petróleo y tratan de confundir al a población y culpar al Gobierno Federal del desabasto. Aquí no hay de otra, ¿quiénes han cometido el ilícito?, ¿los que se roban el petróleo o el gobierno que trata de poner ley y orden?

Un lamentable escenario se está sumando a este problema de México, un general brigadier, que era el responsable de evitar el robo de combustible, está siendo investigado precisamente porque él es el que se dedicaba a cometer dicho ilícito. En otro tiempo, no era posible dar a conocer un caso como este, porque se desprestigiaba la institución castrense; hoy, si el Ejército quiere recobrar el prestigio, debe juzgar severamente a ese general, esa es la única forma en que la milicia puede andar con la frente en alto, pues sería un craso error solapar la conducta criminal de un miembro por parte de las Fuerzas Armadas.