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Contextos



RAÚL JUÁREZ ALBARRÁN

Retroceso


Sábado 09 de Marzo de 2019 7:57 am


LA apuesta del gobierno actual es la autosuficiencia en alimentos y energía. Hablaré de ésta última por varias razones de peso. La primera, la disminución del ingreso al fisco por la inestabilidad en el precio del crudo exportable. El gobierno recibe el 20 por ciento de su ingreso vía exportación de petróleo; la segunda, por la inminente caída de la producción del mismo. Las mayores reservas se encuentran en aguas profundas y México no tiene capacidad técnica para explorarlas, mucho menos recursos. De ahí que las licitaciones para establecer plataformas petroleras estén en manos de políticos mexicanos y de capitales norteamericanos.

Una posibilidad de atraer inversiones sería la perforación de rocas (Shell), a lo que se oponen los ambientalistas por el grado de contaminantes y deterioro del subsuelo que ocasionarían. La producción no es costosa y hay petróleo localizado en varios estados en el norte de la República. No es prioridad.

La razón más poderosa es la calificación negativa que Standard & Poor’s ha dado a México con relación a la deuda soberana que tiene Pemex (90 mil millones de dólares), por lo que el presidente López Obrador hizo el berrinche de su vida, primero, descalificando a las calificadoras, para después dar marcha atrás y decir que aceptaba su metodología.

Digo retroceso, por la perseverancia del Ejecutivo de levantar muertos (refinería de Tula Hidalgo) a costa del erario. Estamos hablando de 464 mil millones de pesos, mayores en 14 por ciento con respecto al año pasado, para dar mantenimiento a seis refinerías y casi 50 mil millones de dólares para una nueva planta en Dos Bocas, Tabasco. La apuesta es al petróleo y a las gasolinas. 

Por el lado del sector eléctrico (CFE), hay un desencanto por el retroceso de generar energías limpias como la eólica y la solar para uso de termoeléctricas; las actuales, dependen de la quema de combustóleo que, como sabemos, son contaminantes. De tal forma que 100 de ellas que se preveían cerrar, seguirán en operación en este gobierno.

Como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco, con pérdidas superiores a los 260 mil millones de dólares, están los inversionistas que le apostaron al cambio de la generación de energía contaminante por energías limpias. Hablamos de inversiones comprometidas en el gobierno anterior por 8 mil 600 millones de dólares, con posibilidades de crecer en el largo plazo.

El camino que seguirá López obrador está claro: destinará 34 mil 310 millones de pesos al mantenimiento de centrales existentes de la CFE, de los cuales, 15 mil 361 millones irán a termoeléctricas de ciclo combinado; 10 mil 416 millones a plantas de carbón; 70 millones a centrales de vapor convencional; 171 millones a centrales de diésel; 980 millones a plantas termoeléctricas; 340 millones a rehabilitación de hidroeléctricas.

Los especialistas señalan que las plantas de la CFE tienen una edad en la que se requiere de reingeniería para disminuir el costo-beneficio. El recurso, que no es menor, dicen, deberá orientarse a aprovechar las ventajas tecnológicas para determinar su capacidad instalada.

Como los cangrejos, vamos para atrás, dado que hay una Ley de Transición Energética que se aprobó en 2015, como parte de los acuerdos firmados en la COP 21 de París, la cual establece que México debe alcanzar el 25 por ciento de generación limpia en 2018, el 30 por ciento en 2021 y el 35 por ciento en 2024. Las energías limpias ya aportaban 24.12 por ciento de la producción eléctrica nacional en el primer semestre del año pasado; el Grupo Modelo compra el 22 por ciento de energía eléctrica y 91 por ciento depende del gas natural de importación. Su proyecto es que la energía que consume en 15 años, sea cien por ciento renovable; la cervecera Heineken planea que para 2030, el 70 por ciento de su energía provenga de fuentes renovables.

En Colima, casi todo el año hay sol. Muchas residencias han instalado paneles solares para disminuir el gasto de energía eléctrica. Inclusive hay un proyecto de instalar paneles en viviendas de interés social, lo que beneficiaría a derechohabientes, por ejemplo, del Infonavit. El gobierno anterior inició un proyecto de apoyo para la adquisición de paneles. Esperamos que por el bien de los bolsillos de los colimotes, Nacho lo continúe, para dejar de retroceder.