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A cien días



RAYMUNDO GONZÁLEZ SALDAÑA


Martes 12 de Marzo de 2019 7:35 am


ESTE pasado domingo 10 de marzo, se cumplieron los primeros 100 días del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En lo personal, me había propuesto con seriedad no ser tan crítico de las decisiones y acciones emprendidas por el primer Mandatario del país. Sin embargo, son ya algunos yerros que ha cometido esta administración federal en este corto tiempo.

También hay aciertos dignos de reconocerle al Presidente en este lapso simbólico, que marca la pausa para una primera evaluación. Uno de ellos es el combate serio que está haciendo este nuevo gobierno, para erradicar la corrupción de las dependencias gubernamentales, sin duda, un cáncer que ha entorpecido el crecimiento económico del país y enriquecido impunemente a muchos servidores públicos, que sin ética alguna se llevaron lo que no era suyo. El Presidente tiene evidencias y pruebas contundentes para iniciar un proceso penal contra su antecesor inmediato, por lo que si realmente quiere terminar con la impunidad que cubre a los saqueadores del sexenio anterior, tiene en charola de plata una gran prueba de fuego. Aunque con una mala estrategia y deficiente planeación, el combate al huachicoleo ha sido otro gran acierto de López Obrador. Además de la eficiente comunicación que le permite, día a día, informar a los mexicanos.

En contraparte, los errores cometidos por nuestro Presidente en este arranque, han sido más notorios y algunos descomunales. Empezamos por enumerar la lista con el nombramiento de varios Secretarios de Estado, carentes de la debida preparación profesional, el conocimiento mínimo de la materia y la calidad moral, para ocupar el importante cargo encomendado, destacando al Director de Pemex, la Secretaria de Energía y el Director de la CFE, por mencionar sólo algunos. La insistencia del Presidente de poner a gente allegada a él y por lo tanto sin la imparcialidad requerida, en las Fiscalías y los Tribunales muy importantes para la correcta impartición de justicia.

Qué decir del recorte presupuestal de los programas sociales, como el que sustentaba a las Estancias Infantiles y que ha repercutido en el cierre de muchos de estos importantes centros infantiles. Además, la pretensión de cerrar los refugios para la atención y protección de mujeres víctimas de violencia, preocupó incluso a las legisladoras de su mismo partido.

Sin duda alguna, la aparente necedad infundada de cancelar la adelantada construcción del aeropuerto de la CDMX, quedará grabado como uno de los errores más grandes de esta administración y uno de los más costosos para el país. Por otro lado, se observa un gran derroche de recursos para sustentar la gran cantidad de programas asistencialistas, que requieren de una multimillonaria erogación del gobierno y que denota la preocupación del Presidente por tener una clientela agradecida, que debe hacerse notar en los siguientes comicios electorales. También la falta de seriedad que denota el Presidente por algunos temas, así como su enfado indiscreto por algunas instituciones, organismos autónomos y las calificadoras internacionales. El apoyo incondicional que le brinda al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro. Todos estos puntos, por supuesto que han demeritado la investidura presidencial.

De cualquier manera y a pesar de todo lo anterior, el Presidente cuenta con un gran apoyo ciudadano. Su aprobación inició en 76 por ciento y ahora es de 78 por ciento. Ni siquiera Vicente Fox contó con ese soporte, ya que inició con 70 por ciento, mientras que Felipe Calderón inició su sexenio con 58 por ciento, que a pesar de sus detractores, mantuvo hasta el final de su administración. El caso de Enrique Peña Nieto es patético, ya que de 50 por ciento inicial, concluyó su administración con 28 por ciento.

Veremos al final de este sexenio cómo termina la aprobación ciudadana para López Obrador. Es mi deseo y el de la gran mayoría de los mexicanos, que el Presidente entregue buenas cuentas. Pero tal parece que su obsesión desmedida por desmantelar a un régimen neoliberal y conservador, e implementar lo más pronto posible una Cuarta Transformación, lo hará cometer más errores.


*Ex dirigente y actual consejero estatal del PAN