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Colima de las primaveras



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 12 de Marzo de 2019 7:30 am


Mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!

Gustavo Adolfo Bécquer


EN nuestro mundo personal, son muchas y variadas las ocupaciones a las que cada individuo les damos importancia según nuestros placeres o intereses. Hay un fenómeno que anualmente se presenta en la Tierra y le corresponde a la deslumbrante primavera. No sé porcentajes de colimenses que le ponen atención a la estación florida, o cuántos consideran ese acto como una estúpida pérdida de tiempo.

Había observado en algunas ocasiones cuando aparecen las amarillas flores e inmediatamente se presentan unos insectos que de manera incansable se trasladan de una flor a otra. Me estacioné frente a la clínica del ISSSTE, en la ciudad de Colima, y me di cuenta que diferente al ruido de los autos, podía escuchar un murmullo distinto a los que produce el tráfico citadino. Dirigí la mirada a la copa de los árboles de primavera, y el simple contraste del color amarillo y el azul del cielo provocan una sensación estética que cada quien la puede describir como Dios le dé a entender, pero no aprovechar eso momentos maravillosos que se ofrecen a nuestra existencia y además son gratuitos, me parece un desperdicio.

Como les iba diciendo, iban los insectos de una flor a otra, succionando o arrastrando sus patitas para llevarse el polen o no sé qué otro interés tengan para realizar esa tarea, que, por cierto, también la realizan de noche; la sincronía es perfecta, en la visita de una flor a otra. Jamás vi un choque entre ellos por el congestionamiento de las vías aéreas, ni juntas de torvos animalitos interesados en apoderarse de las áreas de vuelo alrededor de los árboles de primavera. Ni tampoco insectos sabios en aeronáutica para definir la exclusividad de las vías aéreas.

Todo esto sucede por su inmemorial instinto de sincronización, realizando el trabajo sin fatigas; de aquí mismo se desprende un bello espectáculo: cuando caen las efímeras flores amarillas del árbol y se despiden de sus hermanas flores, suavemente son depositadas en la tierra donde el viento las sigue agitando, como una especie de adiós a quien las ven desde la altura. Ya en tierra, ofrecen una alfombra amarilla, para los que no levantan la mirada hacia la cúpula de los árboles de primavera.

Primavera quiere decir primeros verdores, tal como lo podemos observar en estos momentos, que después de las flores amarillas lo sustituyen verdes retoños. También podemos observar cómo la rosamorada nos ofrece su belleza, para hacer menos dramática la ida de la primavera.

No cabe la menor duda, Colima es un estado hermoso por la infinidad de factores naturales que la conforman: mar, montaña, volcán, flora, fauna, todo dentro de una dimensión muy pequeña de México.

Si todos contribuyéramos con la ecología y la estética y que cada persona que tiene un espacio de tierra aquí, en nuestro pequeño estado, plantara y cuidara una primavera, en poco tiempo, Colima sería un espectacular atractivo turístico que llamaría la atención de mexicanos y extranjeros, lo cual deberíamos de aprovechar.

Para animarnos, apoyémonos en la poesía de Neruda: “La quinta cosa son tus ojos. Matilde mía, bienamada, no quiero dormir sin tus ojos, no quiero ser sin que me mires: yo cambio la primavera porque tú me sigas mirando”.

“Comprenderás que puede nevar en primavera y que en la primavera las nieves son más crudas”.

Sigue Marcos Rafael Blanco Belmonte, Sembrador: “¿Por qué tantos afanes en la jornada sin buscar recompensa? dije. Y el loco murmuró, con las manos sobre la azada: Acaso tú imagines que me equivoco; acaso, por ser niño, te asombre mucho el soberano impulso que mi alma enciende; por los que no trabajan, trabajo y lucho; si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende! Hoy es el egoísmo torpe maestro a quien rendimos culto de varios modos: si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro. ¡Nunca al cielo pedimos pan para todos! En la propia miseria los ojos fijos, buscamos las riquezas que nos convienen y todo lo arrostramos por nuestros hijos. ¿Es que los demás padres hijos no tienen?... Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre y, en las guerras brutales con sed de robo, hay siempre un fratricida dentro del hombre, y el hombre para el hombre siempre es un lobo… ¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!”.

Manos a la obra, pues.

En Colima, casi todo el año hay sol. Muchas residencias han instalado paneles solares para disminuir el gasto de energía eléctrica. Inclusive hay un proyecto de instalar paneles en viviendas de interés social, lo que beneficiaría a derechohabientes, por ejemplo, del Infonavit. El gobierno anterior inició un proyecto de apoyo para la adquisición de paneles. Esperamos que por el bien de los bolsillos de los colimotes, Nacho lo continúe, para dejar de retroceder.