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Despacho Político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

Dos noticias: una buena y una mala


Miércoles 13 de Marzo de 2019 7:47 am


COLIMA ocupa el segundo lugar nacional en mejor atención a la maternidad. Sólo lo aventaja Nuevo León. Supera, con mucho, a la Ciudad de México, a Jalisco y al Estado de México, que disponen de hospitales, clínicas y laboratorios de primer nivel, con especialistas de alto rango.

Mediciones hechas durante los 10 años recientes revelan que el promedio de la tasa de mortalidad materna es de 23.2 mujeres por cada 100 mil habitantes. En tanto, en la capital del país la cifra es de más del doble, en Jalisco llega a 35.7 y en el Estado de México asciende a 48.9. Guerrero es el peor, con 64.4 muertes por cada 100 mil habitantes.

Cifras de Melisa Institute refieren los resultados de un Experimento natural sobre mortalidad materna en México. Muestra los principales determinantes de mortalidad materna en las 32 entidades del país. En el estudio, publicado por British Medical Journal Open, colaboraron investigadores de la UNAM, las Universidades de Utah, Duke, Carolina del Norte y Virginia del Oeste. 

Derivadas de las determinantes estudiadas, ofrece las siguientes cifras. En atención profesional del parto, Colima tiene 96.4 por ciento, mientras el promedio nacional es de 92.7. La atención obstétrica de emergencia es de 17.4 casos por cada 100 nacidos vivos. La meta nacional es de 10 por cada 100 neonatos, de modo que nuestro estado supera holgadamente tal objetivo. En bajo peso al nacer, la entidad presenta 5.4 por ciento de casos, en tanto el promedio nacional es de 8.4 por ciento.

Otro indicador del estudio es la escolaridad de la mujer parturienta. En alfabetización, el dato es de 94.2 por ciento, encima del promedio nacional de 92.9 por ciento. La disponibilidad de agua potable en Colima es de 97.3 por ciento de sus habitantes, en tanto el promedio del país es de 91.8 por ciento.

En la fecundidad y postergación de la maternidad, el promedio de Colima es igual al nacional: 2.3 hijos por pareja. “El perfil de salud materna de Colima se ve influido actualmente por el envejecimiento de la población, la caída de la fecundidad y la postergación de la maternidad. Estos factores inciden en el aumento de embarazos en mujeres con mayor edad, los cuales tienen mayor riesgo de complicaciones como hipertensión gestacional, eclampsia, diabetes gestacional y toxemias del embarazo. También pueden tener hemorragia, obstrucción del parto, ruptura uterina y complicaciones por la presencia de enfermedades concomitantes que pueden agravarse durante el embarazo”, advierte el estudio.

Son datos que revelan una buena atención sanitaria a las mujeres gestantes construida y mantenida a lo largo de la más reciente década. Hasta aquí, la buena noticia. Sigue la mala. 

Sucede que Colima tiene una tasa de violencia contra la mujer de 11.0 por ciento, mientras la tasa promedio nacional es de 10.8 por ciento. Grave, además de vergonzoso. 

“La prevalencia de violencia contra la mujer es mayor a la mediana en el país, alcanzando un 11 por ciento. Cambios demográficos como la disminución de los matrimonios, aumento de las uniones informales, consumo de alcohol y drogas, se asocian a mayores niveles de violencia contra la mujer. La violencia física durante el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones obstétricas por golpes, lesiones, parto prematuro y hemorragia. Las mujeres afectadas frecuentemente enfrentar barreras para acceder (sic, por tener acceso) a un control prenatal regular y a una atención obstétrica de emergencia oportuna. Es importante detectarla en los controles prenatales para evitar complicaciones, pérdidas, partos prematuros, muertes fetales y eventuales decesos maternos”, indica el estudio de Melisa Institute.

Luego, recomienda “detectar situaciones de violencia contra la mujer durante los controles prenatales” e instaurar una “consejería preconcepcional para promover embarazos saludables”.

Tanto las autoridades estatales y municipales como las del sector de la salud y los organismos de atención a las mujeres debieran conocer a fondo el estudio de Melisa Institute, para mejorar lo bueno y combatir lo malo, sobre todo la violencia contra las mujeres gestantes, una parte de la vergonzosa violencia contra el género femenino en que Colima destaca en el nivel nacional.


MAR DE FONDO


** Compré en WalMart de avenida Tecnológico diversas mercancías, el domingo reciente. Pagué. En mi casa, revisé la cuenta. Me cargaron una pizza individual y un bisquet que no compré. Ni siquiera me gustan. ¡Aguas con las cajas de WalMart!


** Siguen a oscuras muchas calles y avenidas de la ciudad. Y en los camellones, aparte, se necesita podar árboles que obstruyen la luz, de por sí débil, de las lámparas del alumbrado público, por el que uno paga 10 por ciento del consumo doméstico de electricidad, que también ha subido de precio.


** “Cómo habrías amado este lugar/ las piedras calientes en el límite de la playa/ 

ahora que sol y luna/ brillan con la misma fuerza/ y la misma dulzura./ Y en verdad lo amabas/ -pero más ahora/ cuando tú ya no estás/ y yo lo amo/ con una nueva seriedad: Aquella/ con la que podría haberte amado/ más que a mi propia vida”. (Henrik Nordbrandt, danés, 1945-. Seriedad.)