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Maldonado dice



CARLOS MALDONADO VILLAVERDE

Fumar mata


Jueves 14 de Marzo de 2019 7:38 am


PRIMERO es apenas el mal sabor de boca por las mañanas y tardan muchos años en manifestarse enfisemas pulmonares, problemas vasculares o cáncer, pero no hay duda: fumar mata.

El martes se abrió una discusión respecto del tema con mis amigos de la prepa, todos ya pasados de los 60 años y muchos de ellos fumadores desde nuestra remota juventud. Inició por un video donde se presentan los pulmones de un fumador contra los de un no fumador y la diferencia es asombrosa. Hubo dos posiciones apasionadas: la de los fumadores y la de los enemigos del cigarro.

Los comentarios demuestran en muchos casos arrepentimiento, pero sin mucha intención de hacer algo por resolver el mal hábito que tanto daño hace: “Sí, caray, yo he fumado más de un millón de cigarros y la verdad cuando me enfermo de una simple gripa me pongo muy mal debo echarle h… y dejar este vicio”.

Otras veces, buscando un apoyo, alguno de mis compañeros ha logrado sobreponerse al síndrome de abstinencia: “Yo llegué a fumar hasta tres cajetillas al día de Delicados con filtro (60 cigarrillos) y los dejé de un día a otro con hipnoterapia, no quiere decir que en todos funcione, pero tengo 20 años de no fumar un solo cigarro… se los paso al costo, saben que soy médico y tampoco creía en la hipnosis. Ahora uso algunas áreas de la hipnoterapia en algunos tratamientos y funciona”.

Dan miedo las anécdotas de quienes han sufrido los estragos del cigarro: “Señores, no le busquen tanto... pueden decir tantas cosas sobre el cigarro. Las cajetillas tienen imágenes terroríficas sobre el cáncer o enfisema pulmonar. No quieren que les pase lo mismo que a mí: cáncer de laringe. Tres veces se extendió el cáncer por mis cuerdas vocales y la tiroides. Me hicieron una laringectomía completa… ¡por favor, dejen el cigarro! Están a tiempo”.

Pero hay revire de quienes piensan que hay que seguir fumando: “Bonita noche compañeros, muy interesante lo de dejar de fumar, yo consumo aproximadamente dos cajetillas diarias, tengo lo que se llama para mis amigos médicos ‘esófago de Barret’, úlcera gástrica, hernia hiatal, colitis, etcétera. El gastroenterólogo me dijo: ‘No le recomiendo dejar de fumar, porque la ansiedad que produce en una persona acostumbrada a esa cantidad de nicotina incrementará la producción de ácido gástrico’. El diagnóstico fue hace 5 años, pero tomando los medicamentos estoy mejor que antes de los estudios. Tengo 64 años y el pinche vicio está y permanecerá. La verdad es una de los placeres que aún quedan. Así es que –sinceramente– seguiré echando humo”. ¡De miedo! Después concluyó: “Dejar de fumar, comparable a dejar de disfrutar un buen vino, la compañía de una mujer o los amigos, una buena comida, viajes, etcétera”.

Finalmente, me sentí obligado a opinar: Me ilustraron mucho sobre el cigarro y por qué fumar. Yo no fumo, aunque en la prepa compraba cigarros e intenté convertirlo en un hábito. Un par de veces al año enciendo un puro cubano y alguna vez traté de fumar pipa, pero no se me dio. Mis padres murieron de cáncer. Mi abuelo murió de enfisema pulmonar.

No encuentro gran placer, pero si ellos –los fumadores– lo encuentran, ¡adelante! Los envidio, pues para mí, el fumar solamente me deja la estimulación de la nicotina, equivalente a un café cargado, y un muy mal sabor de boca.

Mi padre murió de una metástasis en el cerebro, producto del cáncer de pulmón. Fueron los peores 8 meses que pudo vivir cualquier persona, y para la familia fueron devastadores moral y económicamente. En cambio, mi abuelo murió en un par de minutos.

Sin embargo, aún tengo la curiosidad: me queda claro que hay placeres memorables, pero, ¿cómo puede equipararse el cigarro, si enciendes uno tras otro, interminablemente? A mí me parece una adicción, un hábito nocivo y una forma poco práctica de quemar el dinero. Desde luego, todas mis consideraciones para los fumadores, mientras no fumen cerca de mi espacio.


carlos.maldonado.v@hotmail.com