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La otra cara de la tragedia



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Viernes 15 de Marzo de 2019 7:39 am


UNO de tantos acontecimientos dolorosos sucedidos en nuestro estado, es el reciente fallecimiento de un joven de 16 años, que asistió a una fiesta organizada por el ex secretario de Turismo en el estado; hecho que desató de inmediato una serie de interpretaciones y supuestos de lo ocurrido, iniciando por las autoridades estatales, vecinos y público en general. Esta bola de nieve creció tanto que, a la fecha, no se sabe a ciencia cierta la verdad de los hechos, y como en múltiples sucesos del mismo tenor, nunca la sabremos.

No es el objetivo de esta columna ahondar más de lo que ya se ha comentado por todos los medios periodísticos y en redes sociales, sino explorar más allá de lo obvio y que tiene que ver en el cómo y desde dónde significamos los seres humanos algunos sucesos que se relacionan, pero además trastocan, valores con los que hemos sido educados/as y nos lo vienen a recordar, por añadidura, de forma trágica.

Por aprendizajes que se convierten en hábito, las personas solemos estar más al pendiente de lo que sucede en la casa ajena, que en la nuestra; las teorías dicen que es más fácil y cómodo a la vez, pues caso contrario, seguramente estaríamos ante situaciones no gratas ni acordes a nuestras costumbres, las cuales tendríamos que aceptar y consecuentemente responsabilizarnos de ellas; o en la mayoría de las veces, no estamos lo suficientemente preparados o preparadas para asumirlas como debiera ser.

Otra circunstancia que nos permite esclarecer con prontitud y claridad este tipo de hechos es la falta de profesionalismo de quienes intervienen en ello, en lugar de centrar la atención en la investigación para apoyar el curso legal que se puede desprender, se generan historias por demás distorsionadas y cargadas de prejuicios, que entorpecen lo que verdaderamente importa: otorgarle a cada sujeto su justa responsabilidad. Aquí vale el dicho: “Si cada persona hiciera sólo lo que le corresponde, otros serían los resultados”.

El sesgo de corte moral que se ha impreso a este suceso, tiene que ver con prejuicios muy arraigados que no nos permiten aceptar las diversidades sexuales, los guiones sexuales socialmente establecidos y que desafortunadamente se exhiben mediante hechos dolorosos, como en este caso, y a partir de ello las miradas focalizan lo que cuesta tanto trabajo aceptar. Desde mi punto de vista, toda la trayectoria que ha recorrido este acontecimiento está plagada de falta de respeto a todas y cada una de las personas involucradas en él.

La muerte de cualquier persona, en la circunstancia que sea, es dolorosa, y la ciudadanía colimense lo sabe muy bien; cada semana más de una persona aparece sin vida, por muerte natural, como producto de algún enfrentamiento, porque estaba desaparecida y apareció su cuerpo en algún lugar abandonado, o se trató de un feminicidio, etcétera, y el tinte con que se tiñe pareciera que es la normalidad. Pero cuando un escándalo con tonos sexuales aparece, los epítetos suben de tono, y hasta quien ni la debe ni la teme, sale involucrado.

No se deben soslayar las responsabilidades, pero sí se deben dimensionar adecuadamente. Revisando toda la información que se ha vertido al respecto, daba la impresión que el objetivo no era el esclarecimiento de un crimen, sino la crucifixión de una persona, que responsable o no, está experimentando en carne propia su castigo: por una parte, quedarse sin trabajo, y por la otra, la exhibición de su orientación sexual, que a nadie debería importarnos, pero que dio pie para canalizar rechazos y frustraciones de algunas personas.

Esta es sólo una mirada diferente, no un juicio sumario; quizás sí un llamado a privilegiar la humanidad ante la morbosidad que, situaciones como ésta, nos genera como sociedad. Hay mucho para ocuparnos, dejemos a las autoridades correspondientes hacer su trabajo; sí, exijamos claridad y verdad, honestidad y oportunidad en la resolución de los casos que les competen, y sobre todo respeto a la vida privada de las demás personas.


*Ex secretaria de Mujeres de Morena Colima